El veto europeo al di¨¦sel ruso: el ¨²ltimo embudo de la crisis energ¨¦tica
La medida, que entra en vigor este domingo, precipita una reconfiguraci¨®n de los flujos globales de carburantes y amenaza con una nueva subida de precios
La letan¨ªa de la crisis energ¨¦tica inaugura un nuevo cap¨ªtulo. Primero fue el gas natural, el combustible rey para la industria y las calefacciones del Viejo Continente; despu¨¦s lleg¨® el turno de todopoderoso petr¨®leo y ahora es el del di¨¦sel, el carburante por antonomasia en las carreteras europeas. La UE, el mayor importador de gas¨®leo del mundo, afrontar¨¢ desde este domingo el en¨¦simo cuello de botella en sus cadenas de suministro energ¨¦tico, con el veto a las importaciones de este combustible procedentes de Rusia.
El objetivo es tan loable ¡ªponerle las cosas a¨²n m¨¢s dif¨ªciles al Kremlin y dejar de financiar, indirectamente, sus operaciones militares en Ucrania¡ª como may¨²sculo es el reto. Europa tiene que sustituir, en tiempo r¨¦cord, casi un tercio del gas¨®leo que compra en el exterior: m¨¢s de 400.000 barriles al d¨ªa en estos primeros compases de 2023. Es menos que en noviembre y diciembre, cuando el bloque dedic¨® todos sus esfuerzos a hacer acopio ¡ªparad¨®jicamente, con m¨¢s compras a Mosc¨²¡ª para anticiparse al corte por lo sano con Rusia. Y, sobre todo, es mucho menos que antes de la guerra, cuando pr¨¢cticamente la mitad del gas¨®leo que la UE tra¨ªa de fuera llegaba desde el gigante euroasi¨¢tico. Se han ido cortando amarras, s¨ª, pero la dependencia sigue siendo m¨¢xima.
El jefe de la Agencia Internacional de la Energ¨ªa (AIE), Fatih Birol, abandon¨® la semana pasada su habitual cautela para alertar de lo que puede estar por venir en las pr¨®ximas semanas: ¡°Es preocupante; ahora mismo hay m¨¢s incertidumbre sobre el di¨¦sel que sobre el gas natural¡±, deslizaba en una entrevista con EL PA?S. ¡°El consumo de di¨¦sel debe caer¡±. Con las ¨²ltimas mejoras de las previsiones de crecimiento econ¨®mico, Esteban Moreno, analista de combustibles f¨®siles de Kpler ¡ªuna consultora especializada en energ¨ªa y materias primas¡ª cree que la demanda europea de di¨¦sel se contraer¨¢ un 1,5% este a?o, menos de lo previsto hasta ahora. Eso dejar¨ªa un sustancial d¨¦ficit de 770.000 barriles diarios en el primer trimestre del 2023, que se dice pronto. ¡°Los mercados europeos de gas¨®leo se tensar¨¢n significativamente en las pr¨®ximas semanas. No hay una bala de plata que permita sustituir r¨¢pidamente el gas¨®leo ruso¡±, sintetiza Moreno.
Europa tiene, sobre el papel, tres formas de afrontar la situaci¨®n: reducir su consumo de di¨¦sel, como pide Birol; aumentar su producci¨®n interna; o importar m¨¢s del resto del mundo. Las dos primeras opciones, sin embargo, no son suficientes por s¨ª mismas. La primera porque, pese a la creciente electrificaci¨®n, el gas¨®leo alimenta el motor de cuatro de cada 10 coches que ruedan por Europa y, sobre todo, es fundamental para el transporte de mercanc¨ªas: la gran mayor¨ªa de camiones son di¨¦sel.
La segunda porque, lejos de aumentar, el n¨²mero y la capacidad total de las refiner¨ªas europeas no ha dejado de menguar en los ¨²ltimos a?os, dejando al continente cada vez m¨¢s a merced de Rusia y del resto de los grandes exportadores. En los dos ¨²ltimos a?os, los pa¨ªses occidentales han visto c¨®mo su capacidad de refino se encog¨ªa en dos millones de barriles diarios. ¡°Y, en el caso de Europa, pr¨¢cticamente toda la reducci¨®n de capacidad ha sido de di¨¦sel, lo que mete a¨²n m¨¢s presi¨®n al mercado¡±, apunta por tel¨¦fono Luisa Palacios, profesora de la Universidad de Columbia (Nueva York) y expresidenta de Citgo, una de las mayores compa?¨ªas estadounidenses de refino.
