Arabia Saud¨ª: el nacimiento de una superpotencia en el desierto a golpe de petrod¨®lares
El pr¨ªncipe heredero, Mohamed bin Salm¨¢n, usa el dinero de la venta de crudo para transformar con proyectos fara¨®nicos la econom¨ªa del pa¨ªs mientras teje una nueva red de alianzas geopol¨ªticas
Casi siempre ajenos a los grandes reflectores, aunque haciendo mucho ruido a cada paso, un pa¨ªs y una familia quieren pescar a lo grande en las tumultuosas aguas en las que navega el orden global. Arabia Saud¨ª y la dinast¨ªa que le da nombre ¡ªlos Sa¨²d¡ª han pasado en poco tiempo de una situaci¨®n de relativa fragilidad, con sus vast¨ªsimos pozos petroleros funcionando a medio fuelle, a prolongar su condici¨®n de potencia f¨®sil a multitud de campos completamente ajenos a lo energ¨¦tico¡ y a lo econ¨®mico. Ri...
Casi siempre ajenos a los grandes reflectores, aunque haciendo mucho ruido a cada paso, un pa¨ªs y una familia quieren pescar a lo grande en las tumultuosas aguas en las que navega el orden global. Arabia Saud¨ª y la dinast¨ªa que le da nombre ¡ªlos Sa¨²d¡ª han pasado en poco tiempo de una situaci¨®n de relativa fragilidad, con sus vast¨ªsimos pozos petroleros funcionando a medio fuelle, a prolongar su condici¨®n de potencia f¨®sil a multitud de campos completamente ajenos a lo energ¨¦tico¡ y a lo econ¨®mico. Riad busca trascender en todos los ¨¢mbitos posibles, con una hegemon¨ªa que vaya m¨¢s all¨¢ de lo puramente regional. Y la forma elegida es la de siempre en el Golfo: a golpe de talonario y gracias a los inmensos r¨¦ditos del crudo.
All¨¢ donde alcance la imaginaci¨®n del lector, antes habr¨¢n llegado los petrod¨®lares de la dictadura del desierto, en la que hace tiempo que el rey Salm¨¢n bin Abdulaziz entreg¨® las llaves del porvenir a su hijo y pr¨ªncipe heredero, Mohamed bin Salm¨¢n, un treinta?ero amante de la tecnolog¨ªa y decidido a que su pa¨ªs ¡ªcerrado, muy cerrado; desigual, muy desigual; y represor, muy represor de los derechos humanos¡ª d¨¦ un salto de gigante en el siempre dispu?tado escaparate internacional.
?Diplomacia? Riad est¨¢ dejando atr¨¢s el agresivo intervencionismo en los pa¨ªses vecinos para dar prioridad al poder blando, reforzado por su renovada chequera. En esa t¨¢ctica se enmarca el acercamiento estrat¨¦gico a China ¡ªsu mejor cliente¡ª, las alianzas ocasionales con Rusia para controlar los precios del crudo y los gui?os a otras potencias emergentes, como Brasil o Sud¨¢frica. Tambi¨¦n el reciente restablecimiento de relaciones, rotas desde 2016, con su n¨¦mesis en la otra orilla del golfo P¨¦rsico: Ir¨¢n; las conversaciones de paz con los hut¨ªes para salir de la guerra en Yemen y el impulso para el regreso de su anta?o enemigo, el presidente sirio Bachar el Asad, a la Liga ?rabe. Objetivo: lograr un apaciguamiento que le permita concentrarse en sus reformas internas. ?Defensa? Su presupuesto militar, el quinto mayor del planeta, y su segunda posici¨®n en el ranking de mayores compradores de armas del planeta hablan por s¨ª solos.
