Los robots se cuelan en la m¨²sica con su propio ritmo
La creaci¨®n de canciones con inteligencia artificial plantea retos legales que chocan con los intereses del sector
La inteligencia artificial (IA) ha llamado al timbre de la industria musical. Cada vez es m¨¢s frecuente ver c¨®mo algunos usuarios utilizan esta herramienta para calcar la voz de los artistas o simplemente utilizan esta tecnolog¨ªa para crear una canci¨®n desde cero y atraer beneficio econ¨®mico, dejando as¨ª a las productoras en un segundo plano. A falta de una normativa que regule la aplicaci¨®n de esta herramienta en Europa, han surgido cuestiones legales entre la industria musical y aquellos que aplican la inteligencia artificial para crear canciones.
Uno de los principales escollos que se esconde tras el uso de IA con funciones generativas tiene que ver con lo relativo a los derechos de autor (creador de la canci¨®n) y propiedad intelectual (propietario de los derechos de la obra art¨ªstica). En la legislaci¨®n espa?ola, al igual que en la mayor¨ªa de los pa¨ªses, la Ley de Propiedad Intelectual considera como autor de una obra a ¡°toda persona natural que elabora un producto literario, art¨ªstico o cient¨ªfico¡±.
La IA no es un ser humano de carne y hueso, es una m¨¢quina y no una persona real. Por tanto, no puede ser propietario de ninguna obra a la luz de esta normativa. Pero, dado el alto rendimiento que est¨¢n dando estas aplicaciones, Pedro Fern¨¢ndez, abogado en Sympathy for the Lawyer, firma legal especializada en el negocio musical y espect¨¢culos, opina que ¡°no ser¨ªa descabellado pensar que en un futuro pr¨®ximo se reconociesen derechos autor a las obras creadas por IA, como ya ha sucedido en algunos pa¨ªses de tradici¨®n legislativa anglosajona como China o el Reino Unido¡±.
Actualmente la ley no contempla que la IA tenga derechos de autor, pero todav¨ªa queda por resolver la cuesti¨®n de si los creadores de esta clase de herramientas tienen derechos sobre las obras que nacen de estas aplicaciones. Una cuesti¨®n que ¡°sigue siendo un terreno lleno de lagunas legales que, a d¨ªa de hoy, se est¨¢ definiendo¡±, comenta Luc¨ªa S¨¢nchez Varela, socia responsable del departamento de m¨²sica de Menta Legal, despacho especializado en m¨²sica y nuevas tecnolog¨ªas.
Otro de los melones que se han abierto con las aplicaciones de IA es el del posible robo de la personalidad de los artistas con la copia de su voz. El timbre y modulaci¨®n de este instrumento principal es la esencia de los cantantes. La viralizaci¨®n de nuevas canciones usando las cuerdas vocales es uno de los problemas que m¨¢s afecta a la industria, porque les impide controlar su imagen y su carrera profesional. Un caso cercano es el ocurrido con Bad Bunny, que fue v¨ªctima del uso de esta tecnolog¨ªa a ra¨ªz de un tema llamado NostalgIA, que arras¨® las redes y todas las plataformas digitales. Incluso, lleg¨® a tener m¨¢s ¨¦xito que su nuevo disco Nadie sabe lo que va a pasar ma?ana, que qued¨® en segundo plano.
Bad Bunny manifest¨® p¨²blicamente su disconformidad hacia la obra. ¡°Si les gusta esa mierda, no merecen ser mis amigos¡±, dijo. La canci¨®n calcaba tan bien la voz y el estilo del artista que, hasta los propios fan¨¢ticos, llegaron a creer que la obra era suya. Para el artista puertorrique?o, esta canci¨®n creada por la IA no solo le perjudica de forma econ¨®mica, sino que tambi¨¦n da?a a su imagen como artista.
Helena Su¨¢rez, socia de las ¨¢reas de propiedad intelectual, industrial y derecho audiovisual de ?cija, apunta que la voz forma parte de la personalidad y en ning¨²n caso puede usarse sin consentimiento, ya que se trata de una ¡°intromisi¨®n ileg¨ªtima en su imagen y una violaci¨®n de sus datos personales, porque la voz es parte de su identidad, circunstancia que podr¨ªa afectar negativamente a su imagen al asociarla con contenidos no deseados¡±.
Sello discogr¨¢fico
Ahora bien, la llegada de la IA a la m¨²sica tambi¨¦n golpea de lleno a las discogr¨¢ficas como empresa. El hecho de que cualquier persona pueda sentarse delante de un ordenador y grabar una canci¨®n para publicarla en plataformas digitales, preocupa cada vez m¨¢s a las productoras. Estas observan como la IA se asienta poco a poco en la m¨²sica, y eso provoca una tendencia a que los usuarios prescindan de sus servicios, causando una evidente p¨¦rdida econ¨®mica. Tambi¨¦n preocupa a los trabajadores de las compa?¨ªas, que sienten el temor de ser sustituidos por m¨¢quinas. Sin embargo, al igual que en otros sectores, la esencia humana es irremplazable. ¡°Algunos profesionales como los ingenieros de audio juegan un papel art¨ªstico, y sus toques finales hacen que un ¨¢lbum sea ¨²nico¡±, puntualiza S¨¢nchez Varela.
Ante la vulneraci¨®n de derechos que puede ocasionar el uso indebido de la IA, son las compa?¨ªas las que deben dar un paso al frente para defender los derechos de los artistas y de la propia compa?¨ªa discogr¨¢fica. Como apoya Pablo Pedraza Bernal, abogado en el ¨¢rea de protecci¨®n de datos y derecho digital en Ceca Mag¨¢n, ¡°los sellos discogr¨¢ficos deben acabar con la producci¨®n de este tipo de canciones en las plataformas correspondientes, as¨ª como solicitar la eliminaci¨®n de estas una vez lleguen a las plataformas de distribuci¨®n digital como Spotify o YouTube¡±. Para ello, explica Pedro Fern¨¢ndez, las discogr¨¢ficas deben rellenar los formularios que tienen las plataformas para poder solicitar la retirada de la canci¨®n y cancelar la monetizaci¨®n del contenido al vulnerar los derechos de autor.
Contratos blindados
Aunque haya vías legales para defender los derechos en la música, lo cierto es que muchos profesionales del sector están anticipándose a los problemas que pudieran surgir por el uso indebido de su característica voz para lanzar al mercado canciones artificiales. Como cuenta Pablo Bernal, abogado en Ceca Magán, son muchos los artistas que se suman a solicitar cambios en sus contratos de edición o producción musical para incluir “cláusulas de prohibición expresa de uso de IA y cláusulas de exclusividad de la voz que restrinja la utilización de herramientas de modulación de voz que impida los usos no autorizados”. De esta manera, se anticipan ante un posible abuso de sus derechos como profesionales del sector musical.
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