Entrenar el pensamiento positivo para reducir el estr¨¦s y mejorar el trabajo en equipo
Mantener una actitud afirmativa y optimista contribuye a mejorar el desempe?o laboral y genera un buen ambiente, pero alcanzarla requiere pr¨¢ctica
Ante un obst¨¢culo o un inconveniente cabe la posibilidad de perder los nervios y verlo todo negro, o bien respirar hondo, cortar los pensamientos negativos y buscar una soluci¨®n. Mejor la segunda opci¨®n, ?no? Actuar desde la ¡°aceptaci¨®n tranquila¡± se postula como manera m¨¢s recomendable para pasar el trance. As¨ª lo cree Andr¨¦s Pascual, director del programa de bienestar corporativo de la Universidad Internacional de La Rioja (Unir). ¡°Uno debe decirse: ¡®Esto es lo que me toca hacer, as¨ª que lo hago de buena gana para no generar sufrimiento ni a m¨ª mismo ni a los dem¨¢s¡±, destaca. La idea es entrenar el pensamiento positivo, un valor en alza en el mundo empresarial.
Seg¨²n Manel Reyes, director y socio de MRC International People Training, una veterana firma especializada en el desarrollo de profesionales, este tipo de disposici¨®n aumenta la longevidad y reduce el deterioro cognitivo de las personas. Adem¨¢s, incrementa la cooperaci¨®n, mejora la comunicaci¨®n, potencia la innovaci¨®n y reduce el estr¨¦s, el conflicto y las luchas de poder en el espacio de trabajo.
Pero no todas las personas llevan la misma proporci¨®n de positividad de serie. Hay que entrenarla y convertirla en un h¨¢bito para que predomine sobre el pesimismo. Solo as¨ª, opina Reyes, este optimismo acabar¨¢ formando parte esencial del car¨¢cter.
?Qu¨¦ significa ser positivo?
La actitud positiva es la capacidad de percibir el entorno de manera constructiva y posibilista. ¡°Es la disposici¨®n para interpretar la realidad de forma que asumimos que somos capaces de conseguir algo¡±, describe Carlos Royo, profesor asociado de Esade. Cuando se tiene una disposici¨®n positiva, apunta, es m¨¢s f¨¢cil ser autoeficaz, es decir, cumplir con las tareas y los retos.
¡°La evoluci¨®n nos ha programado para prestar atenci¨®n siempre a lo negativo, a fin de protegernos del peligro. Pero las personas resilientes, adem¨¢s de poner un ojo en las posibles amenazas, tienen otro para sintonizar con lo que le genera buenas sensaciones¡±, destaca Pascual.
Este optimismo est¨¢ presente en el ser humano. Es un rasgo que participa en su percepci¨®n, al igual que el pesimismo, que es precisamente lo contrario: la visi¨®n de que nada ser¨¢ como se ha previsto, que no producir¨¢ ning¨²n beneficio y que, incluso, generar¨¢ alg¨²n perjuicio.
Ambos sesgos son como gafas que permiten interpretar qu¨¦ ocurre alrededor y tomar decisiones al respecto. Y son, en buena parte, hereditarios. ¡°Se dice que en torno al 60% de lo que somos es gen¨¦tico y el 40% es aprendido¡±, detalla Andr¨¦s Garc¨ªa Notario, director del Gabinete Psicopedag¨®gico de la Universidad Alfonso X El Sabio (UAX).
La persona que tiende gen¨¦ticamente a la negatividad, tiene la esperanza de superarla entrenando y la que tiene una personalidad en la que prevalece la positividad, siempre puede potenciarla.
