Habitaci¨®n a cambio de sexo: c¨®mo los prohibitivos alquileres dan alas a la explotaci¨®n
Los casos en los que se obtiene una casa a cambio de relaciones ¨ªntimas afectan sobre todo a mujeres migrantes sin papeles. La Polic¨ªa dice que al ser un acuerdo entre dos adultos no hay delito, pero advierte de que si este trueque derivase en amenazas o coacciones s¨ª habr¨ªa actividad delictiva
¡°Cedo habitaci¨®n gratuita a mujer a cambio de compartir por la noche. Interesadas, dejar datos f¨ªsicos y de contacto¡±. Es uno de los avisos que proliferan en las plataformas de anuncios de internet. Es la versi¨®n renovada, m¨¢s sutil ¡ªaunque en el fondo es lo mismo¡ª, de aquellos que ofrec¨ªan alojamiento gratuito a cambio de relaciones sexuales y que aparecieron justo cuando el mercado de la vivienda estaba m¨¢s recalentado, all¨¢ por 2007 y 2008. Ahora no son tan expl¨ªcitos, aunque no dejan lugar a ...
¡°Cedo habitaci¨®n gratuita a mujer a cambio de compartir por la noche. Interesadas, dejar datos f¨ªsicos y de contacto¡±. Es uno de los avisos que proliferan en las plataformas de anuncios de internet. Es la versi¨®n renovada, m¨¢s sutil ¡ªaunque en el fondo es lo mismo¡ª, de aquellos que ofrec¨ªan alojamiento gratuito a cambio de relaciones sexuales y que aparecieron justo cuando el mercado de la vivienda estaba m¨¢s recalentado, all¨¢ por 2007 y 2008. Ahora no son tan expl¨ªcitos, aunque no dejan lugar a dudas sobre el objeto de su ofrecimiento. En todos los anuncios encontrados en distintos portales digitales se juega con el t¨¦rmino ¡°compa?¨ªa¡±. A pesar de ello, cualquiera que intercambie algunos mensajes con los anunciantes entiende que no se trata de acompa?ar ni de cuidar, sino de sexo puro y duro a cambio de una habitaci¨®n.
Esta clase de anuncios siempre ha existido, con m¨¢s o menos frecuencia e intensidad, pero tienden a proliferar cuando el mercado del alquiler se pone muy dif¨ªcil. Ahora lo est¨¢. Las rentas han vuelto a subir con fuerza tras el respiro de la pandemia. El precio del alquiler en Espa?a subi¨® un 4,7% en abril, seg¨²n Fotocasa. En la ciudad de Madrid, por ejemplo, el alquiler medio es de 1.164 euros mensuales. Este es el caldo de cultivo para estos avisos, que calan entre las personas con mayores necesidades econ¨®micas e incapaces de hacer frente al pago de una habitaci¨®n: en las grandes capitales cuesta desde 300 a 700 euros al mes. Las mujeres migrantes sin papeles son carne de ca?¨®n por su especial vulnerabilidad.
Lo primero que solicitan estos anunciantes cuando esta periodista se pone en contacto con ellos (sin revelar su identidad real) es la edad y una foto. El responsable de uno de estos anuncios pide un encuentro presencial como requisito previo para dar m¨¢s detalles y hablar sobre las condiciones del trueque. Quiere que sea el mismo d¨ªa en el que se produce la primera comunicaci¨®n y advierte de que ya tiene gente esperando. Prefiere el cara a cara. ¡°Sabes que las cosas habladas as¨ª parecen fr¨ªas y, sin conocerse, m¨¢s. Luego es diferente¡±. Manda un mensaje que pretende ser tranquilizador: ¡°Tranquila, soy legal y educado. Soy espa?ol¡±. Al preguntar si la habitaci¨®n no tiene coste, responde: ¡°Claro, depende de ti¡±.
Otro de estos anuncios dice: ¡°Hombre espa?ol, 55 a?os, divorciado, vivo solo, cedo gratuitamente habitaci¨®n a chica y ofrezco adem¨¢s 300 euros mensuales a cambio de que se ocupe de la casa y tenga tiempo para hacerme compa?¨ªa¡±. En este caso, el anunciante ¡ªque reconoce tener 60 a?os y no 55¡ª solicita una foto y pregunta por la edad. Cuenta que a su antigua asistenta, una mujer venezolana con importantes dificultades econ¨®micas, le pagaba unos 500 euros mensuales por la limpieza de la casa y por mantener relaciones ¨ªntimas. ¡°Podemos quedar para conocernos y si nos agradamos mutuamente podr¨ªa darte esa misma cantidad a ti¡±.