China, la India y el Golfo
¡°La ¨²nica v¨ªa posible es traer m¨¢s gas¨®leo de otros grandes productores¡±, resume Jorge Le¨®n, vicepresidente s¨¦nior de la consultora energ¨¦tica Rystad tras varios a?os en la OPEP. Son varios los pa¨ªses que se postulan como proveedores alternativos, pero Europa no tiene mucho margen de elecci¨®n. Aunque desde el inicio de la guerra Estados Unidos ha aumentado mucho sus ventas de di¨¦sel al Viejo Continente, la capacidad ociosa de sus refiner¨ªas es cada vez menor. As¨ª que la UE tendr¨¢ que mirar un poco m¨¢s lejos: a Oriente.
China y la India, parad¨®jicamente los dos mayores compradores de crudo ruso y con una ampl¨ªsima capacidad de refino, se postulan como la opci¨®n m¨¢s plausible. Un petrolero de viejo cu?o, Kuwait, acaba de inaugurar una gigantesca refiner¨ªa capaz de cumplir los estrictos requisitos de la normativa ambiental comunitaria, que exige un contenido en azufre mucho menor que en otros mercados. Y los pa¨ªses del Golfo tambi¨¦n estar¨¢n prestos para aprovechar esta oportunidad, la en¨¦sima para ellos desde el inicio de la crisis energ¨¦tica.
¡°Las recientes sanciones al petr¨®leo, en diciembre, han sido el tr¨¢iler de la pel¨ªcula que estamos por ver: igual que se reorient¨® el mercado del crudo, con las exportaciones rusas yendo a China o a la India para que otros pa¨ªses pudieran liberarse y vender m¨¢s a Europa, suceder¨¢ ahora¡±, subraya Palacios, de la Universidad de Columbia.
El resultado del veto ser¨¢, por tanto, una profund¨ªsima reconfiguraci¨®n de los flujos globales de di¨¦sel. Un cambio que, en realidad, ya empez¨® hace semanas, cuando el mercado comenz¨® a descontar el embargo. Los pa¨ªses del Norte de ?frica, con Marruecos a la cabeza, y Oriente Pr¨®ximo han aumentado en gran medida sus compras de gas¨®leo ruso. Era combustible destinado de forma mayoritaria a la UE, que ahora tiene que encontrar nuevos destinatarios a cambio de jugosos descuentos. Por contraparte, todo el di¨¦sel que antes importaban de otras geograf¨ªas quedar¨¢ liberado para que Europa pueda disponer de ¨¦l.
Algo similar empieza a darse en la otra punta del mundo: Am¨¦rica Latina, gran comprador de gas¨®leo estadounidense, ya ha posado sus ojos en Rusia como suministrador alternativo de todo el di¨¦sel que antes adquir¨ªa en EE UU. De nuevo, ese gas¨®leo ¡ªestadounidense y, por tanto, aceptable para la UE¡ª viajar¨¢ al Viejo Continente.
¡°La posici¨®n de las sillas alrededor de la mesa ha cambiado, pero al final todo el mundo seguir¨¢ teniendo un lugar en el que sentarse cuando pare la m¨²sica¡±, conf¨ªa Francisco Blanch, jefe global de materias primas y derivados del Bank of America, tirando de s¨ªmil con el popular juego infantil. ¡°Lo ¨²nico es que algunos tendr¨¢n que caminar m¨¢s para encontrar su silla¡±. En plata: aunque la tensi¨®n ha crecido y crecer¨¢, habr¨¢ di¨¦sel para todos. Pero, eso s¨ª, Europa tendr¨¢ que buscarlo mucho m¨¢s lejos que hasta ahora. Y deber¨¢, por tanto, pagar un sobreprecio. Exactamente lo mismo que con el gas. ¡°El mercado est¨¢ descontando que la UE, con la ayuda de EE UU, est¨¢ haciendo lo imposible para no tener problemas¡±, completa Blanch.
Menos optimismo destilan Raad Alkadiri, Henning Gloystein y Ayham Kamel, de la consultora de riesgos Eurasia, que en un reciente an¨¢lisis para clientes calificaban el embargo de ¡°disruptivo¡± y auguraban un impacto ¡°mayor¡± en los mercados que el que se vivi¨® con el crudo. Sin embargo, tanto ellos como la media docena larga de especialistas consultados para este texto coinciden en algo: el mayor riesgo est¨¢ en los precios y no tanto en la seguridad del suministro. ¡°No habr¨¢ racionamiento de di¨¦sel, como se lleg¨® a decir hace unos meses, pero s¨ª m¨¢s tensi¨®n en la cotizaci¨®n del di¨¦sel¡±, apunta Le¨®n, de Rystad. No es solo una cuesti¨®n de distancia: ¡°Se necesitar¨¢n barcos de mayor capacidad¡±, augura David Wech, economista jefe de la firma de an¨¢lisis sectorial Vortexa. M¨¢s sobreprecio.
