Paolo Gentiloni: ¡°El riesgo de un nuevo poder feudal tecnol¨®gico es may¨²sculo¡±
El excomisario europeo y ex primer ministro italiano advierte de que una guerra comercial con EE UU afectar¨¢ a las ¡°relaciones transatl¨¢nticas¡±
La econom¨ªa europea ha navegado en el ¨²ltimo lustro en un entorno repleto de impactos que han minado su crecimiento y han dejado a su primera potencia, Alemania, en recesi¨®n. La Uni¨®n Europea ha tenido que hacer frente a una pandemia que dej¨® en estado de hibernaci¨®n a toda su econom¨ªa, un gran atasco global que puso en jaque las cadenas de suministro y una guerra en el continente que desencaden¨® una crisis energ¨¦tica. ...
La econom¨ªa europea ha navegado en el ¨²ltimo lustro en un entorno repleto de impactos que han minado su crecimiento y han dejado a su primera potencia, Alemania, en recesi¨®n. La Uni¨®n Europea ha tenido que hacer frente a una pandemia que dej¨® en estado de hibernaci¨®n a toda su econom¨ªa, un gran atasco global que puso en jaque las cadenas de suministro y una guerra en el continente que desencaden¨® una crisis energ¨¦tica. Paolo Gentiloni (Roma, 70 a?os) tuvo que lidiar con todos esos golpes como comisario de Econom¨ªa hasta el pasado 30 de noviembre. Antes de viajar a Madrid, donde a partir del lunes le espera una intensa agenda como Miembro Distinguido del IE School of Politics, Economics and Global Affairs, Gentiloni atiende a EL PA?S por videoconferencia para abordar los retos inmediatos de Bruselas. Y estos ahora proceden del otro lado del Atl¨¢ntico, con el presidente de EE UU, Donald Trump, apuntando a Europa para una pr¨®xima tanda de aranceles.
Pregunta. Se reuni¨® por primera vez con el mandatario estadounidense en abril de 2017, cuando ¨¦l todav¨ªa no hab¨ªa cumplido ni 100 d¨ªas de su primer mandato. ?Qu¨¦ diferencias ve entre aquel Trump y el de ahora?
Respuesta. Como primer ministro de Italia, coincid¨ª con Trump durante el primer a?o y medio de su mandato. Entonces estaba clara su actitud transaccional sobre los aranceles. Quer¨ªa reequilibrar el comercio entre Estados Unidos y la Uni¨®n Europea, pero tambi¨¦n abordar ese asunto de forma bilateral, pa¨ªs por pa¨ªs. Al final, acept¨® negociar con la Comisi¨®n Europea y su presidente, Jean Claude Juncker. El resultado fue tensiones en un par de sectores, en particular el aluminio y el acero, adem¨¢s de la vieja batalla entre Boeing y Airbus, pero no hubo ni guerra comercial ni divisi¨®n entre los miembros de la UE con acuerdos bilaterales con Trump.
P. ?Ve ahora la misma actitud?
R. El punto de partida respecto a M¨¦xico y Canad¨¢ tambi¨¦n parece ser transaccional, puesto que la decisi¨®n sobre imponer aranceles ha quedado congelada despu¨¦s de que esos dos pa¨ªses se comprometieran en ¨¢reas completamente diferentes, vinculadas a migraci¨®n y fronteras. Si hay esa actitud, podr¨ªa usar la amenaza de los aranceles para lograr m¨¢s de la UE en el terreno de la defensa. Yo no apostar¨ªa por este escenario optimista. Creo que hay una idea m¨¢s firme de reequilibrar las relaciones comerciales entre la UE y EE UU mediante los aranceles. Y eso es imposible, porque llevar¨¢ a m¨¢s inflaci¨®n y a un d¨®lar m¨¢s fuerte, lo cual neutralizar¨¢ el reequilibrio que persigue. Y tambi¨¦n es peligroso. Debemos estar preparados para ese peor escenario y ser conscientes de que una guerra comercial en el mayor flujo econ¨®mico mundial, entre EE UU y la UE, no solo tiene consecuencias econ¨®micas, sino tambi¨¦n para las relaciones transatl¨¢nticas. La UE es una superpotencia comercial, pero tambi¨¦n est¨¢ interesada en evitar esa guerra.
P. La amenaza por ahora anunciada por EE UU llega en un momento de incertidumbre en el eje francoalem¨¢n, con Berl¨ªn pendiente de unas elecciones y con Par¨ªs atravesando turbulencias parlamentarias. ?Qu¨¦ rol debe adoptar la segunda comisi¨®n de Ursula von der Leyen?