La Polic¨ªa Nacional no tiene constancia de denuncias relativas a estos anuncios de intercambio de techo por ¡°compa?¨ªa¡±. Al tratarse de un acuerdo entre dos adultos que consienten libremente, no ser¨ªa denunciable ni puede considerarse delito. Ahora bien, si eso se tornase en amenazas, coacciones o enga?os, cosa que en principio no ocurre, s¨ª podr¨ªa hablarse de una actividad delictiva.
Los abogados penalistas hablan de aplicar el sentido com¨²n y desconfiar de cualquier producto o servicio cuando es demasiado barato o est¨¢ manifiestamente fuera de mercado. M¨¢s cuando se dan tantas pistas, como en estos casos. Ahora bien, en situaciones muy extremas, ante estados de necesidad l¨ªmite, podr¨ªa llegar a hablarse de un delito de trata de seres humanos (art¨ªcu?lo 177 bis del C¨®digo Penal). El anunciante deber¨ªa aprovecharse de una situaci¨®n de superioridad o de necesidad o vulnerabilidad de la v¨ªctima, acogi¨¦ndola a cambio de la explotaci¨®n sexual, incluyendo la pornograf¨ªa. La casu¨ªstica es muy variada. Por ejemplo, se podr¨ªa hablar de la comisi¨®n de este delito si se acoge a refugiados de guerra a cambio de sexo.
La afluencia de estos anuncios coincide con el debate legislativo en torno a la prostituci¨®n, que ha tenido lugar esta semana en el Congreso de los Diputados. El Gobierno de coalici¨®n tiene en tr¨¢mite dos leyes integrales para abordar el proxenetismo, la trata con fines de explotaci¨®n sexual y la prostituci¨®n.
Trato verbal
Desde el punto de vista civil, lo l¨®gico es que medie un acuerdo verbal entre las partes. ¡°Los contratos escritos que puedan existir con relaci¨®n a este asunto seguro que comportan otras prestaciones: limpieza, cocinar o simple compa?¨ªa, pero nunca sexuales¡±, explica Josep Maria G¨¹ell, del despacho Habitat Abogados. El letrado da cuenta de que se trata de actuaciones relativamente habituales en otros pa¨ªses, como Francia.
En la organizaci¨®n de consumidores CECU, que no ha recibido quejas o denuncias relacionadas con este tipo de anuncios, creen que deber¨ªa hacerse ¡°un esfuerzo colectivo e institucional para que la vivienda sea un bien asequible para todos y que no haya nadie que se vea abocado a tener que aceptar un acuerdo de este tipo por pura desesperaci¨®n¡±. Advierten: ¡°Aunque se llegue a este acuerdo y se firme un contrato, el ofrecimiento de usar una vivienda sin pagar renta no es un arrendamiento como tal, sino un alquiler en precario. As¨ª, est¨¢ fuera de las previsiones de la ley de arrendamientos urbanos y se puede revocar en cualquier momento¡±. Si una mujer accede a este tipo de acuerdo forzada por la necesidad, sin saber lo que acepta o simplemente cambia de parecer, puede cancelar el acuerdo en cualquier momento.
Portales como Milanuncios, que no intermedian en las transacciones entre usuarios, no permiten los anuncios relacionados con contactos o intercambio de bienes y servicios a cambio de relaciones sexuales. Por eso, y para evitar los filtros que aplican plataformas como esta, se recurre al t¨¦rmino compa?¨ªa. ¡°Tenemos tolerancia cero con todo tipo de conductas que atenten o puedan atentar contra la dignidad humana¡±, se?alan en Milanuncios. ¡°Cuando son detectados, los borramos y, si procede, bloqueamos la cuenta del usuario¡±, a?aden.
Las relaciones ¨ªntimas no son la ¨²nica carta de pago. Hay anuncios de toda condici¨®n. Lo m¨¢s habitual es la limpieza de la casa y la atenci¨®n a personas mayores, pero tambi¨¦n hay quien demanda y ofrece clases de yoga y de idiomas, servicios de un nutricionista, de manitas¡ Todo vale en un mercado, el del alquiler, que estrangula a los m¨¢s vulnerables.