Siga dejando volar la imaginaci¨®n. ?Deporte? Cristiano Ronaldo juega en el Al Nassr a raz¨®n de 200 millones de d¨®lares al a?o; Lionel Messi, que ya es embajador tur¨ªstico del Reino del Desierto, flirtea con el otro gran club de Riad, el Al Hilal, que le ofrece pr¨¢cticamente el doble. Tras Qatar 2022, ahora son ellos quienes aspiran a organizar el Mundial de f¨²tbol en 2030. En paralelo, han puesto en ¨®rbita su propio circuito golfista y albergan en Yedda un gran premio de F¨®rmula 1. ?Cultura? La candidatura a albergar la Expo 2030 va acompa?ada por un manguerazo de miles de millones de d¨®lares para crear un potente entorno muse¨ªstico en Riad, al m¨¢s puro estilo del parisiense, neoyorquino o londinense. ?Ciencia? Ah¨ª est¨¢n los pagos de la Universidad Rey Sa¨²d a decenas de cient¨ªficos occidentales para subir puestos artificialmente en la clasificaci¨®n de los mejores centros educativos del planeta, desvelados por EL PA?S. ?Medios de comunicaci¨®n? Si llega a buen puerto, pronto estar¨¢ en el aire su propio canal informativo en ingl¨¦s, un rival natural del catar¨ª Al Jazeera.
Hay m¨¢s. ?Un poco de urbanismo, quiz¨¢? En la frontera entre el futurismo y lo posible est¨¢ Neom, una ciudad-muro del tama?o de B¨¦lgica que se levantar¨¢ en mitad del desierto por la que no circular¨¢ ni un solo coche. Tambi¨¦n el multimillonario plan con el que pretende darle un enorme lavado de cara a Riad, una urbe en serio riesgo de quedarse atr¨¢s frente a otras capitales del Golfo, como Dub¨¢i o Doha, y que aspira a atraer un turismo hoy sencillamente inexistente al margen de los lugares santos de La Meca y Medina, donde solo pueden penetrar los musulmanes. El objetivo es que este sector aporte el 10% del PIB saud¨ª a finales de la d¨¦cada, una cifra similar a la de Espa?a e Italia y superior a la de Francia. Como han demostrado Qatar Airways y Emirates, para atraer visitantes y abrirse al mundo hacen falta aerol¨ªneas. Y ah¨ª tambi¨¦n tiene planes Bin Salm¨¢n: tanto Saudia como la reci¨¦n lanzada Riyadh Air se han embarcado en una operaci¨®n de crecimiento de su flota que d¨¦ forma a sus anhelos de globalidad gracias al queroseno subvencionado. No hay ¨¢mbito que se quede fuera de esta renovada ambici¨®n de un pa¨ªs de algo menos de 40 millones de habitantes que ha encontrado en la pujanza petrolera el chute de dinero para que sus ansias de potencia internacional cristalicen en algo tangible, real. Y duradero.
¡°Arabia Saud¨ª lleva siete a?os, desde el lanzamiento de su estrategia Vision 2030, inmersa en un proceso de cambio en la imagen [rebranding] que proyecta al resto del mundo¡±, apunta por tel¨¦fono Sanam Vakil, directora del programa para Oriente Pr¨®ximo y el norte de ?frica del think tank londinense Chatham House. ¡°Su objetivo es doble: diversificar su econom¨ªa para adelantarse a un futuro en el que el petr¨®leo ser¨¢ residual y lograr un cambio interno de mentalidad, con una cierta liberalizaci¨®n social y un aumento en la participaci¨®n de las mujeres en el mercado de trabajo¡±. Esta estrategia, dice, sigue los pasos del modelo catar¨ª y emirat¨ª, aunque ¡°a una escala much¨ªsimo mayor¡±.
Que Riad vaya, poco a poco, liberalizando algunas cosas en el plano social no debe llevar a equ¨ªvoco: ¡°Est¨¢n abriendo la mano con algunas libertades y ofreciendo m¨¢s opciones de entretenimiento para ganarse el apoyo de los j¨®venes, que hasta ahora ten¨ªan que salir a Bar¨¦in o ir a Europa. Pero siempre manteniendo todo bajo control y sin ninguna mejora sustancial en derechos humanos¡±, recuerda al otro lado del tel¨¦fono Martin Hvidt, profesor del Centro de Estudios Contempor¨¢neos sobre Oriente Pr¨®ximo de la Universidad del Sur de Dinamarca.
