Una veintena de exl¨ªderes mundiales piden a Biden y al G-20 aprobar un impuesto global a los superricos
Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y Felipe Gonz¨¢lez, junto a otros 17 antiguos presidentes, firman la carta que apoya la ¨²ltima propuesta del economista Gabriel Zucman
Los grandes debates internacionales en materia fiscal tienen que pasar antes por Estados Unidos y, desde ah¨ª, continuar su camino hacia otras econom¨ªas del mundo como Alemania, Francia, Italia o Jap¨®n. Por eso, este jueves, casi una veintena de antiguos jefes de Estado y de Gobierno de varios pa¨ªses han solicitado por carta al presidente estadounidense, Joe Biden, y al resto de los l¨ªderes del G-20, un apoyo formal al ...
Los grandes debates internacionales en materia fiscal tienen que pasar antes por Estados Unidos y, desde ah¨ª, continuar su camino hacia otras econom¨ªas del mundo como Alemania, Francia, Italia o Jap¨®n. Por eso, este jueves, casi una veintena de antiguos jefes de Estado y de Gobierno de varios pa¨ªses han solicitado por carta al presidente estadounidense, Joe Biden, y al resto de los l¨ªderes del G-20, un apoyo formal al nuevo plan que prev¨¦ un gravamen especial sobre las 3.000 personas m¨¢s ricas del mundo, con el objetivo de recaudar hasta 250.000 millones de d¨®lares adicionales (unos 231.000 millones de euros) a nivel global.
¡°Gravar a los ultrarricos cuenta con un s¨®lido apoyo popular en todo el mundo y en todos los espectros pol¨ªticos, incluso entre los propios ultrarricos. El liderazgo del G-20 fue vital para lograr un acuerdo global sobre un impuesto m¨ªnimo a las empresas. Ahora es el momento de hacer lo mismo para las grandes fortunas¡±, reza la misiva a la que ha tenido acceso EL PA?S, firmada por los dos expresidentes socialistas del Gobierno de Espa?a, Felipe Gonz¨¢lez y Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. A ellos se le unen nombres como Dominique de Villepin, Stefan L?fven, Jan Peter Balkenende, Yorgos Papandreu y Julia Gillard, ex primeros ministros de Francia, Suecia, Pa¨ªses Bajos, Grecia y Australia, respectivamente. Tambi¨¦n suscriben la carta Michelle Bachelet, expresidenta de Chile, Kim Campbell, ex primera ministra de Canad¨¢, o Alfred Gusenbauer, excanciller de Austria, entre otros.
Los antiguos l¨ªderes pol¨ªticos explican en el documento que las grandes fortunas de todo el mundo ¡°pagan una tasa impositiva m¨¢s baja que los maestros y los limpiadores¡±. A nivel global, argumentan, los multimillonarios abonan el equivalente a menos del 0,5% de su riqueza, lo que provoca que miles de millones de euros ¡°que podr¨ªan haber sido invertidos productivamente en educaci¨®n, salud o infraestructuras¡± hayan sido ¡°acumulados improductivamente por los ultrarricos¡±. El resultado de esta espiral es ¡°la extrema desigualdad¡±, un fen¨®meno que lleva a que ¡°demasiadas personas sientan que el contrato social est¨¢ roto y que sus democracias los han dejado atr¨¢s¡±. Por todo ello, la propuesta fiscal es ¡°estrat¨¦gica y necesaria¡±.
Hace un par de semanas, la presidencia brasile?a del G-20 present¨® las conclusiones de un informe encargado al c¨¦lebre economista franc¨¦s Gabriel Zucman, director del Observatorio Fiscal de la Uni¨®n Europea. El documento en cuesti¨®n propone que las personas con una riqueza total de m¨¢s de 1.000 millones de d¨®lares (unos 935 millones de euros) paguen al menos el 2% de su patrimonio total para que los Estados tengan recursos adicionales por valor de entre 200.000 y 250.000 millones.
El plan, seg¨²n el propio Zucman, ha sido respaldado ya por Espa?a, Francia, Brasil, Sud¨¢frica, Colombia y B¨¦lgica, entre otros. Y para su viabilidad, bien lo saben los l¨ªderes internacionales, vendr¨ªa muy bien un bal¨®n de ox¨ªgeno procedente de Washington y del resto de capitales de las grandes econom¨ªas. ¡°Rara es la propuesta que nos pide unirnos como exl¨ªderes y que reconocemos como pol¨ªticamente posible. Esta, claramente, lo es¡±, a?aden los firmantes en la misiva, coordinada por el Club de Madrid y Oxfam Interm¨®n.
El plan de Zucman prev¨¦ que los contribuyentes con una riqueza total de m¨¢s de 1.000 millones entre inmuebles, acciones, participaciones en empresas y otros bienes, paguen al menos el 2% de su patrimonio total, siempre y cuando no contribuyan ya a la hacienda p¨²blica en esa cuant¨ªa a trav¨¦s de impuestos personales sobre la renta. El marco, al igual que ha sucedido con el m¨ªnimo global del 15% en sociedades, tambi¨¦n permitir¨ªa a los pa¨ªses aplicar mecanismos de ¨²ltima instancia para exigir la parte correspondiente del gravamen en el caso de que otras jurisdicciones renuncien a los ingresos.
La propuesta parte de la base de que el 2% exigido se calcule sobre la riqueza y no sobre los ingresos de los altos contribuyentes, ya que se trata de una magnitud m¨¢s dif¨ªcil de manipular y ocultar. En este escenario, la recaudaci¨®n adicional prevista implica que, de media, los ultrarricos abonaran 80 millones por cabeza. Si el marco se ampliara a las personas con un patrimonio neto superior a 100 millones de d¨®lares, se obtendr¨ªan entre 100.000 y 140.000 millones de d¨®lares al a?o adicionales; si la tasa fuera del 3%, la recaudaci¨®n se mover¨ªa entre los 550.000 y los 690.000 millones de d¨®lares, de los cuales el 55% proceder¨ªa de los milmillonarios.
Coordinaci¨®n global
En la carta, dirigida a l¨ªderes como Joe Biden, el canciller alem¨¢n, Olaf Scholz, o el nuevo primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, los firmantes insisten en la necesidad de la coordinaci¨®n global. Para ello, utilizan el ejemplo del nuevo m¨ªnimo global del 15% para las multinacionales que se ha acordado en el marco de la OCDE.
¡°La acci¨®n nacional es indispensable. Necesitamos gravar los ingresos de los multimillonarios en cada pa¨ªs¡±, explican. Sin embargo, a?aden, ¡°la acci¨®n nacional por s¨ª misma puede llegar solo hasta cierto punto¡± debido a que el capital global no respeta las fronteras nacionales y la evasi¨®n y elusi¨®n fiscal de los ultrarricos ¡°tienen ¨¦xito cuando los gobiernos no trabajan juntos¡±. Por eso, ¡°necesitamos cooperaci¨®n global¡±, como ya se ha hecho con el m¨ªnimo en el impuesto de sociedades.
Los exl¨ªderes mundiales reconocen que saben de primera mano c¨®mo es ¡°la realidad del cargo pol¨ªtico¡± y sus limitaciones, ¡°incluidas las presiones que se les imponen¡±. Sin embargo, piden a los actuales mandatarios liderazgo mundial para un nuevo consenso sobre la tributaci¨®n. ¡°Estamos listos para apoyarlos en esta agenda¡±, concluyen.
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