"Alquilo habitaci¨®n por sexo"
Detectados en portales inmobiliarios de Espa?a, Francia, Italia y Estados Unidos anuncios de alojamiento a cambio de relaciones sexuales
Un hombre y una mujer entran en una cafeter¨ªa. Se miran, se dan dos besos. Se presentan. Son dos desconocidos pero apenas la camarera les pone el caf¨¦ en la mesa comienzan a hablar de sexo.
?l, Pablo, tiene 24 a?os y ha colocado un anuncio en Internet: "Alquilo habitaci¨®n a cambio de prestaciones sexuales". Ella tiene 25 y no se llama Sara, pero se hace pasar por ella para conocer la letra peque?a de esta oferta. Es una pr¨¢ctica que ya ha sido detectada en Francia, Italia y EE UU. Tambi¨¦n aqu¨ª en Espa?a los portales est¨¢n repletos de anuncios como ¨¦ste, aunque la polic¨ªa nacional no tiene ning¨²n expediente abierto sobre casos similares. "La prostituci¨®n en Espa?a no est¨¢ penada, y siempre que ambas partes est¨¦n de acuerdo esta pr¨¢ctica no constituye delito", afirma un portavoz de la polic¨ªa.
"Esto no es una violaci¨®n. Cuando a ti te apetezca y a m¨ª me apetezca"
Sara ha encontrado la propuesta en el portal www.campusanuncios.com, pero invitaciones de este tipo se encuentran en la mayor¨ªa de portales inmobiliarios de la red: loquo.com, habitamos.com, Portal Trovit...
"Hola", escribi¨® Sara a los remitentes de estos anuncios, "estoy buscando piso y me gustar¨ªa enterarme de c¨®mo funciona esto. ?Vives solo? ?Cu¨¢ntos a?os tienes? ?Ser¨ªa totalmente gratis?".
Tkd24, madrile?o, contesta: "Estoy yo solo y s¨ª, es totalmente gratis, incluso los gastos est¨¢n incluidos. A cambio tendr¨ªas que mantener sexo conmigo (no todos los d¨ªas, no te preocupes), sabremos encontrar el punto justo". El sevillano Luis, otro de los ofertantes, es m¨¢s exigente. Pide algunas referencias antes de entrar en detalles: "Est¨¢ por La Macarena, zona centro. No tendr¨ªas que pagar nada, solamente lo que pido a cambio es sexo. Tengo 30 a?os y estoy trabajando, pero antes me gustar¨ªa que me enviaras unas fotograf¨ªas tuyas, ya que he recibido algunos e-mails m¨¢s y tengo que elegir a una de vosotras". Y Antonio, de Barcelona, contestaba: "El intercambio suele ser por sexo, exhibicionismo, tocamientos, caricias, lo que se pacte. Yo soy una persona respetuosa y me atendr¨¦ a lo que hayamos pactado". El correo de Sara se llena en pocos d¨ªas de las explicaciones que requiere. Pablo es uno de los tres chicos que le env¨ªan su tel¨¦fono al primer contacto. Ofrece una habitaci¨®n en el barrio madrile?o de Ventas y por un m¨®dico precio sexual promete cama y comida. Fruto de una llamada y en menos de 24 horas se encuentran frente a frente, en una cafeter¨ªa, hablando de sexo... y convivencia.
?l es grande, sonriente y, por valorar su aspecto f¨ªsico, tiene unos kilos de m¨¢s. Pero no es la gordura lo que sorprende a Sara, sino su apariencia normal. En el imaginario colectivo de los prejuicios, su aspecto exterior no desvela nada. Podr¨ªa ser un chico de barrio cualquiera. Su actitud es educada y parece comprensivo con las dudas que muestra su posible inquilina.
"Reconozco que no es una cosa muy normal", afirma Pedro, "yo empec¨¦ con esto como una broma pero me escribieron bastantes chicas". Por eso, este encuentro, de ir bien, supondr¨ªa su segunda experiencia. Con la anterior inquilina, una francesa que vino dos semanas, "todo fue bastante natural". De hecho, "sigo en contacto con ella", comenta. "Esto no es una violaci¨®n", la tranquiliza. "Cuando a ti te apetezca y a m¨ª me apetezca".
"?Y qu¨¦ piensan tus compa?eros de piso?". Pablo vive con dos chicos y una chica y dice que ellos no lo saben. "T¨² vendr¨ªas como una amiga, yo no voy diciendo por ah¨ª que hago esto".
La sexualidad como cosa
El trueque sexual por el alquiler de una habitaci¨®n es el m¨¢s sorprendente de los que se encuentran en la Red, pero hay quienes alquilan su piso a cambio de que se lo reforme el inquilino o de que ¨¦ste haga las veces de asistenta. ?Cu¨¢l es el motivo de que esto suceda? ?Se puede achacar a la crisis hipotecaria o es fruto de una cultura sexual cada d¨ªa m¨¢s liberada?El psicosoci¨®logo especializado en sexo Erik Pescador afirma que no es un problema de desinhibici¨®n ni de lo contrario. "Tiene que ver con la soledad y con la cosificaci¨®n de la sexualidad". Seg¨²n Pescador, cada d¨ªa la gente tiene menos capacidad para relacionarse cara a cara y muchos recurren a estos m¨¦todos: "Unos a ligar por Internet, otros a las agencias matrimoniales... Quiz¨¢ esto sea tan s¨®lo la ¨²ltima vuelta de tuerca". Aunque advierte de que "seguramente" nada de esto ocurrir¨ªa sin un trasfondo social de pobreza y sin "una sociedad como ¨¦sta donde todo se capitaliza".Espa?a es el pa¨ªs europeo donde m¨¢s cuesta adquirir una casa. Seg¨²n el Observatorio Joven de Vivienda en Espa?a, las familias tardan una media de 15 a?os en pagarla, mientras que en Europa el promedio se sit¨²a en 3,9 a?os.Echando un vistazo a las p¨¢ginas inmobiliarias de Alemania, un pa¨ªs donde los precios de la vivienda se estabilizaron hace 10 a?os, no se encuentra ning¨²n anuncio que proponga el intercambio de casa por sexo. Mientras en Madrid un piso asequible de 80 metros cuadrados ronda los 300.000 euros, en Berl¨ªn ese mismo espacio puede costar 100.000.En Italia se ha detectado que este fen¨®meno se da dentro de la universidad. Y en Francia, donde el Gobierno ha admitido que se est¨¢ pasando por una de las mayores crisis inmobiliarias desde el final de la II Guerra Mundial, tambi¨¦n se ha detectado este tipo de alquiler, que, seg¨²n una investigaci¨®n de la BBC, est¨¢ encontrando su demanda en la poblaci¨®n m¨¢s vulnerable: los j¨®venes y los pobres.
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