¡°Ni se est¨¢n convirtiendo en una democracia, ni est¨¢n prometiendo elecciones parlamentarias, ni est¨¢n adoptando valores occidentales: lo que est¨¢n haciendo es, simplemente, prometer reformas para reforzar la autoridad pol¨ªtica de la familia real¡±, remarca Vakil. Por ahora, Bin Salm¨¢n parece estar consiguiendo su prop¨®sito: como escriben Bradley Hope y Justin Scheck en su magn¨ªfico Sangre y petr¨®leo (Pen¨ªnsula, 2023), el heredero acumula ya ¡°m¨¢s poder que ning¨²n otro miembro de la familia Sa¨²d desde la fundaci¨®n del reino¡±. Con unas artes, eso s¨ª, cuando menos dudosas, en las que la intimidaci¨®n y la represi¨®n a quien se sale de la l¨ªnea oficial sigue siendo habitual.
Marginaci¨®n de la mujer
La limitada apertura iniciada en los ¨²ltimos tiempos se deja ver en algunos asuntos concretos del d¨ªa a d¨ªa de los saud¨ªes. Ah¨ª est¨¢, por ejemplo, la eliminaci¨®n en 2018 de la prohibici¨®n de conducir a las mujeres, un paso que responde m¨¢s a la necesidad ¡ªrecogida en la hoja de ruta Vision 2030¡ª de ampliar el empleo en el sector privado, lo que precisa de la fuerza laboral femenina, que a un convencimiento genuino del aut¨®crata. Hasta la revocaci¨®n de ese veto, muchas saud¨ªes ten¨ªan que contratar a un conductor para desplazarse a sus lugares de trabajo, lo que dificultaba a¨²n m¨¢s su ya dif¨ªcil acceso al mercado laboral.
Sin estad¨ªsticas ni umbrales oficiales de pobreza ¡ªalgunos c¨¢lculos la elevan al 20% de la poblaci¨®n¡ª, s¨ª se sabe que muchos hogares de bajos ingresos est¨¢n encabezados por una mujer. La pobreza y el desempleo creciente entre las mujeres y los j¨®venes minan el contrato social en el que est¨¢ basado el Estado rentista saud¨ª: la redistribuci¨®n del bienestar econ¨®mico fruto del man¨¢ del petr¨®leo a cambio del apoyo a la monarqu¨ªa absoluta de los Sa¨²d.
En clave externa, una variable a la que el pa¨ªs da cada vez m¨¢s importancia, el ansiado lavado de imagen pasa por que la comunidad internacional ¡°vea a Arabia Saud¨ª de otra manera, dejando atr¨¢s la etiqueta de reino conservador y vinculado al radicalismo religioso¡±, en palabras de Vakil. Un proceso que, seg¨²n advierte la especialista de la Chatham House, ¡°no ser¨¢ de corto plazo, sino de varias generaciones¡±, y que tiene como objetivo prioritario al 70% de la poblaci¨®n que tiene 30 a?os o menos, un grupo ¡°mucho m¨¢s entusiasta con las reformas¡±.
Al igual que los t¨ªmidos cambios internos, el giro del r¨¦gimen en pol¨ªtica exterior obedece a un enfoque pragm¨¢tico, que vincula la seguridad regional con el desarrollo. La ¡°ambiciosa¡± estrategia plasmada en el proyecto Vision 2030 ¡ªpuntualiza Luciano Zaccara, profesor del Centro de Estudios del Golfo de la Universidad de Qatar¡ª ¡°requiere estabilidad y consenso interno¡±, dos condiciones imposibles de alcanzar con la ¡°amenaza constante¡± que representaba el enfrentamiento con Ir¨¢n y la costosa intervenci¨®n militar en Yemen. Coincide Anna Jacobs, analista s¨¦nior para el Golfo del International Crisis Group: ¡°Riad ha considerado que la mejor forma de apoyar sus objetivos nacionales de desarrollo econ¨®mico y seguridad interior es mitigar las tensiones regionales mediante m¨¢s di¨¢logo y diplomacia, especialmente con rivales como Ir¨¢n¡±, escribe por correo electr¨®nico desde Doha.
