La economista estadounidense fichada por la Comisi¨®n Europea renuncia a su cargo tras las cr¨ªticas de Macron
Fiona Scott Morton justifica su renuncia por ¡°la controversia acerca de su nacionalidad¡±, en la que tambi¨¦n ha influido sus posibles conflictos de intereses por haber asesorado a varias empresas tecnol¨®gicas
La economista estadounidense Fiona Scott Morton tira la toalla y no ser¨¢ economista jefe de Competencia de la Comisi¨®n Europea. Scott hab¨ªa sido elegida para este puesto hace ya d¨ªas por la vicepresidenta ejecutiva, Margrethe Vestager, y la presidenta del Ejecutivo, Ursula von der Leyen. Pero su designaci¨®n fue recibida con mucha contestaci¨®n desde Francia, donde han cundido las cr¨ªticas desde el Gobierno y la oposici¨®n, el Parlamento Europeo y esta semana dentro del propio Ejecutivo comunitario, cuando varios miembros de la Comisi¨®n firmaron una carta a su jefa pidi¨¦ndole que se reconsiderara la decisi¨®n. Consciente de ¡°la controversia pol¨ªtica¡± de su propio nombramiento, la economista ha enviado este mi¨¦rcoles una carta a Vestager comunic¨¢ndole su renuncia.
La presi¨®n contra este nombramiento se ejerc¨ªa, principalmente, desde Francia. Y aument¨® el martes, cuando el propio presidente, Emmanuel Macron, mostr¨® su rechazo: ¡°Estar¨ªa totalmente abierto a esa configuraci¨®n si los estadounidenses contrataran a un investigador europeo para que estuviera en el centro de toma de decisiones de la Casa Blanca o si los chinos hicieran lo mismo. Pero veo que, por ley, tienen prohibido hacerlo¡±. Un d¨ªa despu¨¦s se ha conocido la renuncia.
Professor Fiona Scott Morton has informed me of her decision to not take up the post as Chief Competition Economist. I accept this with regret and hope that she will continue to use her extraordinary skill-set to push for strong competition enforcement https://t.co/8WSmWYc4LV pic.twitter.com/W3Zb34in7N
— Margrethe Vestager (@vestager) July 19, 2023
Sobre Scott, de 56 a?os, licenciada en Econom¨ªa por la Universidad de Yale y doctora por el MIT, ha pesado no ser ciudadana de la UE y ella misma ha sido consciente. Lo destaca en su carta de renuncia al apuntar que ¡°controversia pol¨ªtica ha crecido por la selecci¨®n de alguien no europeo para el puesto¡±. Ese argumento ha sido esgrimido desde Francia, pero tambi¨¦n por los l¨ªderes del Parlamento Europeo, que el pasado viernes enviaron una carta a Vestager pidi¨¦ndole que reconsiderara su decisi¨®n.
La respuesta, entonces, fue la ratificaci¨®n del nombramiento. ¡°El Colegio [de comisarios] respald¨® la propuesta de nombrar a esta persona para el puesto. La decisi¨®n estaba tomada. No vemos motivos para reconsiderarla¡±, se?al¨® la n¨²mero dos del departamento de portavoces de la Comisi¨®n, Danna Spinant. Adem¨¢s, la economista estadounidense hab¨ªa recibido el respaldo de buena parte de su gremio, entre ellos el de dos economistas franceses muy reconocidos internacionalmente: el premio Nobel Jean Tirole y el ex economista jefe del FMI Olivier Blanchard.
Pero todo esto ha resultado insuficiente. La renuncia de Scott supone una derrota para Vestager, la danesa es la m¨¢xima responsable de Competencia y la que hab¨ªa apostado decididamente por su nombramiento como economista jefe del Departamento. Ella acudi¨® el 11 de julio a la Euroc¨¢mara para defender su decisi¨®n en una comparecencia ante la comisi¨®n de Asuntos Econ¨®micos del Parlamento Europeo, donde este martes se?al¨® que ¡°ser¨ªa un error privar a la Comisi¨®n y a los europeos del mejor asesoramiento econ¨®mico posible¡±. ¡°No hay tantas personas en el mundo que se ajusten a este perfil tan espec¨ªfico y que adem¨¢s est¨¦n dispuestas y disponibles para ocupar un puesto temporal en Bruselas¡±, argument¨® la danesa. Frente a ella se han situado el comisario de Mercado Interior, el franc¨¦s Thierry Breton, o el de Econom¨ªa y Finanzas, Paolo Gentiloni.
El rechazo a Scott, que trabaj¨® en la Administraci¨®n de Barack Obama, no se basaba solo en su nacionalidad. Sus detractores tambi¨¦n dudaban de que fuera la persona id¨®nea para el puesto por haber sido asesora de las grandes empresas tecnol¨®gicas estadounidenses, entre ella Amarzon, Microsoft y Apple. Este argumento se ha escuchado con fuerza en el Parlamento Europeo y, de hecho, aparec¨ªa desarrollado en la carta que los portavoces de los cuatro mayores grupos pol¨ªticos (Manfred Weber, por los populares; Iratxe Garc¨ªa, por los socialistas; St¨¦phane S¨¦journ¨¦, por los liberales de Renew; y Philippe Lamberts, por Los Verdes) enviaron a Vestager el viernes pasado.
El proceso de selecci¨®n tambi¨¦n ha cosechado cr¨ªticas por falta de transparencia porque el Ejecutivo comunitario, por ejemplo, se ha negado a hacer p¨²blicas todas las empresas para las que ha trabajado la economista, alegando confidencialidad en un proceso an¨®malo en general, pues los altos cargos de la Comisi¨®n Europea tienen un requisito de nacionalidad que, de forma excepcional, fue derogado para este puesto en una reuni¨®n de comisarios en marzo.
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