Por qu¨¦ la Ley de Reducci¨®n de la Inflaci¨®n es una buena idea
El clima puede ser variable, pero los dictadores de los combustibles f¨®siles son poco confiables y manifiestamente peligrosos
La Ley de Reducci¨®n de la Inflaci¨®n (IRA) de 2022, aborda no s¨®lo la inflaci¨®n sino tambi¨¦n varios problemas clave de larga data que enfrentan nuestra econom¨ªa y nuestra sociedad.
Existe un debate latente sobre las causas de la inflaci¨®n actual; pero m¨¢s all¨¢ del lado que uno tome, el proyecto de ley representa un paso adelante. Para quienes est¨¢n preocupados por la demanda excesiva, hay m¨¢s de 300.000 millones de d¨®lares en reducci¨®n del d¨¦ficit. Y, del lado de la oferta, el proyecto de ley movilizar¨ªa 369.000 millones de d¨®lares en inversiones en seguridad energ¨¦tica y descarbonizaci¨®n. Eso ayudar¨¢ a reducir el costo de la energ¨ªa ¨Cuno de los principales motores del alza actual de los precios- y volver¨ªa a encaminar a Estados Unidos hacia una reducci¨®n de sus emisiones de di¨®xido de carbono en alrededor del 40% (de los niveles de 2005) para 2030.
Estas inversiones arrojar¨¢n retornos de amplio alcance. Los costos de los eventos generados por el clima (incendios forestales, huracanes, tornados e inundaciones) reducir¨¢n nuestro est¨¢ndar de vida a¨²n m¨¢s que la inflaci¨®n de hoy, y recaen desproporcionadamente sobre los hogares de m¨¢s bajos ingresos, la gente de color y las generaciones futuras. Estos costos son mucho mayores y m¨¢s dif¨ªciles de rectificar que los costos de los d¨¦ficits.
Asimismo, mejorar la seguridad energ¨¦tica se ha vuelto esencial. Durante demasiado tiempo, los l¨ªderes autoritarios de los petroestados han logrado tener al resto del mundo como reh¨¦n. El presidente ruso, Vladimir Putin, nos ha recordado una vez m¨¢s que las interdependencias energ¨¦ticas vienen de la mano de serios riesgos (algo que advert¨ª hace m¨¢s de 15 a?os). El clima puede ser variable, pero los dictadores de los combustibles f¨®siles son poco confiables y manifiestamente peligrosos.
La IRA tambi¨¦n ayudar¨ªa a resolver los crecientes costos de la atenci¨®n m¨¦dica que vienen aquejando a Estados Unidos desde hace tiempo, al reducir las primas de la Ley de Atenci¨®n M¨¦dica Asequible (Obamacare) para millones de norteamericanos y al ponerle un tope a los costos directos de los medicamentos para quienes est¨¢n dentro de Medicare. La industria farmac¨¦utica ha recibido decenas de miles de millones de d¨®lares m¨¢s de pagos de Medicare de lo que habr¨ªa correspondido, simplemente porque el Gobierno tiene prohibido negociar precios m¨¢s bajos. Este regalo a la industria finalmente se rescindi¨®, generando ahorros de casi 300.000 millones de d¨®lares en diez a?os.
Estados Unidos es una de las principales fuentes de innovaci¨®n farmac¨¦utica del mundo, y gran parte de la investigaci¨®n b¨¢sica detr¨¢s de estos avances fue solventada por los contribuyentes estadounidenses. Sin embargo, los norteamericanos pagan mucho m¨¢s por los medicamentos bajo receta que la gente en otros pa¨ªses, en parte porque a las empresas farmac¨¦uticas se les otorg¨® un poder desmesurado para fijar precios. Muchos de nosotros hemos venido peleando durante a?os para frenar el excesivo poder de mercado de estas compa?¨ªas. Si la IRA se convierte en ley, s¨®lo esta cl¨¢usula ser¨ªa un logro notable.
Por otra parte, el proyecto de ley ofrecer¨ªa mejoras extremadamente necesarias para la pol¨ªtica impositiva de Estados Unidos. Las empresas y los hogares m¨¢s adinerados no pagan el porcentaje de impuestos que les corresponde. Eso no s¨®lo erosiona la confianza en nuestra democracia, sino que tambi¨¦n es ineficiente desde un punto de vista econ¨®mico. Los ingresos tributarios son necesarios para financiar los gastos p¨²blicos esenciales sin generar d¨¦ficits inflacionarios.
La invasi¨®n de Ucrania por parte de Rusia nos ha recordado por qu¨¦ los gastos en defensa son necesarios. Pero para preservar la competitividad de Estados Unidos, tambi¨¦n debemos invertir profusamente en educaci¨®n, investigaci¨®n, tecnolog¨ªa e infraestructura. En este sentido, el proyecto de ley incluye estipulaciones que recaudar¨ªan m¨¢s de 450.000 millones de d¨®lares (en una d¨¦cada) a trav¨¦s de un impuesto corporativo m¨ªnimo del 15%, una mayor recaudaci¨®n de impuestos y la introducci¨®n de un impuesto especial del 1% a las recompras de acciones.
