?Medimos bien la desigualdad? La brecha de ingresos se reduce, pero el malestar permanece

Los datos sobre desigualdad llevan un tiempo mejorando. En Espa?a, el ¨ªndice de Gini volvi¨® en 2023 a niveles que no ten¨ªa desde 2004, antes de la crisis financiera global. El indicador tambi¨¦n ha mejorado en Irlanda, Polonia o Eslovaquia, por citar solo los pa¨ªses europeos donde la desigualdad se ha reducido m¨¢s en la ¨²ltima d¨¦cada. Una tendencia que se confirma para el conjunto formado por los ciudadanos de los 27 pa¨ªses de la Uni¨®n ...

Los datos sobre desigualdad llevan un tiempo mejorando. En Espa?a, el ¨ªndice de Gini volvi¨® en 2023 a niveles que no ten¨ªa desde 2004, antes de la crisis financiera global. El indicador tambi¨¦n ha mejorado en Irlanda, Polonia o Eslovaquia, por citar solo los pa¨ªses europeos donde la desigualdad se ha reducido m¨¢s en la ¨²ltima d¨¦cada. Una tendencia que se confirma para el conjunto formado por los ciudadanos de los 27 pa¨ªses de la Uni¨®n y hasta para Estados Unidos, donde las transferencias federales durante la pandemia lograron que la desigualdad cayera m¨¢s de un punto en 2020, un nivel de avance que no se ve¨ªa desde que en los a?os ochenta Ronald Reagan inaugur¨® cuatro d¨¦cadas de desigualdad creciente con sus recortes de impuestos a los hogares de mayores ingresos. Todas estas buenas noticias, sin embargo, no calan en el ¨¢nimo de los ciudadanos, que siguen pensando que las diferencias de rentas aumentan. ?Por qu¨¦?

El ¨ªndice Gini, cuyos valores oscilan entre 0 ¡ªtodos los ciudadanos tienen exactamente los mismos ingresos¡ª y 100 ¡ªuna sola persona acapara las rentas de toda la econom¨ªa¡ª, tuvo en 2023 un valor de 31,5 en Espa?a, seg¨²n la Encuesta de Condiciones de Vida; de 29,6 para el conjunto de la Uni¨®n Europea; y de 21,6 para Eslovaquia, el pa¨ªs menos desigual del club, con rentas mejor repartidas que las de B¨¦lgica (24,2) y Pa¨ªses Bajos (26,5), y que las de los sospechosos habituales si de equidad se habla: Finlandia (26,6), Dinamarca (28,2) y Suecia (29,5).

Seg¨²n Luis Ayala, catedr¨¢tico de la UNED especializado en desigualdad econ¨®mica, la mejora de Espa?a en los ¨²ltimos a?os es fruto de una combinaci¨®n: buen crecimiento econ¨®mico, con empleo m¨¢s estable y mejor pagado, y extensi¨®n de los mecanismos de protecci¨®n. ¡°Nuestros grandes momentos de reducci¨®n de la desigualdad no solo han sido por crecimiento, siempre han incluido el fortalecimiento de las pol¨ªticas redistributivas, del gasto social, de las prestaciones, y de impuestos m¨¢s progresivos¡±, dice. Adem¨¢s de ¡°un crecimiento econ¨®mico m¨¢s vigoroso que en otros pa¨ªses europeos¡±, para Ayala las claves que explican la mejora de la desigualdad en los ¨²ltimos dos a?os han sido la reducci¨®n de la temporalidad, ¡°tradicionalmente asociada a precariedad laboral y desigualdad¡±; el aumento en los salarios m¨ªnimos; la puesta en marcha del ingreso m¨ªnimo vital, y aumentos de las pensiones por encima del IPC. ¡°En Espa?a, los instrumentos que m¨¢s reducen la desigualdad son las pensiones de la Seguridad Social y el IRPF¡±, explica.