R. Por primera vez desde la d¨¦cada de 1950 hay al mismo tiempo gobiernos sin una mayor¨ªa parlamentaria real en Francia y Alemania. Y eso durar¨¢ al menos unos meses m¨¢s. Eso es una debilidad, pero a la vez da a la Comisi¨®n un rol especial. He visto a Ursula von der Leyen muy activa en el terreno comercial en los ¨²ltimos meses. No creo que sea una casualidad que haya apretado para cerrar los acuerdos con Mercosur, M¨¦xico y Malasia. Hay un mensaje geopol¨ªtico claro: sabemos que las relaciones comerciales y de inversi¨®n entre la UE y EE UU constituyen la mayor ¨¢rea de cooperaci¨®n econ¨®mica, pero tambi¨¦n que hay que mantener la puerta del multilateralismo abierta. La Comisi¨®n est¨¢ preparada para diversos escenarios: para transaccionar, pero tambi¨¦n para una actitud m¨¢s agresiva.
P. Trump ha mostrado su afinidad con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y tiene sus admiradores en Europa. Este fin de semana se han reunido en Madrid varios partidos ultras europeos bajo el lema MEGA [Make Europe Great Again], algunos de los cuales lideran gobiernos como el de los Pa¨ªses Bajos o Hungr¨ªa y que han tratado de erosionar el poder de Bruselas. Con el auge de esas fuerzas, ?ve m¨¢s f¨¢cil que Trump pueda romper la unidad europea?
R. El riesgo est¨¢ creciendo. Pero la realidad es tan clara que, si soy honesto, no veo c¨®mo este tipo de divisiones puede prevalecer. Es dif¨ªcil apoyar a la vez el MAGA [Make America Great Again] y el MEGA en un entorno de potenciales tensiones comerciales. ?A qui¨¦n van a apoyar si se acaban dando? En el caso de Italia, nuestra primera ministra podr¨ªa jugar un papel constructivo. Podr¨ªa usar esas buenas relaciones con Trump y Elon Musk para evitar una guerra comercial. Pero con dos condiciones: mantener la unidad europea y sabiendo que si se produce una guerra no puede estar en terreno de nadie.
P. Europa ha fiado parte de su estrategia en defensa a la alianza con EE UU y ahora Bruselas plantea c¨®mo gastar m¨¢s en ese terreno. Los gobiernos est¨¢n en pleno saneamiento de sus cuentas p¨²blicas tras el esfuerzo de los ¨²ltimos a?os por la pandemia y la crisis energ¨¦tica. ?La soluci¨®n es otro gran fondo europeo?
R. Algunos de los objetivos comunes que tenemos vienen de la inversi¨®n privada, pero tambi¨¦n de la financiaci¨®n p¨²blica. Defensa es el asunto m¨¢s urgente, tambi¨¦n por la guerra de Ucrania. Necesitamos alguna forma de financiaci¨®n com¨²n mediante la emisi¨®n de deuda para defensa. Entiendo que a¨²n no estamos ah¨ª. Apoyo que Von der Leyen piense en dar flexibilidad en las reglas fiscales para favorecer el gasto en defensa. Pero creo que, siendo un paso positivo, no es suficiente.
P. No ha habido un pronunciamiento firme de Bruselas tras la propuesta de Trump sobre Palestina. ?Va siendo hora de acabar con la unanimidad en pol¨ªtica exterior?
R. No es f¨¢cil pero s¨ª necesario, especialmente si creemos en la ampliaci¨®n de la UE. Tenemos a nueve pa¨ªses a las puertas de la UE. Si en los pr¨®ximos a?os somos 35 miembros, la unanimidad, que ya es problem¨¢tica, ser¨¢ rid¨ªcula. Pero si no hay unanimidad para un fondo com¨²n en defensa, podemos avanzar con una cooperaci¨®n reforzada. Es lo que hicimos con dos pilares de la UE: la moneda ¨²nica y el tratado de Schengen.
P. Bruselas ha sido muy activa par¨¢ndole los pies a las grandes tecnol¨®gicas en muchos terrenos: el fiscal, el de abuso de mercado, el del manejo de los datos... Pero esa oligarqu¨ªa est¨¢ emergiendo si cabe con m¨¢s fuerza con este nuevo mandato de Trump. ?Teme un retroceso?
R. Es un enorme problema que debemos abordar. En realidad, hay dos caras de esa moneda. En una, est¨¢ nuestra industria tecnol¨®gica, muy rezagada de EE UU y China. En la otra, hay esta concentraci¨®n de poder econ¨®mico, pol¨ªtico y de datos en estos ultra ricos estadounidenses. La fusi¨®n de esos tres aspectos, que se ha visto claramente durante el D¨ªa de la Inauguraci¨®n en Washington, es algo que debe ser confrontado con nuestras normas existentes. Dos ejemplos. El primero: la UE congel¨® la tasa digital para negociar una a nivel global. Pero si EE UU no est¨¢ en el acuerdo global, ese asunto volver¨¢ a emerger. El segundo: tenemos la Ley de Servicios Digitales. Sabemos que no es una decisi¨®n solo legal y t¨¦cnica, sino tambi¨¦n muy pol¨ªtica, en especial en esas circunstancias en las que estamos discutiendo sobre relaciones comerciales. Pero las grandes plataformas deben saber que en Europa tienen que cumplir con las normas europeas.
P. ?Puede esa concentraci¨®n de poder poner en peligro nuestras democracias?
R. Si somos claros y firmes protegi¨¦ndolas y usando las leyes que tenemos, ese da?o se puede afrontar. Pero si vamos como son¨¢mbulos, si no vemos lo que ocurre... hay un gran peligro. Nunca hab¨ªamos tenido tal concentraci¨®n de riqueza, poder pol¨ªtico e informaci¨®n en las manos de ultra ricos en la historia reciente. Es algo que esos jugadores est¨¢n diciendo abiertamente. Los hemos o¨ªdo pedir al presidente Trump que los proteja de las leyes europeas. Tenemos que defender a nuestros ciudadanos con nuestras herramientas, haci¨¦ndolo con cuidado, pero haci¨¦ndolo. Conf¨ªo en la democracia estadounidense. Ellos tienen sus controles y contrapesos. Trump deber¨¢ afrontar elecciones de medio mandato en un a?o y medio. La democracia americana es un hecho, pero el riesgo de este nuevo poder feudal es may¨²sculo.
P. ?Y cree que eso puede dar alas a esos partidos que este fin de semana se han reunido en Madrid?
R. Hasta cierto punto, es normal esperar que la victoria de Trump impulse los partidos de derechas en Europa. Pero no creo que lo tengan f¨¢cil para ganar mayor¨ªas. Veremos en Alemania. Tenemos que ser muy claros en excluir de cualquier cooperaci¨®n a las fuerzas de extrema derecha, en especial las que est¨¢n en contra de Europa o a favor de Rusia. Cuando la derecha moderada pacta con esas fuerzas, lo acaba pagando.
P. Todo eso sucede con una econom¨ªa europea pr¨¢cticamente estancada. ?Qu¨¦ puede hacer Europa para no perder el tren del crecimiento?
R. La recuperaci¨®n econ¨®mica se vio afectada por la invasi¨®n rusa de Ucrania. Evitamos la recesi¨®n porque pa¨ªses como Espa?a tuvieron un buen nivel de crecimiento. Pero Alemania estuvo en recesi¨®n t¨¦cnica en 2023 y 2024. Lo que le falta a Europa ahora es la inversi¨®n necesaria, especialmente para su competitividad. Alemania es el epicentro de las dificultades, porque el coste energ¨¦tico es muy elevado y el comercio global est¨¢ bajo presi¨®n. Pero tenemos problemas comunes: c¨®mo completamos nuestro mercado ¨²nico, especialmente el financiero, porque no podemos perder cada a?o 300.000 millones de euros de ahorros que se van de Europa porque el mercado financiero es demasiado peque?o y fragmentado.
P. Como comisario pilot¨® el despliegue del fondo de recuperaci¨®n Next Generation EU. ?C¨®mo eval¨²a el uso de esos recursos?
R. La evaluaci¨®n se producir¨¢ en los pr¨®ximos a?os. Con lo que vemos, los pa¨ªses que han recibido las mayores cantidades de dinero a trav¨¦s del Next Generation EU tuvieron un mayor nivel de crecimiento que el resto. Podr¨ªamos incluso decir que el mapa del crecimiento de la UE cambi¨® en los ¨²ltimos tres a?os. Recordemos ese acr¨®nimo horrible de los PIGS. Pues bien, de media, los PIGS lo est¨¢n haciendo mejor que los frugales en Europa. Tal vez una de las debilidades del plan es que no haya incluido programas y estrategias comunes. Y no todos los pa¨ªses han sido tan activos usando estos fondos para hacer reformas. Hemos tenido grandes reformas en Espa?a, por ejemplo, y en otros pa¨ªses, intervenciones m¨¢s peque?as.
P. Estos a?os ha tratado con una Espa?a que crece pero que sigue sin Presupuestos por la inestabilidad pol¨ªtica. ?C¨®mo ha visto la trayectoria del pa¨ªs durante sus a?os como comisario?
R. DR. Desde un punto de vista econ¨®mico, ha sido muy buena. No solo a nivel de crecimiento, sino que tambi¨¦n ha habido esfuerzos en reformas del mercado laboral, buenos resultados iniciales en reducir el desempleo y un desembolso eficiente de los fondos de recuperaci¨®n. Y eso pese a la situaci¨®n pol¨ªtica. Espa?a ha sido una historia de ¨¦xito tras la covid, y esto se reconoce en todo el mundo.