La agricultura espa?ola toca fondo: casi tres a?os de ca¨ªdas ininterrumpidas y empleos en riesgo
El sector acumula nueve trimestres consecutivos de ca¨ªdas en el empleo y 10 con retrocesos en la facturaci¨®n. Alrededor del 15% del territorio, incluyendo grandes ¨¢reas de cultivo, siguen afectadas por una sequ¨ªa persistente desde 2022
Las organizaciones agrarias no dejan de mencionar la palabra ¡°p¨¦rdidas¡±. Agricultores que venden sus granjas, otros que usan sus ahorros para pagar deudas o simplemente para mantener al d¨ªa el pago de los cr¨¦ditos o hacer frente a despidos. En definitiva, el campo espa?ol lleva casi tres a?os viviendo una situaci¨®n grave. Los n¨²meros no mienten: el sector agr¨ªcola acumula nueve trimestres consecutivos de ca¨ªdas en el empleo y 10 con ...
Las organizaciones agrarias no dejan de mencionar la palabra ¡°p¨¦rdidas¡±. Agricultores que venden sus granjas, otros que usan sus ahorros para pagar deudas o simplemente para mantener al d¨ªa el pago de los cr¨¦ditos o hacer frente a despidos. En definitiva, el campo espa?ol lleva casi tres a?os viviendo una situaci¨®n grave. Los n¨²meros no mienten: el sector agr¨ªcola acumula nueve trimestres consecutivos de ca¨ªdas en el empleo y 10 con retrocesos en la facturaci¨®n, seg¨²n los datos que se extraen de la encuesta que realiza el Banco de Espa?a a las empresas espa?olas sobre la evoluci¨®n de su actividad. La mala racha parece no tener fin. La sequ¨ªa, los altos costes de producci¨®n y una demanda estancada han sumido al sector en una crisis prolongada, poniendo en jaque la viabilidad de miles de explotaciones agr¨ªcolas en todo el pa¨ªs.
La ca¨ªda es m¨¢s que num¨¦rica. Detr¨¢s de las estad¨ªsticas hay personas como Juan Luis ?vila, agricultor de olivos en Ja¨¦n, que se enfrentan a diario al reto de mantener su producci¨®n en condiciones adversas. ¡°Llevamos m¨¢s de dos a?os con una ca¨ªda brutal en la producci¨®n, recogiendo un tercio de lo que ser¨ªa una cosecha normal por la falta de lluvia¡±, lamenta. Los efectos nocivos no se limitan a un solo territorio. Concepci¨®n Garc¨ªa, de Albacete, ha dedicado toda su vida al cultivo de cereales y legumbres, y no recuerda haber pasado una racha tan mala. ¡°Es una tormenta que no para, entre la sequ¨ªa, los mayores gastos para cultivar y los pr¨¦stamos que tambi¨¦n son m¨¢s caros, los ¨²ltimos a?os han sido una lucha por evitar la bancarrota¡±, comenta con un tono de resignaci¨®n.
El Banco de Espa?a refleja con claridad esta tendencia negativa. Desde el primer trimestre de 2022, cuando a¨²n se registraba un t¨ªmido crecimiento del 0,6% en la facturaci¨®n, la agricultura ha ido descendiendo gradualmente hasta acumular ca¨ªdas de hasta el 0,36% en algunos periodos. Entre julio y septiembre de este a?o, cerr¨® con una disminuci¨®n adicional del 0,29%, lo que pone de manifiesto que las p¨¦rdidas se han prolongado m¨¢s all¨¢ de lo soportable. La encuesta que realiza el organismo recoge las respuestas an¨®nimas de empresas del sector que se encuentran en todo el pa¨ªs, por lo que se concluye que la disminuci¨®n de la actividad econ¨®mica es generalizada, a pesar de que haya zonas m¨¢s afectadas.
El empleo, otro indicador crucial para medir la salud del sector, refleja un panorama similar. El tercer trimestre de 2024 cerr¨® con una ca¨ªda del 0,18%, marcando as¨ª nueve trimestres consecutivos de descensos. Es decir, que por m¨¢s de dos a?os los empresarios del sector han tenido que reducir la contrataci¨®n. M¨¢s all¨¢ del sentir empresarial, distintos informes corroboran su menor participaci¨®n en el mercado laboral. El informe sectorial agroalimentario, publicado esta semana por CaixaBank Research, muestra que el sector primario sigue destruyendo empleo, a un ritmo que ronda entre el 2% y 3% anual, ¡°de tal manera que su peso en el total de afiliados contin¨²a descendiendo¡±.
Entre enero y agosto de este a?o, el sector destruy¨® 18.000 empleos, lo que supone un recorte del 2% interanual. Por si fuera poco, la ¡°evidente estacionalidad de la actividad que caracteriza al sector hace que su tasa de temporalidad siga siendo mucho m¨¢s elevada que para el conjunto de la econom¨ªa espa?ola¡±, seg¨²n detalla el informe.
