Conciliar y trabajar en hosteler¨ªa, misi¨®n imposible: ¡°A veces pienso que no he tenido vida¡±
Cuando el resto descansa estos empleados afrontan sus picos de actividad, lo que afecta a sus relaciones familiares y sentimentales. La imprevisibilidad de los turnos y las jornadas partidas complican su d¨ªa a d¨ªa
¡°Es imposible conciliar la vida familiar y este trabajo¡±, lamenta Yeray Ortega, trabajador de 42 a?os en un hotel. Repite varias veces la misma palabra, ¡°imposible¡±, tras chocar tantas veces con la misma pared. El muro se compone de muchas horas, ya que su sector registra las jornadas m¨¢s largas de la econom¨ªa espa?ola, pero lo que lo mantiene en pie es otra cosa. Es c¨®mo se reparten esas horas, tan a menudo en jornadas partidas que ...
¡°Es imposible conciliar la vida familiar y este trabajo¡±, lamenta Yeray Ortega, trabajador de 42 a?os en un hotel. Repite varias veces la misma palabra, ¡°imposible¡±, tras chocar tantas veces con la misma pared. El muro se compone de muchas horas, ya que su sector registra las jornadas m¨¢s largas de la econom¨ªa espa?ola, pero lo que lo mantiene en pie es otra cosa. Es c¨®mo se reparten esas horas, tan a menudo en jornadas partidas que absorben todo el d¨ªa, y, sobre todo, la poqu¨ªsima antelaci¨®n con la que estos trabajadores conocen sus horarios. ¡°Es imposible¡±, insiste, ¡°organizarte para nada. Yo tengo un hijo y me cuesta mucho encajar las piezas. Hay sitios en los que no sabes c¨®mo vas a trabajar una semana hasta el s¨¢bado o el domingo anterior. ?C¨®mo se va a vivir as¨ª? No puedes ni organizarte para sacar al perro¡±. Y, para cerrar el c¨ªrculo, cuando estos empleados libran el resto del mundo descansa. ¡°Es muy dif¨ªcil hacer planes con alguien un lunes o un martes¡±, lamenta este trabajador canario.
Son los cuatro problemas principales que imposibilitan conciliar a muchos empleados de la hosteler¨ªa: exceso de horas, jornadas mal repartidas, poca previsibilidad en los turnos y picos de actividad cuando el resto descansa. En funci¨®n del tipo de negocio y del puesto de trabajo cada uno de estos problemas es m¨¢s o menos intenso. Algunos tienen la fortuna de sortear algunos, pero se limita justo a eso: a un golpe de suerte en absoluto habitual, por lo que dicen los trabajadores consultados.
Empecemos por el primero, el m¨¢s cuantificable con estad¨ªsticas oficiales. La hosteler¨ªa es el sector en el que los empleados a jornada completa notifican m¨¢s horas pactadas (174 al mes, cinco m¨¢s que la media) y m¨¢s horas realmente trabajadas (156, diez m¨¢s que el promedio). Es m¨¢s tiempo de trabajo que el resto de ocupados. ¡°Para m¨ª es normal trabajar de 11 de la ma?ana a una de la madrugada, con una pausa de una hora para comer. Son jornadas pesad¨ªsimas a cambio de un salario baj¨ªsimo, con solo un d¨ªa para librar¡±, dice Hannah, camarera de 34 a?os de origen venezolano.
Es madre soltera. ¡°Trabajo tanto para ganar lo suficiente como para que alguien cuide de mis hijos, a los que apenas veo durante muchas etapas justo por eso. Es muy frustrante cobrar 1.300 euros y gastarte 300 en que les cuiden y otros 800 en el alquiler¡±, explica Hannah, que adem¨¢s no cobra todas las horas extra que trabaja. Otros compa?eros s¨ª echan las horas que establecen sus contratos, pero se reparten a lo largo del d¨ªa de la forma que m¨¢s le conviene a la empresa y que peor encaja para el empleado.
Jornadas mal repartidas
En Espa?a la jornada laboral est¨¢ muy poco compactada: seg¨²n Eurostat entre las 8.00 y las 8.10 trabajan o estudian el 14,3% de los espa?oles y entre las 20.00 y las 20.10, el 10,9%. En Italia, por ejemplo, hay m¨¢s personas trabajando o estudiando a primera hora (20,2%) pero es un desfase mucho menor respecto a Espa?a que el que se da a ¨²ltima hora de la tarde (4,3%). As¨ª, madrugamos algo menos pero somos muchos m¨¢s trabajando hasta bastante m¨¢s tarde. De los pa¨ªses que recoge la oficina estad¨ªstica europea ¡ªcuyas cifras son de 2010, pero tienen valor comparativo¡ª, en ning¨²n otro hay tantas personas trabajando entre las 18.00 y las 20.00. Los expertos siempre inciden en la importancia de lo tarde que cenamos en Espa?a en este desfase, lo que en consecuencia alarga la jornada de los camareros.
