Bruselas permitir¨¢ revisar los ajustes fiscales tras cada cita electoral
Los Estados reclaman que se ampl¨ªen los plazos para reducir deudas si hay inversiones en defensa y transici¨®n ecol¨®gica
Los resultados electorales tendr¨¢n consecuencias sobre los planes de ajuste fiscal individuales de los pa¨ªses de la UE. ¡°Los planes podr¨ªan alinearse, previa solicitud, con el ciclo electoral nacional, revisarse con la llegada de nuevos gobiernos y actualizarse en circunstancias objetivas, manteniendo al mismo tiempo la ambici¨®n del ajuste fiscal¡±. As¨ª reza el borrador de conclusiones sobre la reforma en marcha del Pacto de Estab...
Los resultados electorales tendr¨¢n consecuencias sobre los planes de ajuste fiscal individuales de los pa¨ªses de la UE. ¡°Los planes podr¨ªan alinearse, previa solicitud, con el ciclo electoral nacional, revisarse con la llegada de nuevos gobiernos y actualizarse en circunstancias objetivas, manteniendo al mismo tiempo la ambici¨®n del ajuste fiscal¡±. As¨ª reza el borrador de conclusiones sobre la reforma en marcha del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, al que ha tenido acceso EL PA?S, y que los ministros de Finanzas de los Estados miembros analizar¨¢n el 14 de marzo.
La Comisi¨®n Europea se abre, de ese modo, a que un Ejecutivo salido de las urnas pueda renegociar la senda de ajuste pactada por el anterior o bien plantear medidas distintas para alcanzarla. El documento, de poco m¨¢s de cuatro p¨¢ginas, a?ade que las normas que prepare la Comisi¨®n Europea deber¨¢n tener en cuenta el gasto en defensa, as¨ª como la inversi¨®n en transici¨®n digital y medioambiental.
El fantasma del rescate griego en la d¨¦cada pasada y alguno de sus m¨²ltiples cap¨ªtulos, como la llegada al poder de Alexis Tsipras y el choque con las instituciones comunitarias en 2015, parece estar presente en la revisi¨®n de las reglas fiscales. Las lecciones extra¨ªdas en aquellos a?os, cuando parec¨ªa que el edificio del euro se desmoronaba con cada rescate (Irlanda, Portugal, Espa?a y Chipre, adem¨¢s de la propia Grecia), han pesado en esta revisi¨®n. Se ve en el planteamiento inicial que hizo la Comisi¨®n Europea, que propuso que fueran los gobiernos quienes dise?aran las sendas de ajuste, partiendo de las premisas que marcara Bruselas para despu¨¦s negociar con ella su forma definitiva. Y se ve expl¨ªcitamente en este borrador que probablemente se convertir¨¢ en conclusiones definitivas el pr¨®ximo martes: ¡°El marco debe tener en cuenta la necesidad de permitir que el proceso democr¨¢tico de los Estados miembros configure sus pol¨ªticas econ¨®micas¡±.
Aunque no hay detalles sobre esta ¨²ltima frase ni la que da pie a ese ¡°alineamiento con el ciclo electoral¡± ¨Dhabr¨¢ que esperar a que se conozca el detalle de los textos legales, previsiblemente en abril¨D el borrador abre la puerta a que cuando un nuevo Gobierno llegue al poder podr¨¢ plantear a Bruselas la renegociaci¨®n de la senda de ajuste pactada por el anterior. Por ejemplo, podr¨ªa ofertar un cambio en el ritmo de rebaja de deuda ¡ªincluso concentr¨¢ndola en los primeros a?os de la legislatura¡ª o subir impuestos en lugar de bajarlos, si ese hubiera sido el compromiso previo, para poder aumentar el gasto.
El Ejecutivo present¨® sus ideas sobre la reforma de las reglas fiscales en noviembre. Sus l¨ªneas b¨¢sicas pasaban por la creaci¨®n de sendas de ajuste fiscal individualizadas por pa¨ªs seg¨²n la situaci¨®n de sus finanzas p¨²blicas. Esos caminos hechos a medida deber¨ªan se?alar objetivos intermedios de ajuste de deuda y durar¨ªan cuatro a?os, con la posibilidad de llegar hasta siete si el Estado concernido se compromet¨ªa a hacer una serie de reformas e inversiones (un modelo inspirado en el fondo de recuperaci¨®n Next Generation EU).
La meta a largo plazo seguir¨ªa siendo ese volumen del 60% de deuda p¨²blica sobre el PIB ¡ªtambi¨¦n el 3% de d¨¦ficit¡ª, pero ya no se impondr¨ªa a todos el objetivo irreal de rebajar todos los pasivos que superaran ese porcentaje al ritmo de un veinteavo al a?o fuera cual fuera su endeudamiento total. En resumen: la intenci¨®n ser¨ªa reducir la monta?a inmensa de deuda que ha acumulado Europa durante la crisis del euro y la pandemia sin obligar a recortes draconianos que llevaran a recesiones duras.