El impuesto corporativo m¨ªnimo del 15% es especialmente importante. Estados Unidos ha liderado una negociaci¨®n global para cercenar la pr¨¢ctica de unos pocos gobiernos de sellar acuerdos especiales para que las corporaciones puedan desviar ingresos tributarios y empleos de otros pa¨ªses y competir en una carrera de fondo en materia de tasas impositivas ¨Cuna carrera en la que los ¨²nicos ganadores son las corporaciones internacionales-. Un impuesto corporativo m¨ªnimo del 15% en Estados Unidos no s¨®lo har¨¢ subir enormemente los ingresos tan necesarios; tambi¨¦n ayudar¨¢ a frenar esta carrera global contraproducente. Esto es esencialmente importante para Estados Unidos, porque les ahorra a los empleos norteamericanos una competencia injusta.
Sin embargo, es poco probable que el acuerdo global emblem¨¢tico que forj¨® Estados Unidos avance si el propio Estados Unidos no cumple con sus condiciones. Desde el cambio clim¨¢tico y la seguridad alimentaria hasta la lucha por la democracia en Ucrania, hay muchas cuestiones para las cuales necesitamos una cooperaci¨®n global. Al igual que las medidas clim¨¢ticas, el impuesto corporativo m¨ªnimo en Estados Unidos es un paso importante para demostrar que podemos ser buenos ciudadanos globales.
Por supuesto, algunos cr¨ªticos en la derecha (muchos de ellos, aliados de las compa?¨ªas farmac¨¦uticas; otros, corporaciones importantes, y tambi¨¦n los ricos) dir¨¢n que la IRA ser¨¢ inflacionaria y hasta producir¨¢n modelos que ¡°demuestren¡± que ¨¦ste es el caso. Pero a estas alturas sabemos que los malos modelos generan malas predicciones. Basta con mirar los modelos que se organizaron en apoyo de los recortes impositivos de Ronald Reagan para los ricos (que, seg¨²n sus falsos argumentos, har¨ªan aumentar los ingresos) o los recortes impositivos de Donald Trump para las corporaciones (que, seg¨²n sus falsos argumentos, fomentar¨ªan una inversi¨®n adicional).
Estos argumentos predecibles contra las cl¨¢usulas impositivas de la IRA se basan en una presunci¨®n errada: que las corporaciones ¡°desviar¨¢n¡± la carga del impuesto m¨ªnimo haciendo subir los precios y bajando los salarios. Pero los economistas hace mucho tiempo reconocieron que el actual r¨¦gimen del impuesto a las corporaciones en Estados Unidos ¨Cque permite que las empresas deduzcan pr¨¢cticamente todos los costos, incluida la mano de obra y el capital- se asemeja mucho a un impuesto a las ganancias puras. Y sabemos hace tiempo que un impuesto a las ganancias puras no conduce a precios m¨¢s altos o a salarios m¨¢s bajos.
Esto tambi¨¦n implica que estos impuestos se pueden aumentar sin miedo a efectos adversos, ya sea en la inflaci¨®n o en la inversi¨®n. Las grandes distorsiones ¨Cy las enormes desigualdades- en el sistema tributario provienen de una recaudaci¨®n inadecuada y de grandes lagunas, y la IRA al menos hace progresos en el primero de estos frentes.
Si bien los beneficios totales de la IRA se concretar¨¢n s¨®lo de manera gradual en los pr¨®ximos a?os ¨Cespecialmente en la medida que vayamos invirtiendo en la transici¨®n verde-, algunos de sus efectos antiinflacionarios se podr¨ªan sentir casi de inmediato, particularmente en lo concerniente a los precios de los medicamentos. Como los mercados son prospectivos (aunque de manera imperfecta), la anticipaci¨®n de una mayor oferta de energ¨ªa renovable deber¨ªa derivar en precios m¨¢s bajos de los combustibles f¨®siles hoy. Asimismo, seg¨²n algunas de las teor¨ªas m¨¢s prevalentes, las anticipaciones de la inflaci¨®n futura son un factor determinante clave de la inflaci¨®n actual, de manera que hasta las estipulaciones m¨¢s lentas de merma de la inflaci¨®n del proyecto de ley podr¨ªan tener beneficios antiinflacionarios hoy.
Ning¨²n proyecto de ley es perfecto. En la pol¨ªtica motivada por el dinero de Estados Unidos, siempre habr¨¢ compromisos con intereses especiales. La IRA no es tan buena como el proyecto de ley original Reconstruir Mejor, que habr¨ªa hecho m¨¢s para promover el crecimiento equitativo y para combatir la inflaci¨®n. Pero no podemos dejar que lo perfecto sea enemigo de lo bueno. En definitiva, la IRA es un paso muy importante en la direcci¨®n correcta.
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