Como en el caso del gas natural, la primac¨ªa de Rusia como principal suministrador europeo de di¨¦sel respond¨ªa, sobre todo, a su proximidad. ¡°A diferencia de estas nuevas rutas, era un flujo muy eficiente¡±, constata Palacios, de Columbia. ¡°Lo bueno es que el di¨¦sel es m¨¢s f¨¢cil de transportar por barco que el gas. Lo malo es que es un producto complejo, que no se puede procesar en todas las refiner¨ªas del mundo¡±. Menos a¨²n el que necesita Europa, que tiene que ser bajo en azufre.
Espa?a, m¨¢s protegida
En cuestiones energ¨¦ticas, Espa?a es m¨¢s una isla que una pen¨ªnsula: se ha visto con el gas ¡ªla enorme potencia de tiro de sus regasificadoras le ha permitido vivir bastante al margen del nerviosismo alem¨¢n, austriaco o checo¡ª, con la electricidad ¡ªel famoso tope al gas hubiera sido imposible sin su tradicional aislamiento del resto del continente¡ª y, ahora, con el di¨¦sel. Con una capacidad de refino muy superior a la de la mayor¨ªa de los pa¨ªses vecinos ¡ªincluso en un momento de tensi¨®n como este, sigue siendo exportadora neta de gasolina y di¨¦sel¡ª, est¨¢ mucho mejor protegida que sus pares del centro, el norte y el este de la UE.
¡°Estamos m¨¢s tranquilos¡±, reconoce In¨¦s Cardenal, de la Asociaci¨®n Espa?ola de Operadores de Productos Petrol¨ªferos (AOP), que re¨²ne a los principales nombres del sector: de Repsol a Cepsa, de BP a Galp. ¡°Nuestras refiner¨ªas est¨¢n entre las m¨¢s flexibles y competitivas de Europa: pueden procesar crudos de muy distintas calidades y or¨ªgenes¡±. Un factor muy importante desde el punto de vista de la seguridad de suministro que, sin embargo, no protege a Espa?a en el flanco de los precios. ¡°Son internacionales y afectan a todos los pa¨ªses por igual. ?Cu¨¢nto puede encarecerse? Es imposible saberlo, pero hay bastante consenso en que esto va a producir un aumento en las cotizaciones internacionales del di¨¦sel¡±, augura la patronal petrolera.
Muchos millones en liza
Acabe subiendo mucho o poco el precio en los surtidores, hay algo seguro: las refiner¨ªas que han sobrevivido al reciente proceso de cierre en Europa seguir¨¢n haciendo su agosto en los pr¨®ximos meses. Tras un periodo en el que las instalaciones de refinado eran el eslab¨®n m¨¢s d¨¦bil en la cuenta de resultados de las petroleras, en pocos meses ha pasado a ser un potente caladero de beneficios. El veto refuerza a¨²n m¨¢s su posici¨®n de fortaleza: la producci¨®n end¨®gena ¡ªaunque menguante¡ª ser¨¢ m¨¢s importante que nunca para poder sacar adelante esta bola de partido.
Tambi¨¦n obtendr¨¢n su parte del pastel las empresas y pa¨ªses llamados a cubrir el boquete que deja Rusia en el mercado continental. ¡°La India, por ejemplo, est¨¢ ante una oportunidad de oro: tiene un parque de refiner¨ªas brutal, est¨¢ pudiendo comprar crudo ruso con un descuento cercano al 50%, y va a vend¨¦rselo a Europa con m¨¢rgenes enormes¡±, ilustra Le¨®n. ¡°Hay much¨ªsimos intermediarios haciendo un aut¨¦ntico dineral con estas sanciones, sobre todo en China, la India, Oriente Pr¨®ximo y Turqu¨ªa. Se est¨¢n repartiendo del orden de 250 millones al d¨ªa¡±, zanja Blanch.
Al contrario, los consumidores europeos cuentan con todas las papeletas para ser principales paganos: si sube el precio, tendr¨¢n que abonar m¨¢s, tanto cuando repostan su coche ¡ªsi es de gas¨®leo¡ª como cuando van al supermercado, porque cualquier aumento en el precio de este carburante acaba traslad¨¢ndose antes o despu¨¦s a la ya de por s¨ª baqueteada cesta de la compra. Bolsillo y geopol¨ªtica est¨¢n m¨¢s cerca que nunca.
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