Un taller para los caprichos m¨¢s grandes del mundo

Mucho han cambiado las cosas desde que c¨¦lebres navegantes a vela solitarios, como el franc¨¦s Bernard Moitessier, aprovechaban sus escalas en puertos lejanos para trabajar unos meses en los astilleros. Repintando los cascos de barcos pesqueros, rascando moluscos incrustados en los costados o calafateando buques de madera, ahorraban para seguir con la traves¨ªa. El estilo artesanal y personalizado del refit ha dejado paso a sistemas mucho m¨¢s industrializados y con tecnolog¨ªa punta que hacen que el sector de la llamada econom¨ªa azul sea cada vez m¨¢s rentable. Tambi¨¦n ha cambiado la afici¨®n n¨¢utica, especialmente la que tienen las personas m¨¢s ricas del mundo: del velero cl¨¢sico y elegante se ha pasado al superyate, en una carrera imparable para a?adir metros y metros a las esloras de estas mansiones flotantes.

Los astilleros del grupo Marina Barcelona 92 (MB92) son la muestra de c¨®mo han confluido las dos tendencias. Fundada en los Juegos Ol¨ªmpicos para reparar embarcaciones de recreo y deportivas, la compa?¨ªa ha acometido una transformaci¨®n log¨ªstica y tecnol¨®gica que la ha convertido en l¨ªder mundial en la puesta a punto de los grandes yates, entre los cuales est¨¢n las joyas de los mayores multimillonarios.

Con el paso de los a?os, hay algo que no ha cambiado: la madera sigue siendo el mejor material para sostener los barcos en dique seco. Apoyados en estructuras de hierro que se mueven por ra¨ªles, los cojines de madera resistente pero flexible son el punto de descanso para estos enormes caprichos de miles de toneladas. Actualmente m¨¢s de 20 superyates reposan ah¨ª. Cuando se tienen que pintar, se cobijan dentro de grandes carpas que, a ojos de los barceloneses que lo ven desde la ciudad, parecen circos ambulantes.

Cuando Pepe Garc¨ªa-Aubert, presidente y consejero delegado del MB92, lleg¨® al grupo en 1993, el astillero era para yates de hasta 25 metros. ¡°Pero era una ruina. Lo vimos claro: para que sea rentable, los barcos tienen que ser m¨¢s grandes¡±, recuerda. A mediados de los noventa, el barco m¨¢s grande del mundo ten¨ªa una eslora de 75 metros. Ahora esta es la longitud media de los barcos que llegan a MB92. Ganaron espacio al asumir la concesi¨®n de la Uni¨®n Naval de Barcelona cuando esta cerr¨® en 2010, y MB92 cuenta ahora con 82.500 metros cuadrados en tierra y 41.400 en agua.

El grupo empez¨® tejiendo acuerdos con los constructores europeos de superyates para que el servicio de posventa y reparaci¨®n fuese en Barcelona. Pero el primer paso era profesionalizar el sector. ¡°La mayor¨ªa de astilleros para embarcaciones de recreo en aquel momento ten¨ªan un estilo tradicional y con todos los servicios propios. Nosotros optamos por tener a subcontratas para cada proyecto, asegurando que sea siempre la mejor¡±, explica el presidente. Estas empresas externas tienen locales en las instalaciones y forman parte de una especie de ciudad dentro del puerto por la que hay m¨¢s de 6.000 entradas y salidas diarias.

Puestos de trabajo

El grupo MB92 tiene 170 trabajadores en Barcelona, las subcontratas tienen m¨¢s de 1.000 y la tripulaci¨®n de los barcos que se est¨¢n reparando supera los 800 marineros. Las tripulaciones viven a bordo de los barcos mientras se reparan tanto en el agua como en seco. ¡°Esto es muy importante, porque se mueven por la ciudad, consumen y contribuyen a la econom¨ªa de Barcelona. Tenemos un equipo dedicado solo a organizar actividades para los tripulantes¡±, destaca el presidente. Garc¨ªa-Aubert a?ade que la compa?¨ªa ha ido formando j¨®venes en la industria naval. ¡°Tenemos en plantilla a m¨¢s de 70 ingenieros navales formados aqu¨ª. Antes nosotros busc¨¢bamos talento fuera y ahora nos lo piden, es un orgullo¡±, afirma.