Ochenta y cinco a?os despu¨¦s de que las m¨¢quinas perforadoras se dieran de bruces con los primeros yacimientos de crudo, cambiando para siempre la suerte del entonces pobre golfo P¨¦rsico, la petrolera estatal Aramco ¡ªla tercera empresa del mundo por capitalizaci¨®n burs¨¢til tras Apple y Microsoft, con un valor superior a los dos billones de d¨®lares¡ª sigue sacando del subsuelo ingentes cantidades de crudo d¨ªa tras d¨ªa. Y as¨ª lo seguir¨¢ haciendo unas cuantas d¨¦cadas m¨¢s: si hay una certeza en los siempre vol¨¢tiles cen¨¢culos petroleros es que el ¨²ltimo barril que se consuma en el mundo saldr¨¢, casi con total seguridad, de su subsuelo.
Con el mercado global constre?ido por la toxicidad del crudo ruso en Occidente, Arabia Saud¨ª ¡ª?el mayor exportador y el segundo m¨¢ximo productor de petr¨®leo del mundo, tras Estados Unidos¡ª ha encontrado en la invasi¨®n rusa de Ucrania una ocasi¨®n de oro para vender su producto m¨¢s abundante en unas condiciones que ni hubiera so?ado hace un par de a?os, cuando la pandemia a¨²n lastraba tanto los precios como los vol¨²menes. Y eso, para una econom¨ªa y una sociedad literalmente estructuradas en torno a lo f¨®sil, es mucho m¨¢s que una oportunidad coyuntural: en pleno cambio de orden global, como predica China ¡ªa quien le une una sinton¨ªa cada vez m¨¢s expl¨ªcita¡ª, Riad quiere jugar en otra liga. En la liga de los mayores.
¡°El plan Vision 2030 fue concebido en un momento de petr¨®leo barato y su objetivo inicial era que el bienestar dependiera menos del precio. Ir¨®nicamente, ha sido la subida del crudo la que ha impulsado muchas de estas megaini?ciativas¡±, apunta Kristian Coates Ulrichsen, especialista en Oriente Pr¨®ximo del Baker Institute. La consecuencia de esto es que ahora el r¨¦gimen ¡°necesita¡± que la cotizaci¨®n de esta materia prima se mantenga alta para poder financiar estos proyectos. Sobre todo, seg¨²n Ulrichsen, porque tras la hist¨®rica ¡ªy espectacular¡ª purga anticorrupci¨®n acometida a finales de 2017 por Bin Salm¨¢n en el hotel Ritz-Carlton de Riad, en la que cay¨® en desgracia una parte importante de la ¨¦lite econ¨®mica saud¨ª, ¡°los niveles de inversi¨®n extranjera han ca¨ªdo bruscamente¡±.
El asalto a los cielos orquestado por el petro-Estado se ve aderezado por un ingrediente extra que pocos pudieron siquiera atisbar: el alejamiento de su hist¨®rico protector, Estados Unidos, con quien las tiranteces son m¨¢s que evidentes. El asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saud¨ª en Estambul (Turqu¨ªa), a finales de 2018, fue el primer detonante de una crisis que se ha extendido a otros ¨¢mbitos, sobre todo tras la victoria del dem¨®crata Joe Biden en 2020, con quien las relaciones son todo menos fluidas.
Menos de un a?o despu¨¦s de aquel crimen, que la CIA ¡ªincluso con su aliado Donald Trump a¨²n en la Casa Blanca¡ª atribuy¨® a una orden directa de Bin Salm¨¢n, los saud¨ªes comprobaron la voluntad de Washington de reducir su implicaci¨®n en el golfo P¨¦rsico. En septiembre de 2019, dos instalaciones petrol¨ªferas claves de Aramco en el este del pa¨ªs tuvieron que interrumpir su producci¨®n despu¨¦s de sufrir un ataque con drones y misiles de crucero. Los hut¨ªes se atribuyeron el ataque, pero Riad acus¨® directamente a Ir¨¢n. Para decepci¨®n de los saud¨ªes, no hubo ninguna represalia militar de Washington contra Teher¨¢n.
