Nuevas transiciones, ?mayor inseguridad econ¨®mica?
Entre los riesgos recientes para la desigualdad est¨¢n la descarbonizaci¨®n y la digitalizaci¨®n de la econom¨ªa
La distribuci¨®n de la renta en los pa¨ªses ricos durante las ¨²ltimas d¨¦cadas desaf¨ªa el arraigado supuesto de que el crecimiento econ¨®mico reduce por s¨ª mismo las disparidades de ingresos y mejora autom¨¢ticamente el bienestar social. Incontables estudios muestran que el crecimiento econ¨®mico agregado no beneficia de manera uniforme a todos los grupos de poblaci¨®n y que las diferencias de renta han aumentado en la mayor¨ªa de los pa¨ªses de la OCDE desde los a?os ochenta. Este aumento de la desigualdad se debe, por un lado, al incremento de las diferencias salariales relacionadas con los cambios tecnol¨®gicos que favorecen a los trabajadores cualificados, la globalizaci¨®n y el debilitamiento de las instituciones del mercado laboral, y, por otro, a la mayor concentraci¨®n de las rentas de capital. Paralelamente, la menor capacidad redistributiva de las pol¨ªticas p¨²blicas no ha mejorado la situaci¨®n.
Las tendencias recientes indican que a estos determinantes estructurales se han a?adido nuevos riesgos sociales asociados con la descarbonizaci¨®n y la digitalizaci¨®n de la econom¨ªa. Las personas con menos recursos son las m¨¢s propensas a verse afectadas por el cambio clim¨¢tico y el creciente uso de tecnolog¨ªas y sistemas para realizar tareas con m¨ªnima o ninguna intervenci¨®n humana. Aunque estos procesos pueden ofrecer nuevas oportunidades de empleo en algunos sectores, afectar¨¢n de manera desproporcionada a los trabajadores con baja y media cualificaci¨®n, con el resultado de una ampliaci¨®n de las brechas sociales.
Para abordar este reto, es esencial el dise?o de mecanismos de protecci¨®n que prevengan la vulnerabilidad de determinados segmentos de la poblaci¨®n y compensen estos nuevos riesgos, asegurando que los beneficios de las nuevas transiciones se distribuyan de manera equitativa. Los sistemas de impuestos y prestaciones europeos son esenciales para mitigar los riesgos econ¨®micos y garantizar la seguridad de los ingresos, fomentando as¨ª la cohesi¨®n social. Su impacto es mayor en los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea con mayor presi¨®n fiscal y sistemas de protecci¨®n social m¨¢s generosos, que no solo contienen la desigualdad, sino que tambi¨¦n mejoran la movilidad entre generaciones en la escala social.
Durante las ¨²ltimas crisis econ¨®micas, como en la Gran Recesi¨®n y, sobre todo, la pandemia, estos sistemas han mostrado una notable resiliencia, ayudando a estabilizar el bienestar de los hogares y mitigando el impacto sobre la desigualdad de los ingresos y la pobreza. Las respuestas pol¨ªticas durante la primera de esas crisis estabilizaron la desigualdad en algunos pa¨ªses, aunque en otros, como los del sur de Europa, las medidas de austeridad presupuestaria tuvieron efectos adversos. Durante la pandemia, las medidas desarrolladas moderaron notablemente el impacto en los ingresos de los hogares. A pesar de estos ¨¦xitos relativos, la UE se enfrenta a importantes desaf¨ªos para armonizar la efectividad de estos sistemas entre los Estados miembros y adaptarlos a los nuevos cambios econ¨®micos y sociales.
Uno de ellos es dar respuesta al problema de la inseguridad econ¨®mica, caracterizada por el temor a la p¨¦rdida del empleo y la inestabilidad financiera. Hay un amplio consenso respecto a la incertidumbre de los riesgos econ¨®micos futuros y las mayores dificultades que tendr¨¢n los hogares para recuperarse de posibles shocks. Esta creciente inseguridad tambi¨¦n se refleja en la mayor ansiedad por mantener los niveles de ingresos y gestionar su deuda. La exposici¨®n continua a cambios en la situaci¨®n econ¨®mica personal limita la capacidad para desarrollar proyectos futuros, al tiempo que impide cumplir con las obligaciones financieras diarias. Los efectos de la inseguridad econ¨®mica afectan tambi¨¦n a la econom¨ªa en su conjunto, dada su influencia en las decisiones de inversi¨®n, consumo y oferta de trabajo.
Entre los canales en los que se manifiesta la inseguridad econ¨®mica, uno de los m¨¢s directos es el de la fluctuaci¨®n de los ingresos. Las ca¨ªdas de renta inesperadas pueden tener efectos muy negativos en las experiencias de vida de muchas personas. Son precisamente los trabajadores que experimentan inseguridad de ingresos los que se enfrentan a mayores riesgos derivados de la automatizaci¨®n y los que tienen menos probabilidades de aprovechar las oportunidades que ofrecen las tecnolog¨ªas de inteligencia artificial. Quienes experimentan inseguridad de ingresos tambi¨¦n tienen m¨¢s probabilidades de carecer de seguridad laboral, lo que los hace vulnerables a caer en los huecos de unos sistemas de protecci¨®n social no adaptados a los mercados laborales modernos.
Cuanto mayor sea el problema de la inestabilidad de los ingresos, mayores ser¨¢n las barreras para el funcionamiento del ascensor social en cualquier sociedad. Una de las consecuencias negativas de esta inestabilidad es que frecuentemente coincide con la falta de colchones financieros. En los pa¨ªses de la UE, una de cada seis personas en edad de trabajar no cuenta con suficientes activos l¨ªquidos para mantenerse fuera de la pobreza m¨¢s de tres meses y vive, adem¨¢s, de ingresos que son altamente inestables.
Existe una diversidad de patrones dentro de la Uni¨®n Europea en el alcance de esta realidad. En t¨¦rminos generales, los pa¨ªses con modelos de Estado de bienestar socialdem¨®cratas se caracterizan por una fuerte estabilidad de ingresos de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, mientras que en los mediterr¨¢neos y en los anglosajones la inestabilidad es mayor. En Espa?a, cerca de un 14% de los trabajadores sufren anualmente ca¨ªdas superiores a un 25% de sus ingresos del a?o anterior, una cifra solo superada por Polonia y Hungr¨ªa dentro de la UE. En ausencia de prestaciones monetarias, esta situaci¨®n afectar¨ªa a uno de cada cuatro trabajadores, lo que supone una capacidad del sector p¨²blico para moderar su incidencia claramente por debajo de la media de la UE.
Persiste, por tanto, un importante problema de inestabilidad de ingresos en nuestra sociedad. Para abordarlo, las pol¨ªticas p¨²blicas y, en particular, los sistemas de impuestos y prestaciones deben desempe?ar un papel central. Para que las medidas sean efectivas deber¨ªan incluir nuevos instrumentos espec¨ªficamente dise?ados para estabilizar los ingresos y proporcionar seguridad financiera, reduciendo as¨ª la vulnerabilidad ante los shocks econ¨®micos y facilitando una mejor gesti¨®n de riesgos ante las transformaciones sociales en curso.
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