?Puede Biden cambiar el relato econ¨®mico?
El presidente no necesita convencer a los estadounidenses de que sus pol¨ªticas econ¨®micas han cosechado grandes ¨¦xitos; solo tiene que defender que la econom¨ªa no va tan mal. Y no va mal
En la d¨¦cada de 1970, Arthur Okun, un economista que hab¨ªa sido asesor pol¨ªtico de Lyndon Johnson, sugiri¨® una manera r¨¢pida y sencilla de evaluar la situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs: el ¡°¨ªndice de miseria¡±, la suma de la inflaci¨®n y el desempleo. La medida era y sigue siendo burda y f¨¢cilmente criticable. El da?o econ¨®mico mensurable que provoca el desempleo, por ejemplo, es mucho mayor que el de la inflaci¨®n. Sin embargo, el ¨ªndice ha hecho, por regla general, una labor m¨¢s que decente a la hora de predecir el sentimiento econ¨®mico general.
Por tanto, vale la pena se?alar que el ¨ªndice de miseria ¡ªque se dispar¨® junto con la inflaci¨®n durante 2021 y la primera mitad de 2022¡ª ha ca¨ªdo en picado a lo largo del ¨²ltimo a?o. Ahora ha vuelto al nivel en que estaba cuando el presidente Joe Biden asumi¨® el cargo. Este extraordinario giro plantea varios interrogantes. En primer lugar, si es real (s¨ª.) En segundo lugar, si se dar¨¢n cuenta los ciudadanos de a pie (ya lo han hecho.) Tercero, si le reconocer¨¢n el m¨¦rito a Biden (eso est¨¢ mucho menos claro.)
La ca¨ªda del ¨ªndice de miseria refleja tanto lo que no ha ocurrido como lo que s¨ª. Lo que no ha ocurrido, a pesar del martilleo de advertencias nefastas, ha sido una recesi¨®n. La econom¨ªa estadounidense cre¨® cuatro millones de puestos de trabajo el a?o pasado, y la tasa de desempleo se ha mantenido cerca de su nivel m¨¢s bajo en 50 a?os.
Lo que s¨ª ha ocurrido ha sido un r¨¢pido descenso de la inflaci¨®n. Pero, ?es sostenible este descenso? Es posible que hayan visto informaciones en las que se se?ala que la inflaci¨®n ¡°subyacente¡±, que excluye los precios m¨¢s vol¨¢tiles de los alimentos y la energ¨ªa, ha permanecido ¡°est¨¢tica¡±, lo que da a entender que la mejora en el frente de la inflaci¨®n ser¨¢ solo un fen¨®meno temporal.
Pero casi todos los economistas que prestan atenci¨®n a los datos saben que el indicador tradicional de la inflaci¨®n subyacente se ha vuelto poco fiable, porque esta se ve impulsada en gran medida por los efectos retardados de una subida de los alquileres que finaliz¨® a mediados de 2022. Esta subida, por cierto, probablemente se debi¨® al aumento del trabajo a distancia que desencaden¨® la pandemia de la covid-19 y no a una pol¨ªtica del Gobierno de Biden.
Los indicadores alternativos de la inflaci¨®n subyacente que excluyen la vivienda muestran, en l¨ªneas generales, un claro patr¨®n de desinflaci¨®n; la inflaci¨®n sigue siendo m¨¢s alta que antes de la pandemia, pero ha bajado mucho. Si uno se esfuerza, todav¨ªa puede mostrarse pesimista respecto a las expectativas de inflaci¨®n, pero resulta cada vez m¨¢s dif¨ªcil. Las buenas noticias sobre la inflaci¨®n, y sobre la econom¨ªa en su conjunto, parecen reales. Pero, ?percibe la gente esta mejora? Los indicadores de sentimiento econ¨®mico tradicionales se han vuelto problem¨¢ticos en los ¨²ltimos a?os. Si preguntamos a la gente c¨®mo va la econom¨ªa, su respuesta se ve fuertemente influida por el partidismo y, en mi opini¨®n, tambi¨¦n por los relatos transmitidos por los medios de comunicaci¨®n. O sea, lo que la gente dice sobre la econom¨ªa es, muy frecuentemente, lo que piensa que tiene que decir.
