¡®Puzzle¡¯: as¨ª es la batalla legal por una de las m¨ªticas discotecas de la Ruta del Bakalao
Un antiguo jefe de sala se apropi¨® de la denominaci¨®n y ahora pugna con la promotora de un festival
La CV-500 fue m¨¢s que una carretera de la Comunidad Valenciana. En los 80 y 90, esta v¨ªa simboliz¨® una peregrinaci¨®n de culto para los amantes de la noche y la m¨²sica m¨¢kina, y que fue bautizada popularmente como la ruta del bakalao. Hoy, en un punto de esta calzada descansa el esqueleto de lo que fue Puzzle, uno de los santuarios de la m¨²sica tecno de la zona. Varios anuncios de reapertura han sobrevolado al negocio desde su cierre en 2011, pero todos los proyectos para su relanzamiento han acabado en el caj¨®n. La raz¨®n que torpedea la apertura es una guerra judicial por el uso de la marca. Un conflicto que enfrenta a un antiguo jefe de sala del local, a los padres del negocio y a la promotora del festival de m¨²sica Medusa.
Para navegar en los entresijos de esta historia, donde se mezclan amistad, dinero y negocios, hay que remontarse a 1994. Como recoge una sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia a la que ha tenido acceso EL PA?S, en este a?o los due?os del local deciden registrar oficialmente la marca Puzzle y su carism¨¢tico logotipo: un monigote con peto, cresta y cara enfadada cuyo cuerpo forma una Z. El logo, bautizado como puzzlito, acabar¨ªa estampado en llaveros, gorras, camisetas, mecheros y abanicos de la m¨ªtica discoteca. Con el tiempo pasar¨ªa a ser un s¨ªmbolo. ¡°Con la marca se vend¨ªa de todo, fue un negocio muy rentable¡±, rememora Luis Bon¨ªa, pinchadiscos de la sala entre el 1995 y el 1999, quien asegura que en una ¨²nica sesi¨®n de 12 horas pod¨ªan pasar por el local hasta 8.000 personas.
Pero las turbulencias comienzan en 2006. Los due?os se desvinculan del mundo de la noche y deciden ceder el uso temporal de la marca a uno de sus jefes de sala, Francisco Navarro. El operario, que guardaba amistad con uno de los due?os, registra Puzzle y a puzzlito a su nombre. En conversaci¨®n con este medio, Navarro asegura que realiza este registro ¡°sin ¨¢nimo de lucro¡± y solo para evitar que la marca caducase y fueran usurpadas por terceros. La oficina de marcas da el visto bueno al registro.
La discoteca echa el cierre en 2011, pero Navarro usa la marca de forma espor¨¢dica fuera de los muros de la discoteca, con varias fiestas homenaje por el litoral valenciano. En estos bolos utiliza la denominaci¨®n Puzzle y su simbolog¨ªa. Hasta que, en 2017, entran en escena los promotores del festival Medusa y Zevra, quienes llegan a un acuerdo con los propietarios de la discoteca para, vitaminados por el factor nostalgia, relanzar el universo Puzzle.
As¨ª, esta promotora comienza a organizar sus propios eventos y anuncia a bombo y platillo la inminente reforma y la reapertura de la discoteca Puzzle. Es en este punto cuando estalla el conflicto con Navarro, quien tiene registrada las marcas como propias y reclama su uso en exclusiva, o al menos llegar a un acuerdo. Por su parte, los promotores del Medusa alegan que cuentan con el benepl¨¢cito de los due?os originales, los aut¨¦nticos propietarios de Puzzle, para organizar estas fiestas. El conflicto est¨¢ servido.
Punto de no retorno
La situaci¨®n llega a un punto de no retorno cuando la noche del 1 de diciembre de 2018 se organizan en Valencia dos fiestas por el 32 aniversario del local. Una es convocada por Medusa; la otra, en el otro extremo de la ciudad, la celebra Navarro. Pero las dos se publicitan como la ¨²nica fiesta legal y oficial de Puzzle. ¡°Uno contraprogram¨® la fiesta original solo para enviar el mensaje de que la marca era suya, lo que ya hab¨ªa ocurrido en 2017¡å, atestigua Bon¨ªa. Tras varias negociaciones frustradas para llegar a un arreglo amistoso, el culebr¨®n por puzzlito acaba en tribunales.
Finalmente, la Audiencia Provincial de Valencia emiti¨® una sentencia en febrero de este a?o donde dio la raz¨®n a los due?os del inmueble contra Navarro. Para los magistrados, y como recoge el fallo, queda claro que el ex jefe de sala registr¨® ¡°de mala fe¡± la marca Puzzle para garantizarse su explotaci¨®n en exclusiva.
El extrabajador, reza el fallo, se excedi¨® del pacto sellado con los propietarios del negocio, quienes le cedieron el negocio gratuitamente, y m¨¢s tarde se vieron despojados de una marca que les pertenec¨ªa. Navarro asegura que nunca tuvo intenci¨®n de lucrarse por este asunto. Entrando al detalle legal, la Sala razona que, si bien el ex jefe de sala consigui¨® el registro de las marcas a su nombre, la protecci¨®n sobre el dise?o art¨ªstico de puzzlito, como creaci¨®n art¨ªstica, segu¨ªa ligado a los due?os originales. Es decir, al estar en juego derechos de propiedad intelectual sobre el dibujo, estos prevalecen hasta 70 a?os tras la muerte de su autor.
En consecuencia, y por quedar patente para los magistrados la intenci¨®n de Navarro de excluir a los aut¨¦nticos due?os, sus registros devienen nulos. Es decir, es como si nunca hubiesen existido. El periplo por Puzzle vivi¨® su ¨²ltimo cap¨ªtulo este mi¨¦rcoles. Seg¨²n fuentes cercanas al caso, tuvo lugar una vista por una causa penal abierta a instancia de Francisco Navarro, donde reclamaba a los promotores del Medusa cuatro a?os de prisi¨®n y una indemnizaci¨®n de medio mill¨®n de euros por organizar una fiesta Puzzle. Pero la jueza dar¨¢ carpetazo al asunto despu¨¦s de que las partes hayan desistido en sus acusaciones. Otra causa penal abierta por el mismo motivo tambi¨¦n apunta archivo. Ello pondr¨ªa punto final a una batalla legal por la m¨ªtica discoteca que ha durado cinco a?os.
Coto a los usurpadores
Belén Escuder Tella es abogada de Integral Legal Management S. L. y ha defendido los intereses de los dueños del local. Para ganar el caso, cuenta que fue esencial conservar "las facturas y los documentos de cesión de derecho de los diseñadores", claves para demostrar que los diseños eran propiedad de los dueños primigenios. Héctor Costa, abogado de los promotores del festival Medusa, recuerda, a la luz del caso, la importancia de registrar la marca de un negocio para evitar complicaciones. Si bien no siempre es fácil garantizar que otro no está usando la denominación a hurtadillas. Para evitarlo, agrega, entran en juego los agentes de marcas, profesionales cuya misión consiste en "realizar seguimiento y vigilancia para que otros no se aprovechen de la reputación ajena".
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