La vida, sin embargo, no pone f¨¢cil mantener una actitud optimista. Existen factores que contribuyen a generar el ambiente de pesimismo. Royo identifica dos tipos. Los factores predisponentes se materializan en las situaciones del d¨ªa a d¨ªa que provocan acumulaci¨®n de tensi¨®n y de cambios de ¨¢nimo de los que el individuo no suele ser consciente. Por ejemplo, una discusi¨®n de pareja o una mala noticia en el trabajo. ¡°Son circunstancias que predisponen a uno a perder el control y que, si se les presta atenci¨®n, se acumulan hasta generar factores precipitantes¡±, describe. Estos ¨²ltimos, los define como las situaciones en las que se pierde el control y se act¨²a de manera poco asertiva. ¡°Se producen cuando se grita, se pierden los nervios o cuando uno decide aislarse¡±.
Mantener una buena actitud en estos momentos consiste en prestar la misma atenci¨®n a los pensamientos positivos que a los negativos. ¡°Esto permite no ir amontonando un malestar que puede acabar generando ese factor precipitante¡±, apunta.
?C¨®mo se desarrolla el pensamiento positivo?
Seg¨²n Royo, hay unos circuitos neurol¨®gicos asociados al optimismo. ¡°Est¨¢n localizados en el neoc¨®rtex prefrontal, donde est¨¢ la frente. Ah¨ª se sit¨²a la capacidad para afrontar el abatimiento ante situaciones dif¨ªciles¡±, explica. Cuando estos circuitos se entrenan mediante el h¨¢bito, producen el cambio del pensamiento negativo al neutro y de este al positivo.
¡°Por ejemplo, si al levantarse por la ma?ana el primer pensamiento es negativo, del tipo: ¡®?Otro d¨ªa m¨¢s, todav¨ªa es jueves, qu¨¦ lentamente pasa la semana!¡¯, se est¨¢ activando una actitud que lleva a un tipo particular de conducta. Es como cuando uno va por una carretera y siempre coge el mismo desv¨ªo¡±, expone Royo.
Para acabar con esa tendencia pesimista, el mensaje matutino debe ser diferente: ¡°?Venga, un d¨ªa m¨¢s, vamos a ver qu¨¦ cosas buenas pueden pasar hoy!¡±, por ejemplo. Esto no significa, advierte Royo, que la vida vaya a cambiar de golpe. ¡°La existencia no se volver¨¢ de color de rosa, pero se est¨¢ alterando el circuito neurol¨®gico habitual¡±. Se trata de un cambio que puede hacerse desde la parte cognitiva; desde la parte conductual, las cosas que se hacen; pero tambi¨¦n desde la emocional, las cosas que se sienten.
¡°Solamente con darse cuenta ya se est¨¢ haciendo mucho, es una primera llamada de atenci¨®n. Se asemeja a ir por una carretera por la que se va siempre, pero ahora se perciben los otros coches, los ¨¢rboles del entorno¡ Se deja de automatizar las emociones negativas, como la ansiedad o la tristeza, que producen el pesimismo¡±, a?ade el profesor de Esade. Esta atenci¨®n es la clave para fomentar la positividad. El mindfulness es, precisamente, una t¨¦cnica que propone a las personas desarrollar una atenci¨®n plena y consciente.
La positividad, aliada de la creatividad
Carlos Royo, profesor asociado de Esade, explica que el psic¨®logo norteamericano Richard Boyatzis, doctor en Psicolog¨ªa Social por la Universidad de Harvard, cuenta que, si ante una situaci¨®n el individuo se enfoca en lo que puede salir mal, en sus deficiencias, en sus carencias y en el miedo, se activa el sistema nervioso simp¨¢tico, asociado con la amenaza que lo mantiene en guardia.
En cambio, cuando se trabaja desde la positividad, se despierta el sistema nervioso parasimp¨¢tico, que impulsa la capacidad para crear, imaginar e inspirar. ¡°El pensamiento positivo te lleva a una forma de pensar divergente, fuera de lo habitual, a la genialidad¡±, explica Andr¨¦s Garc¨ªa Notario, director del Gabinete Psicopedag¨®gico de la Universidad Alfonso X El Sabio (UAX). ¡°El optimista es profundamente creativo, aunque un buen pesimista haga grandes canciones en un momento terrible¡±, bromea.
?C¨®mo se genera la positividad en el equipo?