La combinaci¨®n de todos estos factores ha llevado al sector a una situaci¨®n cr¨ªtica. ¡°Estamos al borde del colapso¡±, lamenta ?vila, que adem¨¢s subraya que las soluciones gubernamentales desplegadas hasta el momento han sido insuficientes. ¡°Si esto sigue as¨ª, la gran despensa de Espa?a est¨¢ en riesgo. Dependemos cada vez m¨¢s de terceros pa¨ªses, y eso no es sostenible¡±, advierte este agricultor.
Seg¨²n los ¨²ltimos informes del Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica y el Reto Demogr¨¢fico (MITECO), desde mediados del a?o pasado ha habido una ligera mejor¨ªa en la situaci¨®n de la sequ¨ªa. Si en 2022 entre el 35% y 45% del territorio estaba afectado, en 2023 esta cifra baj¨® al 15%-25%, y en la primera mitad de 2024 se redujo a¨²n m¨¢s, llegando en torno al 15% del pa¨ªs. Pero a pesar de esta tendencia positiva, persisten grandes ¨¢reas de cultivo donde la sequ¨ªa sigue siendo problem¨¢tica.
De hecho, la Agencia Estatal de Meteorolog¨ªa (AEMET) public¨® esta semana un informe en el que destac¨® que el a?o hidrol¨®gico ¨Dque comenz¨® el 1 de octubre de 2023 y termin¨® el 30 de septiembre de 2024¨D ha dejado una distribuci¨®n muy desigual en las precipitaciones. En consecuencia, ¡°las provincias ba?adas por el Mediterr¨¢neo y ambos archipi¨¦lagos terminaron el a?o hidrol¨®gico en situaci¨®n de sequ¨ªa meteorol¨®gica¡±, destaca el documento. Las provincias de Valencia, Alicante, Murcia y Almer¨ªa, que son algunas de las ¨¢reas donde hay otras dificultades como el aumento de costes y la baja rentabilidad, contin¨²an agravando la situaci¨®n.
El efecto de estos malos a?os
Las razones detr¨¢s de esta ca¨ªda en el empleo y la facturaci¨®n son diversas y en muchos casos conocidas. Por un lado, la sequ¨ªa de los ¨²ltimos a?os redujo el rendimiento de las cosechas. Por otra parte, el aumento de los costes de producci¨®n, agravado por la guerra en Ucrania y la crisis inflacionaria, increment¨® el precio de los insumos agr¨ªcolas. Finalmente, la subida de tipos implementada por el Banco Central Europeo para combatir el descontrol de precios termin¨® por encarecer los pr¨¦stamos para un sector con gran necesidad de financiaci¨®n.
La sequ¨ªa es, sin duda, el factor decisivo. Desde 2022, los niveles de precipitaciones han sido insuficientes para garantizar un rendimiento adecuado de las cosechas. Entre 2021 y 2023, la superficie de regad¨ªo en Espa?a disminuy¨® un 4,4%, seg¨²n cifras de CaixaBank, un dato preocupante si se considera que los cultivos de este tipo de sistema representan el 65% del valor total de la producci¨®n vegetal del pa¨ªs. Aunque la modernizaci¨®n ha permitido una mayor eficiencia en el uso del agua, con un aumento de la superficie mantenida a base del riego por goteo y aspersi¨®n, la realidad es que los campos necesitan agua para producir a niveles rentables. Como se?ala Juan Jos¨¦ ?lvarez, secretario de Asaja, ¡°sin este recurso la vida en el campo es insostenible y no hay manera de continuar¡±.
El aumento de los costes a?ade presi¨®n. Los precios energ¨¦ticos y de los fertilizantes han alcanzado niveles superiores a los prepandemia, a pesar de una moderaci¨®n observada desde 2023. Los insumos como los piensos, que representan cerca del 55% del total de los consumos intermedios del sector, tambi¨¦n han mantenido precios altos, golpeando a los ganaderos. La consecuencia directa fue el encarecimiento de los alimentos, que en 2022 alcanz¨® una inflaci¨®n del 16%.
El precio de la cesta de la compra ha ido descendiendo hasta llegar al 2,7% en agosto de este a?o, pero sigue habiendo estragos. Prueba de ellos es el estancamiento en la demanda: las ventas minoristas en alimentaci¨®n han crecido en lo que va de a?o un escaso 0,6% de media, seg¨²n refleja el ¨²ltimo ?ndice de Comercio al por Menor publicado en agosto por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE). La cifra ya est¨¢ deflactada, es decir, que elimina los efectos de la inflaci¨®n, lo que permite ver el crecimiento real de las ventas en t¨¦rminos de vol¨²menes de productos vendidos y no solo por el aumento de los precios.
Por ¨²ltimo est¨¢ la subida de tipos, que ha asestado otro golpe a un sector ya endeudado. El encarecimiento de estos cr¨¦ditos ha incrementado la carga financiera de los agricultores, limitando sus posibilidades de inversi¨®n en tecnolog¨ªa o mejoras productivas, esenciales para adaptarse a los desaf¨ªos clim¨¢ticos. Aunque la reciente bajada de los tipos ofrece un peque?o respiro, las organizaciones agrarias creen que existen numerosas explotaciones con verdaderos problemas de solvencia. ¡°Muchos han tenido que pedir pr¨¦stamos no para invertir, sino para cubrir los gastos diarios de sus explotaciones¡±, detalla Juan Luis ?vila.
