Bruselas lanza su propuesta de reglas fiscales para una nueva era de elevado endeudamiento en Europa
La Comisi¨®n plantea sendas de gasto y ajuste individualizados para los pa¨ªses con pasivos m¨¢s abultados sin ahogar el crecimiento y las inversiones
La Comisi¨®n Europea ha decidido adaptar las reglas fiscales a una realidad de elevada deuda p¨²blica, definiendo su nueva propuesta como ¡°realista¡±. Este adjetivo admite a las claras que las vigentes no lo son -no en vano est¨¢n suspendidas- y tambi¨¦n que reconducir la monta?a de cr¨¦ditos acumulados por bastantes pa¨ªses de la zona euro durante las sucesivas crisis sist¨¦micas que se han vivido en los ¨²ltimos 15 a?os va a llevar tiempo, mucho m¨¢s del que se deduce de la redacci¨®n actual del Pacto de Estabilidad y Crecimiento. Para afrontar el problema, Bruselas propone planes individuales de ajuste en las cuentas p¨²blicas de los pa¨ªses con un problema grave o medio que tendr¨¢n que negociar los Estados afectados con el Ejecutivo comunitario y sanciones menos cuantiosas pero m¨¢s f¨¢cilmente aplicables.
Desde la teor¨ªa, la reforma que plantea la Comisi¨®n puede parecer ambiciosa. No toca los objetivos de d¨¦ficit (el equivalente al 3% del PIB) y deuda (60% del PIB), pero cambia la forma en que se rebaja el pasivo a ese list¨®n del 60%. La comunicaci¨®n que ha presentado la Comisi¨®n Europea este mi¨¦rcoles plantea eliminar la regla que obliga a rebajar la deuda hasta llegar a ese nivel a un ritmo de un veinteavo al a?o introducida durante la crisis financiera, es decir, en los tiempos de la austeridad impulsada por la antigua canciller alemana Angela Merkel. Esa velocidad era ¡°irreal¡± para los pa¨ªses con mayores desequilibrios en sus cuentas p¨²blicas (Grecia, Italia, Portugal, Espa?a, B¨¦lgica, Francia), seguirla podr¨ªa arrastrarles a recesiones profundas.
La conclusi¨®n es diferente cuando se observa desde la pr¨¢ctica, porque las reglas del Pacto de Estabilidad, las que calific¨® como ¡°est¨²pidas¡± el expresidente de la Comisi¨®n Europea Romano Prodi, pr¨¢cticamente no se han cumplido pr¨¢cticamente nunca. Basta ver los n¨²meros agregados para llegar a esta conclusi¨®n. La media de la deuda p¨²blica de la zona euro en los primeros a?os de este siglo se acercaba al 70%, m¨¢s o menos en los a?os en que lo incumplieron Francia y Alemania al poco de echar a andar en 1997; super¨® el 80% durante los a?os de la crisis financiera y del euro, se reform¨® de nuevo convirtiendo las normas en el galimat¨ªas actual (la Comisi¨®n edita peri¨®dicamente un vadem¨¦cum, as¨ª le llama, de m¨¢s de 100 p¨¢ginas); y rebas¨® el 90% en los a?os siguientes, cuando Espa?a y Portugal se libraron de ser sancionas por poco. Despu¨¦s lleg¨® la pandemia y la historia es conocida: se aplic¨® la cl¨¢usula de escape que permite su suspensi¨®n y el pasivo acumulado roz¨® el 90%.
La Comisi¨®n busca ahora que las normas se ajusten a una realidad compuesta de una alta deuda p¨²blica como punto de partida en muchos estados, el comienzo de una nueva crisis econ¨®mica agravada/provocada por la invasi¨®n de Ucrania por Rusia y la necesidad de ingentes inversiones para la transici¨®n econ¨®mica, la digital y la defensa del continente. Plantea planes de reducci¨®n de la deuda para los pa¨ªses con un grave problema de sostenibilidad o un problema medio, nada para quienes tienen un pasivo sostenible. Aunque no detalla n¨²meros con los que saber d¨®nde se encuadran los diferentes pa¨ªses. Esos planes que se negociar¨¢n entre Bruselas y los Gobiernos nacionales contendr¨¢n programas de ajuste con objetivos de rebaja de pasivo a cuatro a?os que podr¨¢n ampliarse a siete si el Estado en cuesti¨®n se compromete con reformas e inversiones. Sin contar el dinero que llega de los fondos europeos, tambi¨¦n habr¨¢ un techo de gasto, en cuya contabilidad se excluir¨¢ el pago de los intereses y la factura de los estabilizadores autom¨¢ticos (principalmente, el seguro de desempleo). La versi¨®n final no incluye finalmente una regla de oro que deje fuera la inversi¨®n en determinadas ¨¢reas, como han aclarado el vicepresidente, Valdis Dombrovskis, y el comisario de Econom¨ªa, Paolo Gentiloni, en la presentaci¨®n de la comunicaci¨®n aprobada por el Colegio de Comisarios, y da m¨¢s papel a las autoridades fiscales nacionales en el proceso.