¡°Este alejamiento estrat¨¦gico¡± estadounidense de Oriente Pr¨®ximo ¡ªargumenta Jacobs¡ª ¡°ha tenido un papel importante en la reformulaci¨®n de la pol¨ªtica exterior de Riad, que est¨¢ convencido de que EE UU no acudir¨¢ en su ayuda en tiempos de crisis¡±, tras lo que juzg¨® una ¡°respuesta insuficiente¡± por esos ataques. A falta de ¡°una garant¨ªa de seguridad estadounidense fiable, Riad lleg¨® a la conclusi¨®n de que el di¨¢logo y la diplomacia ser¨ªan necesarios para mitigar las tensiones regionales y as¨ª asegurar sus objetivos de desarrollo¡±, puntualiza Jacobs.
Aunque la Administraci¨®n de Joe Biden ha tratado de reconducir su relaci¨®n con Arabia Saud¨ª ¡ª?el presidente dem¨®crata visit¨® el pa¨ªs en julio de 2022¡ª, la tensi¨®n no desapareci¨® en un viaje cuya tirantez qued¨® patente con el g¨¦lido choque de pu?os con el que el pr¨ªncipe heredero salud¨® al presidente norteamericano en Riad. Esa desconfianza se ha agravado en los ¨²ltimos meses, en los que la versi¨®n ampliada de la Organizaci¨®n de Pa¨ªses Exportadores de Petr¨®leo (OPEP+, que lidera junto con Rusia) ha intentado lo imposible por mantener alto el precio del crudo, con severos recortes de oferta que la han enfrentado con Occidente. Toda ¡°una declaraci¨®n de independencia, una reafirmaci¨®n del poder saud¨ª en la escena mundial, en medio de los continuos esfuerzos del reino por redefinirse a trav¨¦s de su pol¨ªtica exterior¡±, remarcaba en octubre pasado un an¨¢lisis del Instituto de los Estados ?rabes del Golfo, un think tank con sede en Washington.
Luna de miel con China
Que el pacto del pasado 10 de marzo para normalizar las relaciones saud¨ªes con Ir¨¢n se anunciara en Pek¨ªn ¡ªel principal destino de las exportaciones saud¨ªes¡ª es igualmente significativo, seg¨²n Zaccara, toda vez que China ¡°no ha sido un gran factor en la firma de este acuerdo, que se ven¨ªa negociando desde 2019 en Om¨¢n e Irak¡±. En su opini¨®n, tanto Teher¨¢n como Riad, que firmaron un comunicado a tres bandas con Pek¨ªn, ¡°decidieron darle parte del cr¨¦dito a China como mensaje a Occidente¡±. Una muestra m¨¢s del papel que quiere desempe?ar Riad en el cambio de orden global que pregona Xi Jinping.
El acercamiento a Pek¨ªn, sus acuerdos ocasionales con Rusia y el inter¨¦s mostrado por sumarse al grupo de potencias emergentes de los BRICS (China, Rusia y tres pa¨ªses no alineados: Brasil, India y Sud¨¢frica) confirman la diversificaci¨®n de alianzas de Bin Salm¨¢n. La edici¨®n de 2022 de la Iniciativa de Inversi¨®n Futura, una organizaci¨®n sin fines de lucro dirigida por el principal fondo soberano saud¨ª (el Public Investment Fund), congreg¨® a m¨¢s de 6.000 inversores bajo un lema elocuente: ¡°Instaurar un nuevo orden mundial¡±.
En paralelo al poder¨ªo econ¨®mico, para Arabia Saud¨ª ¡°trabajar m¨¢s en el ¨¢mbito de la mediaci¨®n y la resoluci¨®n de conflictos es una forma de elevar su perfil global y mejorar su reputaci¨®n¡±, asegura Jacobs. El Estado que Biden defini¨® como un ¡°paria¡± en 2019 y que se enfrent¨® ¡°a importantes protestas internacionales por su guerra en Yemen, el asesinato de Jamal Khashoggi y otros asuntos relacionados con los derechos humanos¡± trata ahora de ¡°enfriar la temperatura en la regi¨®n e intentar pasar p¨¢gina a a?os de conflicto¡±. El nuevo rostro de pa¨ªs mediador e incluso proveedor de estabilidad regional que busca el reino de los Sa¨²d hall¨® hace justo un mes su imagen ic¨®nica: la fotograf¨ªa de una militar saud¨ª con un beb¨¦ dormido en los brazos. El ni?o era uno de los miles de evacuados por buques de ese pa¨ªs tras el ¨²ltimo estallido de violencia en Sud¨¢n.