Lo que ocurri¨® en Estados Unidos durante la pandemia es, en palabras de Branko Milanovic, economista y autor del libro Miradas sobre la desigualdad (Taurus, 2024), una demostraci¨®n de la potencia que pueden tener las pol¨ªticas redistributivas. La desigualdad de ingresos de Estados Unidos, sin incluir en el c¨¢lculo impuestos y prestaciones, aument¨® en 1,5 puntos en 2020. ¡°No es ninguna sorpresa que el efecto de la covid sobre los que perdieron el empleo, sin intervenci¨®n del Gobierno, habr¨ªa sido muy negativo¡±, escrib¨ªa Milanovic en su bolet¨ªn Global Inequality and More 3.0. La sorpresa es la magnitud del cambio que se produjo cuando en esos ingresos se deducen los impuestos y se suman las prestaciones: en vez de empeorar, el Gini de ingresos mejor¨® en 1,5 puntos ese a?o.

Muchos expertos, entre los que se incluye Milanovic, est¨¢n sorprendidos por la poca atenci¨®n que hab¨ªa recibido el ¨¦xito redistributivo del Estado de bienestar durante la pandemia. ¡°En los ¨²ltimos 50 a?os, o m¨¢s, ha sido el cambio m¨¢s relevante en beneficio de los que menos tienen¡±, reconoce el economista serbo-estadounidense. ¡°El paquete de est¨ªmulos del Gobierno de Estados Unidos fue muy amplio y ayud¨® a gente de todo tipo, desempleados cr¨®nicos y coyunturales, estudiantes y due?os de peque?os negocios, y, en general, a grandes segmentos de la clase media; mi estimaci¨®n es que le dio un ingreso extra a los dos tercios de la poblaci¨®n con menores ingresos; de hecho, en 2020, los ingresos en t¨¦rminos reales crecieron para todos salvo para el 10% de mayores rentas¡±.

Si la desigualdad econ¨®mica se reduce, ?por qu¨¦ la gente est¨¢ tan preocupada por la econom¨ªa? Seg¨²n el bar¨®metro de octubre del CIS, los problemas de ¨ªndole econ¨®mica figuraban entre los tres que m¨¢s afectaban personalmente a un 33,8% de la poblaci¨®n espa?ola. Una cifra muy superior al 23,7% que respond¨ªa eso mismo en octubre de 2015, cuando la desigualdad era notablemente superior ¡ªel Gini de ingresos lleg¨® ese a?o a un nivel de 34,7, peor que el de 2023 por una diferencia de m¨¢s de tres puntos¡ª.

Una respuesta posible es la inflaci¨®n y el efecto que ha tenido sobre el poder adquisitivo de los salarios, que en los ¨²ltimos cinco a?os han crecido m¨¢s lentamente. Seg¨²n el informe de previsiones econ¨®micas que la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico public¨® en septiembre, entre octubre de 2019 y junio de 2024, la cesta de la compra se encareci¨® en casi 14 puntos porcentuales por encima de los sueldos, deshaciendo parte de las mejoras en el salario real que hab¨ªa habido hasta la crisis de 2008.

Otra forma de entender estas preocupaciones es la tasa AROPE. Nombrada as¨ª por las siglas en ingl¨¦s de ¡°riesgo de pobreza o de exclusi¨®n social¡±, el indicador se construye a partir de un cuestionario que incluye preguntas sobre la frecuencia de las comidas con prote¨ªnas, la posibilidad de irse de vacaciones, la capacidad de mantener el hogar a la temperatura adecuada, o la de afrontar gastos imprevistos.

Riesgo de pobreza

Seg¨²n Olga Salido, soci¨®loga de la Universidad Complutense de Madrid, el primer empeoramiento que la tasa registr¨® en 2021 es dif¨ªcil de atribuir porque ese a?o hubo un cambio metodol¨®gico y se a?adieron indicadores de privaci¨®n social que ven¨ªan impuestos por Eurostat, el instituto estad¨ªstico europeo. Pero en el 26,5% de 2023 hay un aumento sobre 2022, cuando la tasa AROPE midi¨® 26%, que s¨ª se debe claramente al efecto que ¡°el aumento de los precios ha tenido en la capacidad adquisitiva, incidiendo sobre todo en las personas de la parte m¨¢s baja de la distribuci¨®n de la renta¡±.

En porcentaje, ese 0,5% puede parecer poco, pero significa que hubo 240.000 personas m¨¢s en riesgo de pobreza o exclusi¨®n social y sigue siendo muy superior al 23,8% de 2008, antes de la crisis financiera. Un total de 12,7 millones de personas que vivir¨ªan todav¨ªa peor, dice Salido, si no hubiera sido por los ERTE de la pandemia y por las medidas en favor del empleo fijo.