El negocio del refit de superyates es muy jugoso y hay pocos que est¨¦n tan especializados como el grupo MB92 en los barcos de gran eslora. En 2016, la empresa compr¨® su principal competidor, el astillero de La Ciotat. M¨¢s de la mitad de los yates de eslora superior a 100 metros en el mundo han pasado por alguno de los dos centros del grupo. ¡°Francia es la cuna del superyate, ah¨ª hay mucha industria, empresas de management, capitanes¡­ El astillero de La Ciotat tiene m¨¢s capacidad de expansi¨®n¡±, detalla el presidente del grupo, que no descarta m¨¢s adquisiciones en el mundo. Los beneficios de la empresa solo en Barcelona rondan los 3,5 millones de euros anuales, seg¨²n el registro mercantil. La empresa prev¨¦ cerrar 2021 con una facturaci¨®n de 191 millones, y de estos, 120 millones corresponder¨¢n a Barcelona.

En 2020, el a?o de la pandemia, la facturaci¨®n total fue de 122,1 millones, y en 2019 de 150,3 millones. Este incremento del 27% con respecto al ¨²ltimo a?o previo a la pandemia se debe a la mayor productividad gracias a la instalaci¨®n de una gran plataforma elevadora inaugurada en 2019 que permite subir a tierra los grandes barcos. La inversi¨®n desde 2010, se?ala la empresa, se sit¨²a en 70 millones de euros. Y la comprometida en La Ciotat hasta 2023 es de 75 millones m¨¢s. Los accionistas (en 2019, el fondo Squircle compr¨® el 77% al grupo de inversi¨®n turco Dogus Group, que contin¨²a con una participaci¨®n minoritaria) quieren aprovechar la proyecci¨®n de crecimiento del sector ¡ªcalculan que la flota mundial de superyates crecer¨¢ un 10% hasta 2025¡ª y consolidar Barcelona y La Ciotat. ¡°Las grandes productoras est¨¢n en Holanda o Alemania, pero la vida de los yates est¨¢ aqu¨ª. El Mediterr¨¢neo sigue siendo el mar con m¨¢s glamour y el m¨¢s seguro¡±, explica Garc¨ªa-Aubert.

El propietario del yate se apunta a la traves¨ªa cuando quiere o lo alquila. ¡°En los siglos XIX y XX ten¨ªan seis o siete mansiones en los mejores sitios del mundo. Ahora tienen una sola mansi¨®n flotante que va donde ellos quieren. Durante la pandemia los han usado de refugio¡±, razona. Un barco sobresale estos d¨ªas, un enorme velero de l¨ªneas cl¨¢sicas con tres m¨¢stiles, el Athena, de 90 metros, cuya propiedad est¨¢ atribuida a James Henry Clark, multimillonario de Silicon Valley. Se alquila por 340.000 euros a la semana. Por aqu¨ª han pasado el yate m¨¢s grande del mundo, el Azzam (180 metros), del emir de Abu Dabi; el Fulk Al Salamah, del sult¨¢n de Om¨¢n, o el cl¨¢sico yate de la familia Getty. Pero Garc¨ªa-Aubert no suelta prenda, pues la confidencialidad con el cliente se sigue a rajatabla. ¡°El contacto es m¨¢s con la agencia de management, pero algunos tienen mucha afici¨®n naval y se interesan¡±, explica. Los trabajos encargados van desde el mantenimiento peri¨®dico hasta reformas ingentes en el interior cuando, por ejemplo, el barco cambia de propietario: ¡°No hay que olvidar que el yate es un capricho y hay que tratarlo como tal¡±, concluye.