¡°Yo estuve mucho a?os con horario partido y era terrible¡±, recuerda la canaria Silvia Quintana, de 50 a?os. ¡°Trabajaba en un hotel de 8.00 a 12.00 para los desayunos y de 18.00 a 23.00 para las cenas. As¨ª es imposible desconectar, es como si trabajaras todo el d¨ªa¡±. Hay que tener en cuenta que a estos horarios hay que sumarle los desplazamientos. ¡°Lo peor es que muchos trabajadores tienen estos turnos y se forman unas caravanas incre¨ªbles, de hasta una hora. Es tiempo que no descansas¡±.
Tras muchos a?os con ese horario tan sacrificado, al ser madre Silvia consigui¨® la anhelada concreci¨®n horaria (reafirmada una y otra vez por la jurisprudencia), por la cual echa todas las horas de golpe. Carmen, de 60 a?os, lo tuvo m¨¢s dif¨ªcil. ¡°Ha sido dificil¨ªsimo ser madre con este oficio. Ten¨ªa el acuerdo de entrar algo m¨¢s tarde en las cenas para cuidar a mi hija, pero ten¨ªa que estar pendiente de un busca para acudir r¨¢pido si hab¨ªa mucho trabajo. Me ha pasado muchas veces de estar haciendo algo e irme corriendo. A veces pienso que no he tenido vida, que he dicho que no a muchos planes por si me llamaban. Es uno de los mayores errores de mi vida. ?Por qu¨¦ no se pueden saber los horarios con tiempo como en cualquier otro negocio?¡±.
Imprevisibilidad horaria
Esa imprevisibilidad es, quiz¨¢, lo que m¨¢s les molesta. ¡°Pasa incluso en algunas de las mayores cadenas hoteleras, que no sabes cu¨¢ndo vas a trabajar hasta el d¨ªa antes. Eso no es normal¡±, lamenta Yeray. ¡°Lo peor es no saber¡±, contin¨²a Teresa, de 35 a?os. ¡°Si conocieras tus turnos con un mes de antelaci¨®n, con unas semanas, podr¨ªas planificar tu vida. Pero as¨ª es imposible, siempre a expensas de a ver cu¨¢ndo te toca. Los jefes se justifican diciendo que no pueden saber cu¨¢nto trabajo van a tener y que por eso hasta el ¨²ltimo momento no te lo dicen, pero es que eso aplicar¨ªa a otros sectores en los que s¨ª hay previsibilidad en los turnos. Es algo matador, mentalmente pasa factura¡±. Algunas convenios colectivos del sector establecen una antelaci¨®n m¨ªnima con la que se deben distribuir los cuadrantes, pero los trabajadores insisten en que esta condici¨®n no siempre se respeta.
A ello se suma la escasa agilidad de muchos negocios hosteleros para despu¨¦s cambiar esos turnos. Es el caso de Borja Trujillo, camarero de 37 a?os: ¡°Tengo la custodia compartida de mi hijo, dos hermanas con una deficiencia mental y mi madre ha estado ingresada porque se parti¨® la cadera, me necesita. El caso es que trabajo una semana de ma?ana y otra de tarde¡±. Por la ma?ana abren centros sociales que atienden a sus hermanas y su madre, pero no por la tarde. ¡°He presentado una petici¨®n de conciliaci¨®n familiar para trabajar solo de ma?ana, lo que me cambiar¨ªa la vida, pero no me la han concedido. Ahora vamos a volver a negociar, est¨¢ siendo muy dif¨ªcil. Mis compa?eros me dicen que no saben c¨®mo aguanto¡±.
Paula, recepcionista de 53 a?os, tambi¨¦n sufri¨® durante a?os la escasa adaptaci¨®n de sus turnos: ¡°La profesora de mi hijo me pregunt¨® una vez que si mi marido y yo nos hab¨ªamos divorciado, que por qu¨¦ nunca coincid¨ªamos. ?l tambi¨¦n trabaja en hosteler¨ªa y hemos tenido los horarios desacompasados. Al final la maternidad es un punto negativo en tu curr¨ªculum, te quita puntos¡±. A la vez, los que no son padres denuncian que en ocasiones lo tienen a¨²n m¨¢s dif¨ªcil. ¡°Nosotros tambi¨¦n necesitamos conciliar para cuidarnos y se habla mucho menos de ello¡±, lamenta Teresa.