La idea del Ejecutivo comunitario ha sido la base del debate que han mantenido los Estados miembros, y su resultado no ha cambiado la esencia: ¡°Se reconoce la necesidad de tener en cuenta la posici¨®n de partida de los Estados miembros y sus perspectivas, tambi¨¦n sus caracter¨ªsticas econ¨®micas, en sendas fiscales diferenciadas¡±, se?ala el borrador. Tambi¨¦n se demanda que las nuevas reglas fiscales hagan hueco ¡°a los retos de las inversiones p¨²blicas para la transici¨®n digital y verde¡± y para el gasto en defensa, como pretend¨ªan en Bruselas. Y, adem¨¢s, de nuevo en l¨ªnea con la Comisi¨®n, se piden multas menos cuantiosas para los incumplidores que las previstas actualmente, pero una aplicaci¨®n ¡°m¨¢s eficaz¡±. Nunca hasta ahora se ha castigado a un pa¨ªs por infringir la norma.
Para llegar a este texto, en el que tambi¨¦n se plasman algunos desacuerdos, las negociaciones se intensificaron tras la reuni¨®n del Ecofin, el ¨®rgano que agrupa a todos los ministros de Finanzas de la UE, el 14 de febrero. A las pocas horas, ya hab¨ªa un borrador sobre la mesa. El texto ha ido cambiando hasta llegar al pactado a finales de la semana pasada. El resultado son unas l¨ªneas generales, sin bajar al detalle, que una vez se aprueben en el Ecofin, probablemente el pr¨®ximo martes, dar¨¢n luz verde a la Comisi¨®n para redactar las normas legales de la reforma. Esto ¨²ltimo es de suma importancia para el Ejecutivo comunitario, ya que su intenci¨®n es presentarlas en abril, quedando as¨ª un a?o de legislatura para que el Consejo de la UE ¡ªotra vez los Estados miembros¡ª y la Euroc¨¢mara den forma definitiva a las leyes.
Gui?os a Alemania
Aquel primer borrador que la presidencia rotatoria sueca redact¨® a mitad de febrero ya mostraba la clara intenci¨®n de atraer a Alemania al debate. El ministro alem¨¢n de Finanzas, Christian Lindner, hab¨ªa declarado que el planteamiento de Bruselas no conduc¨ªa a ¡°una senda fiable de reducci¨®n de deuda¡±. Para gan¨¢rselo, los escandinavos hablaban expl¨ªcitamente de ¡°un esfuerzo presupuestario m¨ªnimo¡± en cada senda de ajuste.
Las palabras han cambiado. Ahora se dice que se ¡°deber¨ªa garantizar un esfuerzo fiscal para situar la deuda en una senda suficientemente decreciente o mantenerla en niveles prudentes, preservando al mismo tiempo la sostenibilidad de las finanzas p¨²blicas y promoviendo las reformas y la inversi¨®n p¨²blica¡±. As¨ª puede leerse en la redacci¨®n consensuada en el Comit¨¦ Econ¨®mico y Financiero de la UE, que agrupa los n¨²meros dos de cada Ministerio de Finanzas y a la Comisi¨®n Europea, m¨¢s el BCE, que acude de oyente.
¡°Deber¨ªan estudiarse disposiciones comunes de salvaguarda que garanticen una reducci¨®n suficiente de la deuda y eviten la concentraci¨®n de los esfuerzos fiscales¡±, subraya tambi¨¦n el escrito. Estas ¨²ltimas palabras ¡ªcomo el alineamiento de sendas de ajuste y ciclos electorales¡ª han sido uno de los puntos que m¨¢s debates han provocado, apuntan varias fuentes comunitarias. Berl¨ªn, con el respaldo de Copenhague, ha presionado por una redacci¨®n m¨¢s exigente en la que se hablara abiertamente de una ¡°referencia num¨¦rica com¨²n¡± para la rebaja de deuda.
Madrid, Par¨ªs, Roma y Lisboa han puesto pie en pared: temen que eso induzca a unos objetivos num¨¦ricos iguales a todos, independientemente de su punto de partida. Es decir, algo similar a lo que hay ahora y que no se aplica por irreal, que pasa por rebajar toda la deuda p¨²blica que supere el 60% del PIB al ritmo de ese veinteavo al a?o. Al final, la ¡°referencia num¨¦rica com¨²n¡± se ha ca¨ªdo del texto, pero la redacci¨®n deja claro que se abordar¨¢ m¨¢s adelante porque ¡±son necesarias m¨¢s aclaraciones y debates¡± que pongan negro sobre blanco ¡°referencias cuantitativas comunes¡±.
No es la ¨²nica cuesti¨®n que se deja abierta en este texto, por otra parte, bastante gen¨¦rico. El propio documento admite que deben concretarse los requisitos bajo los que se considerar¨¢ que un pa¨ªs tiene un problema de deuda bajo (los que superen en 60% entrar¨¢n autom¨¢ticamente en el otro grupo); la definici¨®n del gasto agregado (en la comunicaci¨®n inicial de la Comisi¨®n se planteaba dejar fuera los estabilizadores autom¨¢ticos, como el desempleo) o el papel de las recomendaciones espec¨ªficas por pa¨ªs que emite Bruselas cada primavera.
El Ejecutivo comunitario no ha recibido el visto bueno a todos sus planteamientos, por ejemplo, la posibilidad de aumentar el papel de las Autoridades Fiscales de cada pa¨ªs en el dise?o de los planes nacionales de ajuste est¨¢ rechazada con claridad. Y, en cambio, se reclama m¨¢s papel para el Consejo Fiscal Europeo ¡°en el marco de la gobernanza econ¨®mica¡±, una petici¨®n en la que puede intuirse la paternidad de Berl¨ªn, que no se f¨ªa de la Comisi¨®n en el campo fiscal y busca estrecharle el margen de actuaci¨®n en todo momento.
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