Aun as¨ª, Salido advierte sobre la posibilidad de que las pol¨ªticas de reducci¨®n de precariedad no est¨¦n llegando a todos: ¡°Hay capas de poblaci¨®n que probablemente sigan en una situaci¨®n de inseguridad laboral y de rotaci¨®n de empleos¡­ La gente que est¨¢ trabajando en los bares, por ejemplo, ?sabemos si realmente est¨¢ mejor? ?Cu¨¢les son sus condiciones reales de empleo? Esto es dif¨ªcil de medir. Es cierto que se han introducido medidas para disminuir la temporalidad, pero no hay una evaluaci¨®n real de qu¨¦ est¨¢ pasando con las personas seg¨²n niveles de cualificaci¨®n y nichos de empleo¡±.

Salido a?ade esta otra reflexi¨®n: ¡°El fil¨®sofo pol¨ªtico estadounidense Michael Sandel introduce la idea de que no solo importa el empeoramiento de las condiciones de trabajo debido a cambios estructurales como la globalizaci¨®n, sino que muchas personas se sienten cada vez m¨¢s fuera de un sistema que est¨¢ basado en el m¨¦rito, con ¨¦lites tecnocr¨¢ticas en las que se ha perdido la dimensi¨®n moral de las pol¨ªticas de redistribuci¨®n¡±.

En opini¨®n de esta soci¨®loga, dentro del grupo de los que s¨ª tienen estabilidad laboral el malestar econ¨®mico puede estar relacionado con la sobrecarga de informaci¨®n. ¡°La gente no tiene una calculadora autom¨¢tica del Gini, pero cada vez recibe m¨¢s impulsos, m¨¢s impactos, de la publicidad. Aunque en t¨¦rminos generales nuestro nivel de vida sea mejor que el de hace tres d¨¦cadas, la gente tiene unas expectativas superiores porque no deja de estar bombardeada todo el tiempo por informaci¨®n que le dice ¡®compra esto¡±.

Medidas como el ingreso m¨ªnimo vital sirven para reducir la desigualdad y la intensidad de la pobreza, pero no alcanzan para luchar contra su incidencia, dice Carlos Sus¨ªas, presidente de la Red Europea de Lucha Contra la Pobreza (EAPN, por sus siglas en ingl¨¦s). ¡°La desigualdad te permite un debate te¨®rico de m¨¢s largo plazo, en el que las organizaciones sociales y los gobiernos se encuentran m¨¢s c¨®modos, pero hablar de pobreza significa dar respuestas ya porque la pobreza se ve y se vive de manera inmediata y palpable¡±, explica. ¡°El ingreso m¨ªnimo vital es extremadamente importante, pero hay que seguir subiendo el salario m¨ªnimo interprofesional, las pensiones no contributivas y las m¨¢s bajas, y apoyando con la vivienda para que la ciudadan¨ªa pueda pagar los alquileres¡±.

El dif¨ªcil acceso a la vivienda para los nuevos hogares que se forman es otra de las claves del malestar econ¨®mico. El encarecimiento de las propiedades y el endurecimiento de los criterios para conseguir un pr¨¦stamo hipotecario han contribuido a que, dentro del grupo de menores de 35 a?os, la proporci¨®n de hogares propietarios de su vivienda se haya reducido en 10 a?os a casi la mitad, pasando del 69,3% en 2011 al 36,1% en 2020. No ser¨ªa tan grave si no fuera porque en muchas ciudades los alquileres tambi¨¦n han subido muy por encima de la inflaci¨®n, con incrementos interanuales que van desde el 11,2% de Las Palmas de Gran Canaria hasta el 15,9% de Madrid, de acuerdo con la ¨²ltima informaci¨®n del portal Idealista.

¡°Hay una tendencia en todos los pa¨ªses ricos, que en Espa?a es muy pronunciada, de aumentos en la desigualdad dentro de las grandes ciudades, con la remuneraci¨®n para los trabajos m¨¢s cualificados creciendo mientras los poco cualificados persisten con salarios bajos¡±, explica Luis Ayala. ¡°Si a esa tensi¨®n en la equidad que te produce el mercado de trabajo, por la nueva econom¨ªa y por la digitalizaci¨®n, le a?ades el encarecimiento de la vivienda para una parte muy importante de la poblaci¨®n, en estos lugares est¨¢s generando un gran foco de desigualdad muy visible¡±, a?ade.