Pero si se hacen preguntas m¨¢s concretas a los estadounidenses, como si ahora es un buen momento para encontrar un empleo de calidad, normalmente responden que s¨ª. Al mismo tiempo, sus expectativas sobre la inflaci¨®n futura han registrado una disminuci¨®n significativa.
Y si nos fijamos en un indicador novedoso ¡ªla informaci¨®n que la gente busca en Internet¡ª, veremos que las b¨²squedas tanto de ¡°inflaci¨®n¡± como de ¡°recesi¨®n¡± se dispararon en 2021 y 2022 junto con el ¨ªndice de miseria, pero se han desplomado en el ¨²ltimo a?o.
Por ¨²ltimo, como siempre, es importante analizar lo que hace la gente, adem¨¢s de lo que dice. El fuerte gasto de los consumidores, los niveles hist¨®ricos de viajes en avi¨®n y muchos otros indicadores muestran que los estadounidenses se sienten satisfechos con su situaci¨®n econ¨®mica.
Pero, ?recibir¨¢ Biden el reconocimiento por ello? Los sondeos indican que los votantes siguen d¨¢ndole muy malas notas por su gesti¨®n de la econom¨ªa, a pesar del descenso del ¨ªndice de miseria.
Algunos analistas han sostenido que esta opini¨®n parcial refleja la incapacidad de los salarios para mantenerse a la altura de la inflaci¨®n. Pero esto tambi¨¦n fue cierto durante la mayor parte de la era de Reagan y, en cualquier caso, los salarios reales han aumentado ¨²ltimamente.
Entonces, ?reflejar¨¢n las opiniones de los votantes las buenas noticias sobre la econom¨ªa de Biden? ?O la crisis inflacionaria de 2021-22 ha dado pie a un relato sobre Biden como mal gestor econ¨®mico que est¨¢ demasiado arraigado ¡ªen la conciencia p¨²blica y en los medios de comunicaci¨®n¡ª como para zafarse de ¨¦l incluso aunque la econom¨ªa mejore r¨¢pidamente?
El propio Biden se esfuerza por cambiar ese relato, citando la mejora de los datos y el impresionante aumento de la inversi¨®n en el sector de la fabricaci¨®n. Pero no tengo ni idea de si lo conseguir¨¢. Un precedente alentador para Biden: Ronald Reagan segu¨ªa teniendo una aprobaci¨®n bastante baja a mediados de 1983, pero en 1984 obtuvo una victoria aplastante gracias a la fuerza de la recuperaci¨®n de la econom¨ªa. Biden a¨²n puede dar un giro al relato de su pol¨ªtica econ¨®mica.
E incluso si no puede, a lo mejor da igual. Se supon¨ªa que la alta inflaci¨®n iba a garantizar una enorme ola roja en las elecciones de mitad de mandato. En cambio, a los dem¨®cratas les fue sorprendentemente bien, probablemente porque el aborto y otras cuestiones sociales tuvieron un protagonismo mayor que la econom¨ªa. Esas cuestiones sociales no van a desaparecer, mientras que la alta inflaci¨®n s¨ª lo har¨¢. Se podr¨ªa decir que Biden no necesita convencer a los estadounidenses de que sus pol¨ªticas econ¨®micas han cosechado grandes ¨¦xitos; solo tiene que defender que la econom¨ªa no va tan mal. Y no va mal. De hecho, seg¨²n la mayor¨ªa de los indicadores, la econom¨ªa va bastante bien.
Sigue toda la informaci¨®n de Econom¨ªa y Negocios en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.