¡°No hay una aproximaci¨®n naif en el sentido de que reconocen que el problema de la deuda es algo m¨¢s complejo que fijar un n¨²mero. Y eso es bueno. Tambi¨¦n hay m¨¢s ¨¦nfasis en la implementaci¨®n y en una reacci¨®n m¨¢s autom¨¢tica para los incumplimientos, lo que est¨¢ bien¡±, apunta Jeromin Zettelmeyer, director del Instituto Bruegel, el mayor think tank de la capital comunitaria. Este economista, no obstante, encuentra los peros al pasar del concepto a su desarrollo: ¡°El planteamiento es equilibrado, pero a la hora de limitar la discrecionalidad, la nueva norma es muy permisiva, no es ambiciosa. Para los pa¨ªses con una deuda sustancial, el objetivo para llegar al 3% es de cuatro a?os, que pueden ser siete. Durante este plazo, la deuda podr¨ªa seguir subiendo. Adem¨¢s, un d¨¦ficit 3% es demasiado alto como meta a largo o incluso mediano plazo. No permite crear suficientes colchones fiscales (reducciones de deuda)¡±.
A Carlos Mart¨ªnez Mongay, economista y coautor de la propuesta de reformas fiscales del Instituto Elcano, le gustan algunos aspectos de la propuesta comunitaria: ¡°Se toma un indicador f¨¢cilmente observable como el techo de gasto, que se parece mucho al saldo primario de las cuentas p¨²blicas [excluido el pago de los intereses] y se olvidan otros m¨¢s oscuros. Tambi¨¦n se deja de lado la regla del 1/20 [reducir la deuda por encima del 60% en un veinteavo al a?o]. Todo esto a?ade transparencia¡±. En el lado de las dudas, est¨¢ la efectividad que puedan tener los planes a cuatro a?os m¨¢s siete -¡±recuerdan a los programas de estabilidad, que han fallado¡±, dice- y las sanciones. ¡°Dicen que van m¨¢s baratas. M¨¢s de lo que han sido hasta ahora es dif¨ªcil, nunca se han aplicado¡±, ironiza.
Tras la aprobaci¨®n de esta comunicaci¨®n por la Comisi¨®n, ahora comienza oficialmente el debate entre los 27 con una propuesta oficial sobre la mesa. Espa?a y Pa¨ªses Bajos, que est¨¢n una posici¨®n alejada, pese al documento conjunto que suscribieron en abril, han recibido bien la propuesta. ¡°Vemos m¨²ltiples elementos positivos que est¨¢n en l¨ªnea con la posici¨®n holandesa, como centrar el foco en el medio plazo y en los pa¨ªses con grandes deudas, y las inversiones y las reformas¡±. M¨¢s escueta es la valoraci¨®n espa?ola: ¡°Es una buena base de trabajo¡±.
La propuesta de reglas fiscales de @ComisionEuropea es un buen punto de partida, inspirado en el papel hispano-neerland¨¦s.
— Nadia Calvi?o (@NadiaCalvino) November 9, 2022
Debemos contar cuanto antes con un nuevo marco que garantice la sostenibilidad fiscal de forma compatible con el crecimiento y la creaci¨®n de empleo.#SGP https://t.co/gBLTUtd7fM
El objetivo de la Comisi¨®n, ha explicado Gentiloni, es tener el encargo del Consejo de la UE para desarrollar un texto legislativo en el primer trimestre del a?o que viene. Aunque el mismo pol¨ªtico italiano admite que esto es un calendario ajustado. Fuentes del Ejecutivo espa?ol a?aden: ¡°El plazo es ambicioso pero tiene que serlo para poder avanzar. Y es importante porque permite dar certidumbre y adaptar el marco a la nueva realidad para el siguiente semestre europeo¡±. Si el resultado del debate no se separa mucho de lo que ha planteado Bruselas este mi¨¦rcoles, ¡°la probabilidad de que se cumpla es mucho m¨¢s alta¡±, admite Zettelmeyer, quien, no obstante, advierte: ¡°Como es tan permisiva, me temo que tampoco evitar¨¢ crisis de deuda, incluso si se cumple¡±.
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