Lagarde pide a los l¨ªderes europeos ¡®comprar americano¡¯ para apaciguar a Trump y evitar la guerra comercial
La presidenta del BCE aboga por negociar con Washington a trav¨¦s de la adquisici¨®n de productos energ¨¦ticos y equipo militar. Defiende una supervisi¨®n ¨²nica de las Bolsas y las empresas cotizadas
Donald Trump no era el candidato favorito de Europa. Tampoco el del Banco Central Europeo. Su ret¨®rica proteccionista choca con el multilateralismo comunitario, m¨¢s abierto a la firma de tratados de libre comercio. No hubo muchos l¨ªderes europeos que lo dijeran durante la campa?a electoral por si el republicano ganaba y le cobraba luego la deuda a sus cr¨ªticos. Pero ahora, una vez consumado el peor escenario, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, s¨ª ha optado por un ejercicio de pragmatismo en p¨²blico: en una entrevista con el Financial Times llama a los l¨ªderes europeos a frenar la guerra comercial mediante la negociaci¨®n, pactando con Trump la compra de ciertos productos estadounidenses, como gas natural licuado y equipamiento militar. ¡°Es un escenario mejor que el de una estrategia pura de represalia, que puede llevar a un proceso de ojo por ojo donde nadie sale ganando realmente¡±, advierte.
En la memoria de Lagarde est¨¢ seguramente la anterior legislatura de Trump, cuando el tira y afloja con Europa se tradujo en un intercambio de aranceles mutuo. Entre los productos afectados estuvieron entonces la aceituna, el vino y el queso espa?ol, y Bruselas respondi¨® con cargas a bienes industriales y agr¨ªcolas estadounidenses, como el tabaco, los cacahuetes o las nueces.
Las promesas de campa?a de Trump supondr¨ªan, de cumplirse, un regreso al pasado que Lagarde ve pernicioso, no solo para el continente, sino para los propios estadounidenses. ¡°Una guerra comercial a gran escala no beneficia a nadie y llevar¨ªa a una reducci¨®n global del PIB¡±. Esa ralentizaci¨®n har¨ªa, en opini¨®n de la francesa, m¨¢s complicado para Trump cumplir con su c¨¦lebre lema Make America Great Again [haz Am¨¦rica grande de nuevo]. ¡°?C¨®mo volver a hacer grande a Estados Unidos si cae la demanda mundial?¡±, se pregunta. China, tambi¨¦n en el punto de mira de los aranceles de Trump, ha lanzado un mensaje similar al de Lagarde: un conflicto arancelario global no beneficiar¨ªa a nadie.
En la entrevista, que se realiz¨® antes de las ¨²ltimas amenazas de Trump de aplicar aranceles inmediatos a M¨¦xico, Canad¨¢ (un 25% cada uno) y China, la presidenta del BCE calific¨® de ¡°interesante¡± que Trump haya sugerido aranceles de entre el 10% y el 20% a las importaciones no chinas: ¡°El hecho de que plantee una horquilla significa que est¨¢ abierto al debate¡±. Algunos analistas defienden la tesis de que Trump utiliza la amenaza arancelaria como una forma de fijar una posici¨®n negociadora inicial de fortaleza, y no se trata de una decisi¨®n ya tomada.
Respecto al efecto de los aranceles sobre la eurozona, Lagarde indic¨® que es pronto para sacar conclusiones, pero que el efecto es ¡°tal vez un poco inflacionista neto a corto plazo¡±, aunque sin mostrarse tajante al respecto. ¡°Se puede argumentar en ambos sentidos; depende de cu¨¢les sean los aranceles, sobre qu¨¦ se apliquen y durante qu¨¦ periodo de tiempo¡±.
Lagarde fue de las pocas que se atrevi¨® a tomar posici¨®n contra Trump, aunque fue en enero de este a?o, cuando todav¨ªa sus opciones de victoria eran poco claras. ¡°Si aprendemos lecciones de la historia, al observar la forma en que dirigi¨® los primeros cuatro a?os de su mandato, es claramente una amenaza¡±, dijo entonces. Ahora, estima que su llegada al poder puede ser un acicate para la UE. En ese fortalecimiento europeo, ve un cambio de actitud hacia reformas que llevan tiempo paradas, como la uni¨®n de capitales. ¡°No he visto tal nivel de comprensi¨®n y entusiasmo como el que tenemos ahora: miren el informe Draghi, el informe Letta, el informe Noyer. Algunos l¨ªderes dicen ahora: si no podemos estar todos de acuerdo en la UE, entonces deber¨ªa ser una mayor¨ªa cualificada, y si no podemos tener una mayor¨ªa cualificada, deber¨ªamos optar por una mayor cooperaci¨®n. Las normas de la UE lo permiten. S¨¦ que es controvertido, pero deber¨ªamos empezar por transformar la Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) y asegurarnos de que funcione como la Comisi¨®n de Bolsa y Valores (SEC) en Estados Unidos¡±.
Lagarde admiti¨® que la brecha de Europa con Estados Unidos se ha agrandado en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Los gigantes tecnol¨®gicos que dominan el mercado de la telefon¨ªa m¨®vil, la nube, el comercio electr¨®nico o las redes sociales son norteamericanos o chinos. Y con la inteligencia artificial, aunque Bruselas se ha apresurado a ser pionera en regulaci¨®n, como ya sucedi¨® con el reglamento de protecci¨®n de datos, la posibilidad de que no lo sea en innovaci¨®n y compa?¨ªas punteras es cada vez m¨¢s real. ¡°Europa se est¨¢ quedando atr¨¢s, pero eso no implica que no pueda recuperar el terreno perdido¡±, indic¨® Lagarde.
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