Trabajar el resto descansa
Todo esto coincide con un problema de base, consustancial a la actividad hostelera: al girar en torno a desayunos, comidas y cenas, justo cuando tendemos a juntarnos, irremediablemente estos trabajadores trabajan cuando el resto se re¨²ne. Y lo hacen con m¨¢s intensidad en fin de semana, en las vacaciones habituales y en festivos. ¡°La conciliaci¨®n familiar en este sector es una utop¨ªa¡±, se queja Sergio David, de 27 a?os y residente en Ibiza. ¡°Un mundo en el que la totalidad de festivos y fines de semana tienes que trabajar, pues la familia puede parecer secundaria¡±. Cree que si fuera padre intentar¨ªa dejar el sector. ¡°Mi padre se dedicaba a ello y no le recuerdo mucho en casa. Yo siempre estaba con mi madre, mientras mi padre hac¨ªa 15 horas diarias. No es la panacea para conciliar¡±.
Luis Palmero, empleado valenciano en una cadena de comida r¨¢pida, tambi¨¦n lamenta lo que se ha ¡°perdido¡± por este tipo de horarios: ¡°Para m¨ª, personalmente, es dif¨ªcil llevarlo. Me he perdido una parte del crecimiento de mi hija y veo poco a la familia porque cuando quedan yo estoy trabajando. No lo llevo bien, pero es lo que hay¡±. Tiene una sensaci¨®n parecida a la de Silvia: ¡°Me he pasado la vida rezando para que el d¨ªa de Reyes cayera en lunes para que fuera mi libranza y poder estar con mi hija, para no tener que ver el v¨ªdeo que grabara mi madre. Cuando hay eventos familiares soy la ¨²nica que falta, siempre por lo mismo: cuando la gente est¨¢ disfrutando es cuando m¨¢s trabajo tienes t¨²¡±.
Varios coinciden en que justo estos horarios acaban afectado a sus relaciones personales, a que se circunscriba a otros compa?eros de sector. ¡°Al final tu c¨ªrculo social se limita a tus compa?eros y los del bar de al lado, que tienen la misma vida que t¨². Pierdes el contacto con el mundo exterior, hay amistades que pierdes porque no tienes una vida social normal. Olv¨ªdate de viajes y vacaciones con amigos ?Qui¨¦n puede salir entre semana, cuando t¨² libras? Te cabreas con la vida¡±, indica Hannah. Esto tambi¨¦n aplica a las relaciones sentimentales, en opini¨®n de Teresa: ¡°Habr¨¢ quien podr¨¢ llevarlo, pero a m¨ª me parece imposible. Estoy muy a gusto soltera, pero cuando he tenido pareja estos horarios lo complican todo. Es que no puedes hacer una escapada, ni coger vacaciones cuando el resto de la gente... Estos horarios te a¨ªslan socialmente¡±.
A la vez, estos turnos les conducen a menudo a comer y dormir a deshora. ¡°No te alimentas bien, tampoco descansas lo suficiente. Acaba afectando a tu salud mental¡±, lamenta Teresa. ¡°Te descuadra todo. Tu vida no depende de ti o de tus hijos o de tu pareja. Depende del restaurante¡±, a?ade Hannah.
Planes para mejorar
El debate sobre si habría que modificar los extraños horarios españoles, más allá de la hostelería, reaparece de vez en cuando. El tema está en la agenda del Gobierno. Ya en la legislatura pasada la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, comenzó a trabajar en una ley de usos del tiempo que no pudo aprobar por el adelanto electoral, pero que volvió a incorporar en el acuerdo de coalición de PSOE y Sumar.
Para elaborar esta norma, Trabajo encargó un informe a más de 60 expertos multidisciplinares que elaboraron un documento exhaustivo que incluía hasta un centenar de propuestas, algunas también aportadas por interlocutores sociales, académicos o responsables públicos de distintos ámbitos. Entre otras cuestiones, recomienda terminar de trabajar a las 18.00; cerrar más pronto los comercios, entre las 17.00 y las 19.00; adelantar el horario del prime time televisivo de forma que termine a las 23.00 o retrasar el comienzo del horario lectivo de secundaria y universidades.
En lo que llevamos de legislatura no ha habido avances al respecto. Sí está en marcha la negociación para reducir la jornada ordinaria a 37,5 horas. De cumplir esta promesa, el Ejecutivo recortaría el tiempo de trabajo de la mayoría de los camareros. Esto es así porque en hostelería la jornada pactada media ronda las 39,4 horas semanales.
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