La sostenibilidad del d¨¦ficit p¨²blico
Las vicisitudes de la deuda de Italia y Francia son aleccionadoras para unos futuros presupuestos generales del Estado
Una de las peculiaridades del actual ciclo monetario ha sido su limitado impacto en las finanzas p¨²blicas. As¨ª es como los Estados m¨¢s endeudados han podido financiarse sin tener que soportar una prima de riesgo exacerbada por la retirada de los bancos centrales (salvo en momentos de estr¨¦s financiero). Pero ojo, porque esta circunstancia privilegiada ...
Una de las peculiaridades del actual ciclo monetario ha sido su limitado impacto en las finanzas p¨²blicas. As¨ª es como los Estados m¨¢s endeudados han podido financiarse sin tener que soportar una prima de riesgo exacerbada por la retirada de los bancos centrales (salvo en momentos de estr¨¦s financiero). Pero ojo, porque esta circunstancia privilegiada se est¨¢ desvaneciendo.
En los ¨²ltimos d¨ªas, los ahorradores, contrariados por la revisi¨®n fuertemente al alza del agujero presupuestario de Italia, se muestran reacios a financiar los proyectos de recortes de impuestos del Gobierno de Meloni, por considerarlos incoherentes con un contexto muy degradado a tenor del abultado d¨¦ficit p¨²blico (8% del PIB de 2022). El diferencial de rendimiento con Alemania (o prima de riego) de la deuda transalpina se ha tensionado y se acerca a los 200 puntos, casi 50 puntos m¨¢s que al inicio del giro restrictivo del BCE. Los mercados tambi¨¦n han reaccionado a los titubeantes planes presupuestarios del Gobierno de Macron. La prima de riesgo de la deuda francesa sigue la pendiente desfavorable detectada desde el inicio del brote inflacionario. Adem¨¢s, ambas econom¨ªas presentan s¨ªntomas de anemia, la italiana bordeando incluso la recesi¨®n, y por tanto amenazando con descuadrar las previsiones de ingresos tributarios.
A la inversa, Portugal ha aprovechado la fase de recuperaci¨®n para equilibrar sus cuentas y afianzar una senda presupuestaria que pretende afrontar los grandes retos econ¨®micos, sociales y medioambientales, sin comprometer la sostenibilidad financiera de la hacienda p¨²blica. El d¨¦ficit es irrisorio y la deuda es una de las pocas en Europa que se sit¨²a ya netamente por debajo de los niveles prepandemia. Sin sorpresa, la prima de riesgo, explosiva durante la crisis financiera, evoluciona favorablemente y parece inmune a los vaivenes de los mercados.
Espa?a, por su parte, se encuentra en una posici¨®n intermedia, gracias a la relativa resiliencia de la econom¨ªa ante el doble shock energ¨¦tico y monetario. Los ingresos se han visto impulsados por el crecimiento, tambi¨¦n por el IPC habida cuenta de la no incorporaci¨®n de la inflaci¨®n en las tarifas tributarias, de modo que una ligera reducci¨®n del d¨¦ficit para este a?o no es descartable. Por otra parte, la interinidad pol¨ªtica impide presentar presupuestos, de modo que ¡ªa diferencia de los socios comunitarios¡ª los mercados no disponen de se?ales actualizadas de la direcci¨®n que tomar¨¢ la senda fiscal.
De momento predomina una cierta calma. Si embargo, la experiencia reciente de los pa¨ªses vecinos revela tres realidades de pol¨ªtica presupuestaria a tener en cuenta en el actual contexto de inflaci¨®n, transici¨®n energ¨¦tica y regreso de las reglas fiscales. Uno, los desv¨ªos se ver¨¢n sancionados con m¨¢s contundencia que durante la era de abundancia monetaria y tipos de inter¨¦s anestesiados. El cumplimiento del objetivo de d¨¦ficit tanto el a?o pasado como en lo que va del presente ejercicio es un paso en la buena direcci¨®n, pero no olvidemos que eso se lo debemos en parte a la buena marcha de la econom¨ªa. Lo vamos a tener m¨¢s dif¨ªcil ahora que se anticipa una desaceleraci¨®n. La ca¨ªda de la recaudaci¨®n en concepto de IVA (-10,4% en agosto en t¨¦rminos interanuales) es premonitoria del cambio de tendencia.
Dos, una mayor concentraci¨®n y focalizaci¨®n de las ayudas antiinflaci¨®n es posible. No hay justificaci¨®n al mantenimiento de los recortes de impuestos sobre el consumo de gas y electricidad, ahora que los precios se han estabilizado. Y, ante el encarecimiento del petr¨®leo, conviene evitar subsidios generalizados al consumo de carburante: mejor contemplar ayudas a colectivos vulnerables y transportistas que no pueden trasladar el alza de costes a los clientes.
Finalmente, los est¨ªmulos solo pueden provenir de los fondos europeos. Este es adem¨¢s el instrumento id¨®neo de transformaci¨®n del tejido productivo, de ah¨ª la importancia de acceder pronto a los pr¨¦stamos disponibles dentro del programa. Todo ello, junto con unos nuevos PGE, asentar¨ªa la sostenibilidad de nuestro estado de bienestar.
D¨¦ficit
El déficit consolidado de las administraciones (exceptuando las locales) alcanzó hasta julio el 2,2% del PIB, tres décimas más que un año antes. Este deterioro obedece a la desaceleración de los ingresos presupuestarios: estos crecen a un ritmo anual del 6,5%, la mitad que en el pasado ejercicio. Además, el gasto público sigue una tendencia inversa, con un incremento hasta julio del 7,4%, cuatro veces más que en 2022. Para el conjunto del año, el déficit podría acercarse al objetivo del 3,9% bajo supuestos razonables de crecimiento positivo hasta finales de año.
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