La relaci¨®n de la vivienda con la desigualdad es ambigua. Puede ser un gran elemento de inequidad, cuando se compara a los hogares que alquilan con los que pagan cuotas para devolver el pr¨¦stamo. Seg¨²n un informe de Idealista, en el tercer trimestre de 2024 los inquilinos destinaron un 35% de sus ingresos al alquiler, frente a un porcentaje del 23% para los hipotecados. Mucha m¨¢s desigualdad, claro, con respecto a los afortunados propietarios que ni siquiera tienen que devolver un pr¨¦stamo hipotecario.

Activos financieros

Pero la vivienda tambi¨¦n puede funcionar como un reductor de desigualdad de patrimonio, ese factor que en vez de ocuparse de los ingresos (o rentas) mide las diferencias entre ciudadanos por su riqueza. En la distribuci¨®n t¨ªpica, los activos financieros tienen m¨¢s peso en la composici¨®n patrimonial del 10% de los ciudadanos de mayor riqueza; y el ladrillo es el patrimonio por excelencia de los dem¨¢s. Por eso, durante los periodos en los que se dispara el precio de las propiedades, el patrimonio de esa clase media puede experimentar mayores incrementos que el del 10% m¨¢s rico, reduciendo as¨ª la desigualdad entre los dos grupos. ¡°Eso es lo que ha pasado en Espa?a y en otros pa¨ªses donde ha habido un boom del precio de la vivienda¡±, explica desde Londres Clara Mart¨ªnez Toledano, economista del Imperial College London, que en 2020 public¨® un informe analizando esta relaci¨®n.

La evoluci¨®n de la desigualdad patrimonial en Espa?a parece confirmarlo. Desde los a?os ochenta y hasta 2008, la proporci¨®n de riqueza acaparada por el decil m¨¢s rico en Espa?a fue disminuyendo en favor del resto de la poblaci¨®n. El a?o en que lleg¨® la crisis financiera global, cuatro de cada cinco hogares espa?oles eran due?os de su vivienda, y en muchos casos las propiedades se revalorizaban m¨¢s que los activos financieros, lo que redujo la desigualdad de patrimonio durante m¨¢s de dos d¨¦cadas. La crisis de las hipotecas basura cambi¨® esta tendencia. No solo por el derrumbe generalizado en los precios inmobiliarios, sino por las gigantescas inyecciones de liquidez con que la Reserva Federal y el Banco Central Europeo auparon los precios de los activos financieros, acaparados principalmente por el decil m¨¢s rico de la sociedad.

¡°En los dos ¨²ltimos a?os todav¨ªa no tenemos tan claro lo que ha ocurrido con la desigualdad patrimonial, porque han subido tambi¨¦n los precios de la vivienda y eso amortigua mucho, pero s¨ª sabemos que durante la pandemia muchos activos financieros subieron de manera estrepitosa, algo que benefici¨® a los m¨¢s ricos¡­ Adem¨¢s, como el consumo cay¨® mucho porque la gente se ten¨ªa que quedar en casa, la gente m¨¢s rica pudo ahorrar m¨¢s y acumular m¨¢s¡±, explica Mart¨ªnez Toledano.

Es conocida la relaci¨®n entre la desigualdad de ingresos y la de patrimonio: las personas con mejores rentas pueden adquirir m¨¢s patrimonio; y ese patrimonio puede a su vez aumentar sus rentas, alej¨¢ndolas cada vez m¨¢s de los que no ten¨ªan ning¨²n excedente para invertir. Pero adem¨¢s de perjudicar a la cohesi¨®n social, la desigualdad creciente es una r¨¦mora en la lucha por mejorar la productividad, dice Gustavo Marrero, que en la Universidad de La Laguna dirige el Centro de Estudios Universitarios de Desigualdad Social.