Reyes asegura que el fomento del optimismo es un ejercicio individual que tiene repercusi¨®n grupal. ¡°La climatolog¨ªa emocional de un conjunto de personas se nutre de las temperaturas emocionales de sus miembros¡±, asegura. Ser positivo, contin¨²a, hoy no es capricho, sino un compromiso. ¡°El responsable de los equipos debe dejar de pensar que serlo le hace parecer blando. Realmente lo que le hace es m¨¢s accesible. Los compa?eros le seguir¨¢n y crear¨¢n juntos un equipo m¨¢s creativo, atrevido y productivo¡±, recomienda.
Un buen l¨ªder, opina Jos¨¦ Luis Bosch, director del m¨¢ster de Direcci¨®n de Recursos Humanos de OBS Business School, debe reconocer p¨²blicamente las acciones positivas de sus miembros y no sancionar las negativas. ¡°Hay que ir minimiz¨¢ndolas¡±, apunta.
Para generar este buen ambiente, Royo hace hincapi¨¦ en la importancia del lenguaje. ¡°Se potenciar¨¢ si se sustituye el verbo tener en las ¨®rdenes por querer. Tambi¨¦n a trav¨¦s de las preguntas abiertas que impulsan la posibilidad de hacer cosas, porque se dota al interlocutor de capacidades para ofrecer soluciones: ?Qu¨¦ necesitar¨ªas para que esto salga bien?, ?c¨®mo imaginas que ser¨¢ la situaci¨®n una vez que hayamos logrado el objetivo?¡±, explica.
Esto no quiere decir que no haya que hacerse otras como ¡°?Has tenido en cuenta todos los riesgos?, ?sabes que puede salir mal? ¡°, sino que, si solo se hacen de este tipo, remarca Royo, se bloquea cualquier perspectiva afirmativa.
Tres pasos para entrenar la positividad
Andr¨¦s Pascual, director del programa de bienestar corporativo de la Universidad Internacional de La Rioja (Unir) y autor de Incertidumbre positiva: convierte la inseguridad, el caos y el cambio en una v¨ªa al ¨¦xito (Espasa, 2020), propone tres consejos para entrenar el pensamiento positivo cuando el pesimismo acecha:
1.- Practicar la terapia narrativa. Debido al estr¨¦s acumulado, cuando ocurre algo negativo, se tiende a dramatizar. Por ejemplo, cuando surge un problema con una nueva aplicaci¨®n esencial para seguir desempe?ando un puesto de trabajo y se comienza a pensar que no se est¨¢ preparado para ese cargo o que se tiene poca pericia. En ese momento, determina Pascual, se debe reformular la historia que uno se cuenta a s¨ª mismo: hay que poner el foco en las virtudes y en los logros cotidianos para saltar del pesimismo y el drama, a la esperanza y la resiliencia. ¡°Por ejemplo, si se mantiene la calma y se piensa que al igual que se han logrado otros cambios en el pasado, se puede aprender a manejar esta aplicaci¨®n¡±.
2.- Recuperar la sensaci¨®n de control. Es vital para mantenerse optimista. Por eso, se puede entrenar a trav¨¦s de la resoluci¨®n de peque?os problemas cuya gesti¨®n est¨¢ al alcance. Y, sobre todo, no perder el tiempo preocup¨¢ndose por las cosas que est¨¢n fuera del c¨ªrculo de influencia, como las decisiones pol¨ªticas o lo que los dem¨¢s piensan.
3.- Potenciar la gratitud. Valorar desde el agradecimiento los peque?os avances que se vayan produciendo, en lugar de sufrir desde la frustraci¨®n de todo lo que a¨²n queda por resolver. ¡°Martin Seligman, padre de la psicolog¨ªa positiva, demostr¨® que las personas que hacen una lista diaria de gratitud, anotando las cosas buenas que les han sucedido, experimentan niveles muy superiores de bienestar y muy inferiores de depresi¨®n¡±, concluye Pascual.