El BCE arrastra los pies
La obsesi¨®n halcona por los tipos de inter¨¦s deja poco espacio a proyectos de vanguardia
Desde el domingo 12 en que EE UU liquid¨® el Silicon Valley Bank, el BCE arrastr¨® los pies. Y algo menos desde el 16, al prometer el banco nacional helv¨¦tico un salvavidas al Credit Suisse.
Pero en modo tr¨¦mulo y dividido. No ha sido el peor de los bancos centrales. El norteamericano y el suizo han practicado ¡°resoluciones bancarias¡± salt¨¢ndose las reglas de imputaci¨®n en cascada de responsabilidad: uno desbord¨® el l¨ªmite de 250.000 d¨®lare...
Desde el domingo 12 en que EE UU liquid¨® el Silicon Valley Bank, el BCE arrastr¨® los pies. Y algo menos desde el 16, al prometer el banco nacional helv¨¦tico un salvavidas al Credit Suisse.
Pero en modo tr¨¦mulo y dividido. No ha sido el peor de los bancos centrales. El norteamericano y el suizo han practicado ¡°resoluciones bancarias¡± salt¨¢ndose las reglas de imputaci¨®n en cascada de responsabilidad: uno desbord¨® el l¨ªmite de 250.000 d¨®lares para proteger dep¨®sitos: los salv¨® a todos. El otro prim¨® a los accionistas sobre los bonistas. Un sobresalto vecino al modelo Rajoy-Guindos de 2012: que los preferentistas pagasen la crisis que no deb¨ªa costarnos ni un euro.
Solo el lunes 20, la presidenta Christine Lagarde se explay¨® en m¨¢s rotundas promesas de garant¨ªas contra los desplomes bancarios ante el Parlamento Europeo.
Pero con h¨¢ndicaps. El primero, asegurando ¡ªcomo el d¨ªa 16, en que subi¨®, impasible, los tipos de inter¨¦s (al 3% el m¨¢s transmisor, la facilidad de dep¨®sito)¡ª que no hab¨ªa ¡°soluci¨®n de compromiso¡± (trade-off) entre estabilidad de precios y estabilidad financiera. O sea, que aquellos pueden seguir subiendo sin que afecten, o tambaleen, a los bancos.
Exactamente lo contrario de lo constatado: el Silicon quebr¨® por su mala gesti¨®n, pero que aflor¨® cuando los tipos subieron y sus rendimientos en deuda bajaron. Opacar lo evidente (el BCE dicta la pol¨ªtica monetaria y tambi¨¦n es guardi¨¢n/supervisor de la solvencia bancaria) es mala gu¨ªa. Como cuando en la pandemia activ¨® un conato de crisis al aseverar que las primas de riesgo no eran competencia suya (?!).
Segundo, ese d¨ªa 16 fue poco rotunda en garantizar (sin aportar datos) que no caer¨ªan bancos. ?Porque esperaba a que Suiza pagase los platos rotos del Credit, legendaria entidad que financi¨® a los nazis y refugi¨® capitales jud¨ªos? (?toma trade-off!).
?O por su divisi¨®n interna? Mientras la doctrina oficial, dispensada en una extra?a y sospechosa sordina (hasta la coordinaci¨®n con los otros bancos centrales el domingo 19), consist¨ªa en ensalzar en tono menor la solvencia de los bancos de la eurozona, el vicepresidente Luis de Guindos cabalgaba como verso suelto.
As¨ª, confes¨® el d¨ªa 14 al Ecofin ¡ªo sea, al ancho mundo¡ª que algunos bancos europeos exhibir¨ªan fragilidad al alza de tipos; que la ca¨ªda de confianza podr¨ªa contagiarse, y que no deb¨ªan descartarse desplomes. Todo obvio en un cronista. Quiz¨¢ m¨¢s ins¨®lito en un banquero central. Pero a lo que se ve no en su vicepresidente, que ya el 6 de enero de 2012 explosion¨® en p¨²blico la crisis financiera espa?ola anunciando un agujero de 50.000 millones.
Tercero, el BCE exager¨® su timidez. Debi¨® haber criticado claramente las violaciones a las normas de sus colegas: porque crean y exportan inseguridad jur¨ªdica.
Y m¨¢s en el caso del Credit Suisse, banco de pa¨ªs tercero, s¨ª, pero m¨¢s interpenetrado con sus colegas alemanes que los de la eurozona (digamos finlandeses con portugueses) entre s¨ª. Y no solo por la historia, ni por la operativa de refugio patrimonial gris, sino por la desgobernanza y las implicaciones gemelas con entidades como el Deustche Bank, en todos los esc¨¢ndalos (hipotecas subprime, multas por violar sanciones, evasi¨®n fiscal...). Hasta su jefe, el locuaz juerguista Josef Ackermann, que celebraba sus aniversarios en la canciller¨ªa cedida por frau Merkel, era... suizo-alem¨¢n. As¨ª que esa banca helv¨¦tica es un riesgo objetivo para la eurozona.
Y cuarto, no basta urgir al Consejo Europeo a que configure ya el Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos com¨²n (m¨¢s all¨¢ de los nacionales), tercera pata, pendiente desde hace 11 a?os, de la uni¨®n bancaria. ?Por qu¨¦ no present¨® al instante un memor¨¢ndum de propuestas, superador (es factible) de las fricciones entre gobiernos? La obsesi¨®n halcona por los tipos de inter¨¦s ¡ªo las alzas salariales como (indemostrado) factor inflacionario¡ª deja poco espacio a proyectos de vanguardia.
Sigue toda la informaci¨®n de Econom¨ªa y Negocios en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal