Un nuevo modelo productivo para llegar a 2030 en buena forma
La econom¨ªa circular, que transforma la manera de producir y consumir para garantizar un crecimiento sostenible, sustituye poco a poco al sistema lineal basado en producir, usar y desechar
Los grandes cambios se llevan a cabo por obligaci¨®n o por convicci¨®n. En ocasiones se dan los dos condicionantes al mismo tiempo. El mundo avanza hacia el modelo de econom¨ªa circular, que aprovecha los residuos, alarga la vida a los productos y reduce el consumo de materias primas, y que sustituir¨¢ al sistema imperante desde la revoluci¨®n industrial basado en producir, usar y tirar. No hay otra opci¨®n. Si la poblaci¨®n alcanza los 9.600 millones de habitantes en 2050, como prev¨¦ la Organizaci¨®n de Naciones Unidas, se necesitar¨ªan casi tres planetas al a?o para proporcionar los recursos naturales necesarios. Y las administraciones, las empresas y los ciudadanos est¨¢n convencidos y decididos. La estrategia de econom¨ªa circular del Gobierno espa?ol, conocida como Espa?a Circular 2030, ha marcado unos objetivos claros para garantizar un crecimiento sostenible en el tiempo. Los ciudadanos, muy informados, cada vez exigen m¨¢s responsabilidad. Y las corporaciones han entendido que su viabilidad y eficiencia depende de poner en el mercado productos cada vez m¨¢s sostenibles.
El t¨¦rmino de econom¨ªa circular atiende a un modelo productivo cerrado. Cerrado en el buen sentido porque la idea es que no tenga fugas. El pl¨¢stico con el que se elabora el envase de un detergente no acaba en un vertedero, sino que se transforma y se podr¨¢ utilizar para fabricar desde partes de un coche a batas de hospital. O el aceite usado para cocinar no se vierte por el fregadero, sino que se convierte en biocombustible. Los desechos vuelven a la cadena de valor convertidos en materia prima.
El concepto lo esboz¨® en 1976 el arquitecto suizo Walter R. Stahel con el t¨¦rmino ¡°from cradle to cradle¡±, de la cuna a la cuna, del principio vuelta al principio. Los productos se dise?an para volver a ser utilizados. Medio siglo despu¨¦s esa primera idea tiene visos de convertirse en el modelo econ¨®mico que rija el mundo ya en el corto plazo, y siendo sostenible por definici¨®n, en el largo plazo. Carolina Ib¨¢?ez, experta en econom¨ªa circular en Repsol, resume la implicaci¨®n necesaria de todos los agentes para que este modelo circular prospere. ¡°No se puede descargar toda la responsabilidad en una sola figura¡±. Y a?ade: ¡°Las alianzas entre empresas, la implicaci¨®n de los ciudadanos y un marco legislativo resultan clave¡±.
No solo reciclaje
A veces se equipara la econom¨ªa circular a una gran operaci¨®n de reciclaje y reutilizaci¨®n. Resulta una buena primera aproximaci¨®n para los profanos. Pero el concepto abarca mucho m¨¢s. Si un compa?ero de trabajo comparte coche con otro para ir a la oficina est¨¢ aplicando la econom¨ªa circular en su d¨ªa a d¨ªa. No deja de ser un aprovechamiento m¨¢s eficiente de los recursos, sean estos carburantes o electricidad. Ib¨¢?ez se?ala los cambios de comportamiento de los j¨®venes como determinantes. ¡°Demandan productos sostenibles, o prefieren el alquiler de los bienes a la compra. Hay ciudadanos que todav¨ªa no tienen claro el concepto, pero que lo perciben como positivo¡±.
La universidad tampoco pierde el paso. El economista David Blanco es el coordinador de la primera titulaci¨®n oficial sobre econom¨ªa circular en Espa?a. Imparte clase a 24 alumnos en la Universidad de Burgos, la segunda promoci¨®n de este m¨¢ster que aglutina perfiles del campo de la ingenier¨ªa, las ciencias ambientales y las ciencias econ¨®micas. Blanco explica por qu¨¦ el cambio de modelo es una oportunidad que no se puede desaprovechar. ¡°Es rentable. Se pueden mejorar las condiciones de vida de las personas y el medioambiente sin que haya un detrimento econ¨®mico¡±. Las empresas ahorran costes y obtienen ingresos con nuevos productos y servicios. La Comisi¨®n Europea estima que la aplicaci¨®n de la econom¨ªa circular en la Uni¨®n Europea crear¨¢ 700.000 puestos de trabajo y aumentar¨¢ el PIB un 0,5% adicional de aqu¨ª a 2030.
El modelo lleva a?os resonando en Europa. Ya en 2015, cuando la Comisi¨®n Europea lanz¨® el paquete de medidas sobre la econom¨ªa circular, el ahorro neto estimado alcanzaba los 600.000 millones de euros (el 8% del volumen de negocio anual). Ese mismo a?o la fundaci¨®n Ellen MacArthur, un referente en la materia, public¨® el informe Growth within. A circular economy vision for a competitive Europe. El estudio hablaba de ¡°tremenda oportunidad, revoluci¨®n tecnol¨®gica y digital, impulso de la competencia y la resiliencia¡¡±, grandes conceptos que ayer solo estaban sobre el papel y hoy se ven en las empresas.
M¨¢s que una declaraci¨®n de intenciones
La viabilidad del modelo y la necesidad de adoptarlo es indudable. El siguiente reto consiste en ponerlo en marcha cada vez en m¨¢s sectores e industrias. Ib¨¢?ez detalla c¨®mo ha sido el proceso de la multienerg¨¦tica desde que hace cuatro a?os aprobaran la estrategia. ¡°Al principio se trataba de identificar aquellas pr¨¢cticas que ya eran circulares, lo que nos serv¨ªa para transmitir el concepto dentro de la propia organizaci¨®n¡±.
