Consolidaci¨®n fiscal: entre el alarmismo y la necesidad
Espa?a no se ha pasado en su respuesta fiscal a la pandemia; hemos hecho mucho, pero no demasiado
En el frente de la pol¨ªtica presupuestaria, Espa?a ha hecho lo que deb¨ªa en los ¨²ltimos tres a?os. La respuesta inteligente a la pandemia y a los efectos de la invasi¨®n de Ucrania era poner dinero encima de la mesa, gastar por encima de los recursos disponibles, proteger los servicios esenciales del Estado del bienestar en manos de las comunidades aut¨®nomas.
En segundo lugar, y en contraste con lo que a veces se lee o escucha, Espa?a no se ha pasado en la respuesta. Atendiendo a la ca¨ªda del PIB que sufrimos en 2020, de las mayores del mundo, el incremento del gasto o la deuda est¨¢n por debajo de lo que podr¨ªa esperarse observando la respuesta de muchos otros: hemos hecho mucho, pero no demasiado. Las estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) lo reflejan con caridad.
En tercer lugar, el buen comportamiento de los ingresos fiscales en estos a?os ha permitido que el d¨¦ficit fiscal est¨¦ siendo sistem¨¢ticamente inferior a las previsiones de organismos p¨²blicos y analistas privados. Y va a volver a ocurrir en 2023. En s¨ªntesis, Espa?a y su Gobierno no se han vuelto, de repente, en unos irresponsables fiscalmente.
Pero esa cr¨ªtica a los alarmistas y exagerados es compatible con reconocer que el punto de partida era malo. En 2019, Espa?a padec¨ªa un d¨¦ficit estructural de los m¨¢s elevados de la Uni¨®n Europea; y su ratio de deuda se situaba en el sexto lugar en la clasificaci¨®n de los Veintisiete. Con esta situaci¨®n de partida y la tensi¨®n a la que hemos sometido las cuentas p¨²blicas en el ¨²ltimo trienio, la vuelta de las reglas fiscales comunitarias es un desaf¨ªo particularmente exigente.
Y en este sentido, tres ideas. La primera es que el Gobierno espa?ol debe seguir presionando para que las reglas fiscales en proceso de revisi¨®n asuman plenamente la necesidad de perseguir objetivos posibles. Los escenarios de consolidaci¨®n fiscal deben ajustarse a los puntos de partida de cada pa¨ªs en sus par¨¢metros de deuda y d¨¦ficit. Lo contrario generar¨ªa esfuerzos de consolidaci¨®n excesivos y, seguramente, poco eficaces: si nos pasamos de tuerca y provocamos recesiones, entrar¨ªamos en un c¨ªrculo vicioso.
La segunda es que necesitamos equilibrar nuestras cuentas p¨²blicas para ganar margen de actuaci¨®n ante crisis futuras y desaf¨ªos estructurales; as¨ª como para no vivir con miedo ante crisis de deuda soberana. La consolidaci¨®n fiscal no debe verse solo como una obligaci¨®n impuesta. Tambi¨¦n es una oportunidad para avanzar como pa¨ªs.
La tercera y ¨²ltima es que, inevitablemente, tenemos frente a nosotros la decisi¨®n de c¨®mo combinar incrementos en recaudaci¨®n impositiva y ajustes en el gasto. Una combinaci¨®n que debe ser decidida pol¨ªticamente y para la que la reforma tributaria y la detecci¨®n y eliminaci¨®n de gastos superfluos o socialmente poco eficientes son herramientas fundamentales.
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