Espa?olas en Bruselas
Pese al ruido pol¨ªtico interno, las vicepresidentas espa?olas fraguan acuerdos europeos en Bruselas
Pese al ruido pol¨ªtico interno, las vicepresidentas espa?olas fraguan acuerdos europeos en Bruselas, seg¨²n la din¨¢mica tradicional: en alg¨²n punto intermedio entre sus objetivos m¨¢ximos y los recelos de ciertas capitales.
Teresa Ribera logr¨® el 17 de octubre pactar en el Consejo una reforma del mercado el¨¦ctrico. Aspiraba a una modificaci¨®n seria del sistema marginalista de fijaci¨®n de precios el¨¦ctricos.
No lo logr¨®, pero s¨ª...
Pese al ruido pol¨ªtico interno, las vicepresidentas espa?olas fraguan acuerdos europeos en Bruselas, seg¨²n la din¨¢mica tradicional: en alg¨²n punto intermedio entre sus objetivos m¨¢ximos y los recelos de ciertas capitales.
Teresa Ribera logr¨® el 17 de octubre pactar en el Consejo una reforma del mercado el¨¦ctrico. Aspiraba a una modificaci¨®n seria del sistema marginalista de fijaci¨®n de precios el¨¦ctricos.
No lo logr¨®, pero s¨ª un mecanismo m¨¢s ¨¢gil para la declaraci¨®n anticipada de una crisis de precios que permita fijarles topes temporales o subsidios a hogares y pymes.
Am¨¦n de medidas de fomento a las renovables y contratos a largo plazo que reduzcan la volatilidad de precios al consumidor, los cargos impropios y m¨¢s garant¨ªas. El acuerdo del Consejo pas¨® al prescriptivo cedazo del ¡°tr¨ªlogo¡±, una negociaci¨®n con la Comisi¨®n y el Parlamento.
Nadia Calvi?o lidia con el tambi¨¦n picudo asunto de las reglas fiscales o reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) antes de que su suspensi¨®n concluya en enero y se restablezca tal cual su obsoleta, salvaje y prolija redacci¨®n actual.
El jueves obtuvo el pl¨¢cet a su tercer documento de trabajo ¡ªcada uno m¨¢s detallado que el previo¡ª, al que solo falta rellenar algunas casillas, aunque claves, para redactar el proyecto de reglamento y pasarlo despu¨¦s a su correspondiente ¡°tr¨ªlogo¡±.
La aspiraci¨®n m¨¢xima (p¨²blica) de la presidencia espa?ola era mantener intacto el proyecto de la Comisi¨®n: sendas individualizadas por pa¨ªses, pactadas con cada uno de ellos, para ajustar ¡ªa la baja¡ª la deuda disparada en las ¨²ltimas crisis; aplicables en cuatrienios en vez de por anualidades. Y sin objetivos num¨¦ricos (porcentajes comunes) de reducci¨®n.
Quedan a¨²n algunas reuniones del Ecofin antes del consenso final. Pero de momento, Francia y Alemania ya han convergido sobre la arquitectura del acuerdo. O sea, los pa¨ªses que encabezaban los dos polos distanciados, el de la austeridad y el de la flexibilidad.
La urdimbre del pacto estriba en ultimar una reforma menos r¨ªgida y austeritaria que el actual PEC. Mantendr¨¢ el esquema de la Comisi¨®n, pero lo endurecer¨¢ fijando cifras comunes a la rebaja de la deuda, v¨ªa reducci¨®n del d¨¦ficit a menos del 3%. Con hitos alcanzables al cabo de cuatro-siete a?os, e incluso m¨¢s, pero empezando desde el inicio. Berl¨ªn pide una cifra m¨¢s exigente dentro del 3%; Par¨ªs ofrece un m¨ªnimo razonable. Casilla en blanco.
A cambio, habr¨¢ una cl¨¢usula de oro de la inversi¨®n. Se descontar¨¢ del c¨®mputo para el d¨¦ficit el gasto dedicado a defensa y se tendr¨¢ en cuenta la cofinanciaci¨®n estatal de proyectos europeos y el esfuerzo en los planes de recuperaci¨®n (la pata de cr¨¦ditos) para ampliar el calendario de consolidaci¨®n.
Es menos que el mejor sue?o; mucho m¨¢s que la peor pesadilla. En principio.
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