Cuando estiman la probabilidad de que sus pr¨¦stamos sean devueltos, explica Marrero, los bancos tienen mucho en cuenta los ingresos, o el patrimonio, del que lo toma. De ah¨ª que los proyectos empresariales que se ponen en marcha no sean necesariamente los m¨¢s innovadores o productivos, sino los iniciados por personas con m¨¢s garant¨ªas financieras. Lo mismo con la educaci¨®n superior, cuando las restricciones financieras dejan fuera a las personas m¨¢s talentosas.

¡°Esto es lo que se llama informaci¨®n imperfecta y asim¨¦trica: t¨² sabes que tu negocio es muy bueno, pero el banco no lo sabe; por eso, si no tienes un patrimonio para garantizarlo, te sube mucho el pago de intereses, y con esos intereses tal vez ya no seas capaz de iniciarlo¡±, explica Marrero. ¡°Cuando hay mucha desigualdad, el resultado final es que el n¨²mero de proyectos de inversi¨®n que terminan saliendo al mercado no es el ¨®ptimo de la econom¨ªa. Algunos ser¨¢n talentosos, otros no, pero lo que est¨¢ claro es que muchos proyectos de gente muy talentosa no saldr¨¢n porque no ten¨ªan esa riqueza inicial que principalmente viene de los padres¡±, a?ade este experto.

La pol¨ªtica econ¨®mica tiene mecanismos, m¨¢s all¨¢ del impuesto de sucesiones y donaciones, para contrarrestar esta tendencia a la separaci¨®n creciente. Como dice Marrero, para evitar que se agrande la brecha hay que invertir mucho en ¡°una educaci¨®n p¨²blica que sea de buena calidad en primaria y secundaria¡±, y tener entidades financieras p¨²blicas para otorgar las garant¨ªas necesarias a los proyectos que lo valgan. ¡°Esta deber¨ªa de ser una de las grandes funciones del Instituto de Cr¨¦dito Oficial, que lo hace, pero muy poco¡±, dice.

?Qui¨¦n lo paga?

Seguir mejorando las pensiones m¨¢s bajas, aumentar y ampliar el ingreso m¨ªnimo vital, construir vivienda social, ayudar en los alquileres, aumentar los recursos de la sanidad y la educaci¨®n p¨²blica¡­ Todo el mundo sabe c¨®mo se reduce la desigualdad, pero no c¨®mo se paga. ¡°Las elecciones de Estados Unidos nos recuerdan que a los votantes no les gusta la inflaci¨®n, que lo tienes dif¨ªcil si durante tu mandato has tenido un 20% de inflaci¨®n¡±, respondi¨® Thomas Piketty a una consulta de EL PA?S durante la presentaci¨®n del ¨²ltimo informe del World Inequality Database. ¡°Hay una sospecha razonable de que si el gasto p¨²blico y las prestaciones solo las financias con deuda, en vez de con impuestos a las personas de mayores ingresos, terminas generando un mont¨®n de inflaci¨®n¡±, dice.

Aumentar el poder de los impuestos como instrumentos de financiaci¨®n de pol¨ªticas contra la desigualdad empieza por una reforma del IRPF y del impuesto de patrimonio, dice Susana Ruiz, economista de la ONG Oxfam. Para empezar, porque a las rentas del capital se les aplica un gravamen menor que a las del trabajo, cuando son las primeras las que predominan entre los niveles m¨¢s altos de la escala de ingresos. ¡°Otro problema es la insuficiente progresividad y escasa recaudaci¨®n del sistema fiscal espa?ol, que ingresa menos que otros pa¨ªses europeos y tiene que atajar desigualdades mayores¡±, dice.

Es posible que est¨¦n sonando vientos de cambio. Despu¨¦s de que el economista Gabriel Zucman publicara en junio un informe sobre la capacidad recaudatoria que tendr¨ªa un gravamen del 2% al patrimonio de los milmillonarios del planeta ¡ªseg¨²n sus estimaciones, aumentar¨ªa la recaudaci¨®n global en 250.000 millones de d¨®lares¡ª, los ministros de Finanzas del G-20 acordaron una agenda de trabajo para empezar a dise?ar un impuesto global a los ultrarricos. ¡°Reconocieron que la extrema concentraci¨®n de riqueza es una amenaza para la democracia, para la sostenibilidad y para el crecimiento¡±, dice ??igo Mac¨ªas, tambi¨¦n economista de Oxfam. ¡°Visto desde la ortodoxia del G-20, es toda una revoluci¨®n¡±.