El problema del empleo
En un contexto en el que el empleo en la industria crece y la modernizaci¨®n parece ser la ¨²nica salida, los agricultores se enfrentan a un presente complicado y un futuro lleno de inc¨®gnitas. ¡°La automatizaci¨®n en el campo ha crecido, pero no ha sido suficiente para compensar la ca¨ªda de la mano de obra. Los agricultores, enfrentados a m¨¢rgenes cada vez m¨¢s reducidos, est¨¢n optando por no contratar, o simplemente no pueden permitirse mantener los niveles de empleo anteriores¡±, asegura Miguel Cardoso, economista Jefe para Espa?a en BBVA Research.
Aunque se prev¨¦n mejores producciones para este a?o, parece dif¨ªcil que las empresas del sector reincorporen a todo el personal perdido en estos a?os. Miguel Padilla, secretario general de COAG, explica que el desgaste vivido y la incertidumbre de las cosechas futuras han hecho que los empleadores sean reacios a contratar. ¡°Los niveles de empleo no volver¨¢n a ser los mismos, no al menos en el medio plazo¡±, insiste.
Mientras se pierden miles de puestos en el campo, se da la paradoja de que existe una creciente escasez de mano de obra en ciertos tipos de cultivo. Seg¨²n Padilla, este fen¨®meno refleja una doble crisis. Por un lado, la falta de rentabilidad de ciertos productos, como el tomate cherry, ha llevado a su abandono, ya que requieren mucha mano de obra y Espa?a no pueden competir con los bajos salarios de otros pa¨ªses. Por otro lado, sectores que a¨²n son viables se encuentran con una falta de trabajadores, lo que a?ade presi¨®n a las explotaciones. A esto se suma el problema del relevo generacional, pues es com¨²n que los trabajadores agr¨ªcolas se jubilen sin encontrar sucesores que contin¨²en la actividad.
En cualquier caso, queda por ver c¨®mo evolucionar¨¢ la pol¨ªtica agr¨ªcola com¨²n (PAC) y las ayudas que el Gobierno destine a los agricultores en los pr¨®ximos a?os. Las ayudas directas y los fondos para la modernizaci¨®n son clave para determinar si el sector puede ser competitivo y, sobre todo, rentable. ¡°El campo necesita un apoyo firme, porque si no lo conseguimos ahora, corremos el riesgo de perder no solo empleos, sino tambi¨¦n la capacidad de producir nuestros propios alimentos¡±, enfatiza el secretario de Asaja.
?Qu¨¦ se espera en 2025?
La paulatina disminuci¨®n de los costes y la mejora incipiente de las condiciones hidrol¨®gicas est¨¢n generando proyecciones m¨¢s optimistas para la campa?a 2024-2025, sin que estas supongan un crecimiento excepcional para el sector. Seg¨²n el informe de Avances de superficies y producciones agr¨ªcolas del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentaci¨®n (con datos hasta julio de 2024), la superficie cosechada de cereales de oto?o-invierno ha crecido un modesto 0,9% respecto al a?o pasado, aunque sigue siendo un 5% menor que el promedio de las ¨²ltimas cinco campa?as.
En t¨¦rminos de producci¨®n, la cosecha de 2024 alcanzar¨ªa las 16.655 toneladas, lo que supone un aumento del 91,2% en comparaci¨®n con la temporada anterior. Aunque pr¨¢cticamente duplica la cifra el a?o pasado, lo cierto es que se encuentra en l¨ªnea con la media de las ¨²ltimas cinco campa?as, seg¨²n se?ala el propio documento. Adem¨¢s, tanto la cebada como el centeno a¨²n est¨¢n por debajo de sus niveles promedio de cultivo.
Las leguminosas, como jud¨ªas, garbanzos o lentejas, muestran importantes aumentos en las cifras de producci¨®n, superando la media de las ¨²ltimas campa?as. Tambi¨¦n se prev¨¦ que la producci¨®n de girasol aumente un 14% respecto a la media registrada entre 2019 y 2023, pero del olivar, y en concreto del aceite, no se han proporcionado datos. Adem¨¢s, la producci¨®n de frutas t¨ªpicas, como el pl¨¢tano o la pera, sigue por debajo de la tasa promedio de los a?os mencionados.
La producci¨®n de vino tambi¨¦n ir¨¢ por debajo de la media quinquenal. La de uva destinada a mosto y vino se mantendr¨¢ un 7% por debajo de las cinco campa?as previas. Estos resultados reflejan un panorama de recuperaci¨®n sesgado, en el que todav¨ªa queda margen de mejora en muchos cultivos. Adem¨¢s, tanto analistas como agricultores recuerdan que el clima siempre ser¨¢ impredecible. ¡°No nos podemos fiar plenamente de las proyecciones. La naturaleza no se puede controlar y lo que hoy parece un buen pron¨®stico puede cambiar en cualquier momento¡±, advierte Cardoso.