La segunda fase del proceso comenz¨® a finales de 2018, cuando la empresa constituy¨® un comit¨¦ de econom¨ªa circular para buscar alianzas con otras empresas y desarrollar nuevas tecnolog¨ªas. ¡°El objetivo era cambiar la manera de producir y ser sostenibles. Ha pasado de ser una tendencia a convertirse en una realidad¡±, concluye la experta de Repsol.
Los objetivos espec¨ªficos que marca el Gobierno impulsan el cambio y logran un aspecto muy importante: que el mensaje cale. El Ministerio para la Transici¨®n Ecol¨®gica y el Reto Demogr¨¢fico marca una reducci¨®n de los residuos en un 15% para 2030 respecto a lo generado en 2010 o la reducci¨®n de la emisi¨®n de gases de efecto invernadero por debajo de los 10 millones de toneladas de CO2 equivalente. Cuando una empresa solicita una subvenci¨®n est¨¢ obligada a presentar un plan de circularidad, realizar un an¨¢lisis del ciclo de vida de sus productos...
¡°Existe una dotaci¨®n presupuestaria y unos plazos. No se trata de una declaraci¨®n de intenciones sin m¨¢s. Es un plan estrat¨¦gico¡±, afirma Blanco, que forma a graduados para que gestionen proyectos de econom¨ªa circular en las empresas. Uno de ellos se ocupa del dise?o de nuevas aleaciones de metales para el sector de la automoci¨®n y otro trabaja en el reciclaje de aceite usado. ¡°Resulta vital el apoyo de la administraci¨®n en los primeros momentos. Pero luego tiene que ser el sector privado el que recoja el guante y apueste por este modelo para que dure en el tiempo¡±, a?ade el docente.
Est¨¢ por ver el efecto de la pandemia en el ritmo de la adopci¨®n de la econom¨ªa circular ante la necesidad de recuperar el crecimiento tan pronto como sea posible o si precisamente por este motivo se pondr¨¢ en marcha con mayor ah¨ªnco. Ib¨¢?ez, que forma parte del equipo de unos 150 trabajadores dedicados a proyectos relacionados con la econom¨ªa circular en Repsol, asegura que la estrategia emprendida en 2016 sigue su curso. ¡°Se ha extendido el plan a otros negocios¡±. La compa?¨ªa tiene en marcha m¨¢s de 240 iniciativas en 14 pa¨ªses.
La econom¨ªa circular no se entiende sin el desarrollo de nuevas tecnolog¨ªas. ¡°Cualquier paso que se da va de la mano de la investigaci¨®n y desarrollo¡±, asegura Blanco, que apunta con rotundidad: ¡°No habr¨ªamos llegado al siglo XXI con la calidad de vida que tenemos si no hubiera sido por la investigaci¨®n¡±. Puede resultar una obviedad. Del mismo modo que la adopci¨®n del modelo de econom¨ªa circular es la ¨²nica forma de llegar a 2030 y a 2050 y al siglo XXII en buenas condiciones.
La tecnolog¨ªa al servicio de la econom¨ªa circular
Repsol fue la primera compa?¨ªa de su sector en anunciar su compromiso de alcanzar las cero emisiones netas en 2050 en diciembre de 2019. Pero lleva a?os dando grandes pasos para conseguirlo: el CEO de la energ¨¦tica aprob¨® la estrategia de econom¨ªa circular en diciembre de 2016, un nuevo modelo de producci¨®n y consumo que garantiza un crecimiento sostenible en el tiempo. La compa?¨ªa ha puesto en marcha desde entonces m¨¢s de 240 iniciativas que ata?en a 13 ¨¢mbitos diferentes en todas sus unidades de negocio y que cuentan con la innovaci¨®n tecnol¨®gica como su mejor aliada.
La estrategia se fundamenta en cuatro ejes. Ecodise?o: los productos parten de planteamientos que desde su nacimiento atienden a criterios de sostenibilidad, lo que permite alargar su vida ¨²til e incrementar el reciclado posterior de sus componentes. Eficiencia e innovaci¨®n de los procesos: se trata de optimizar los recursos y procesos para que los residuos tengan un nuevo uso. Energ¨ªa renovable y materias primas alternativas: se utilizan fuentes de energ¨ªa renovable y materias primas de origen residual en la fabricaci¨®n de los productos. Nuevos patrones de consumo: se impulsan iniciativas que primen el alquiler sobre la compra de productos, lo que promueve un consumo m¨¢s responsable.
Gracias a esta estrategia, Repsol ya cuenta con varios casos de ¨¦xito. Su gama Reciclex es uno de ellos: se trata de materiales que se producen al incorporar un porcentaje de residuo pl¨¢stico, y con las que despu¨¦s se fabrican ¨Csin perder ninguna de las caracter¨ªsticas que habr¨ªa tenido si se hubieran producido a partir de materia prima virgen¨C, desde piezas de automoci¨®n a mobiliario de exterior o prendas del llamado ¡°tejido no tejido¡±, indispensable para el sector sanitario. Otro proyecto destacable consiste en fabricar asfaltos para carreteras a partir de neum¨¢ticos usados, una simbiosis industrial que se basa en hacer uso de los subproductos de otra empresa. Y en cuanto a movilidad, la compa?¨ªa fomenta el uso de coches h¨ªbridos compartidos a trav¨¦s de Wible, su servicio de carsharing. De esta forma, Repsol incorpora la econom¨ªa circular tanto a sus procesos industriales y productivos, como a su oferta de productos y servicios.