Las potencias petroleras est¨¢n instaladas en una suerte de dicotom¨ªa ciclot¨ªmica entre un boyante presente inmediato y un futuro en el que la suerte est¨¢ echada¡ en su contra. La transici¨®n energ¨¦tica implicar¨¢ tambi¨¦n una p¨¦rdida de peso relativo de quienes hasta ahora ten¨ªan una mina de dinero en su subsuelo en favor de aquellos con mayor potencial renovable. Hasta entonces, en cambio, es el momento de saborear las mieles de un insospechado periodo de precios altos del petr¨®leo. Riad, adem¨¢s, cuenta con dos potentes cartas para tratar de ganar esa partida. La primera tiene que ver con su bajo coste de bombeo, derivado tanto de sus ingentes reservas como de su muy engrasado proceso de extracci¨®n: el monopolio de Aramco a¨²n tiene muchos a?os por delante haciendo dinero a espuertas. La segunda, con su envidiable posici¨®n natural para la energ¨ªa solar: terreno casi ilimitado en el desierto y sol de justicia pr¨¢cticamente todos los d¨ªas del a?o.
¡°En 2020 podremos sobrevivir sin petr¨®leo¡±, proclamaba el pr¨ªncipe heredero en la puesta de largo de su estrategia de diversificaci¨®n. Era 2016. Tres a?os despu¨¦s de la fecha marcada en el calendario, a la luz est¨¢ que no es as¨ª. Pero su estrategia no solo sigue, sino que ha tomado un nuevo impulso, en una suerte de doble o nada. ¡°El desaf¨ªo al que se enfrenta Bin Salm¨¢n es que 2023 est¨¢ ya a mitad de camino respecto a 2030 y muchos de los megaproyectos siguen en una fase temprana de desarrollo¡±, apremia Ulrichsen. ¡°Tiene que ense?ar resultados pronto¡±.
Cronolog¨ªa
- Septiembre de 1960. Nace el cartel de la OPEP, con Ir¨¢n, Irak, Kuwait y Venezuela.
- Octubre de 1973. Crisis del petr¨®leo, que dispara su precio.
- Abril de 2016. Riad lanza su estrategia Vision 2030 para diversificar su econom¨ªa.
- Noviembre de 2017. Mohamed bin Salm¨¢n da un golpe de mano con una purga anticurrupci¨®n en el hotel Ritz-Carlton de Riad.
- Octubre de 2018. El r¨¦gimen asesina al periodista Jamal Khashoggi en el consulado de Arabia Saud¨ª en Ankara (Turqu¨ªa).
- Septiembre de 2019. Ataques con misiles de crucero y drones contra las ?instalaciones petroleras claves de Aramco en Abqaiq y ?Khurais, en el este de Arabia Saud¨ª. Los hut¨ªes de Yemen reivindican el ataque, pero Riad culpa a Ir¨¢n.
- Abril de 2020. La pandemia maniata la econom¨ªa ?mundial y lleva el petr¨®leo a cotizar en negativo por primera vez. El modelo econ¨®mico saud¨ª, en el aire.
- Noviembre de 2020. Joe Biden gana las elecciones en EE UU tras una campa?a electoral en la que llega a calificar a Arabia Saud¨ª de ¡°paria¡±.
- Marzo de 2022. La guerra dispara el precio del crudo hasta casi 130 d¨®lares por barril, su nivel m¨¢s alto en m¨¢s de una d¨¦cada, y ofrece un potente bal¨®n de ox¨ªgeno al Reino del Desierto.
- Marzo de 2023. Arabia Saud¨ª e Ir¨¢n anuncian el restablecimiento de sus relaciones diplom¨¢ticas, rotas desde hac¨ªa siete a?os, bajo el auspicio de China.
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