Quitar el t¨ªtulo de ESO, ampliar la educaci¨®n obligatoria hasta los 18 y crear otra v¨ªa formativa: los debates que la ¡®ley Cela¨¢¡¯ ha aplazado
La nueva norma educativa no aborda algunos cambios estructurales que podr¨ªan ayudar a reducir la dram¨¢tica tasa de abandono escolar temprano
La nueva ley educativa, la ley Cela¨¢, aprobada el mi¨¦rcoles en el Senado, ha desactivado los cambios en el sistema educativo introducidos por la norma anterior, del PP (2013), que fueron m¨¢s criticados en su d¨ªa por gran parte de la propia comunidad, como la separaci¨®n temprana del alumnado en it...
La nueva ley educativa, la ley Cela¨¢, aprobada el mi¨¦rcoles en el Senado, ha desactivado los cambios en el sistema educativo introducidos por la norma anterior, del PP (2013), que fueron m¨¢s criticados en su d¨ªa por gran parte de la propia comunidad, como la separaci¨®n temprana del alumnado en itinerarios distintos, las ventajas a la escuela concertada a expensas de la p¨²blica o el refuerzo a la asignatura de Religi¨®n. La ley tambi¨¦n ha avanzado m¨¢s que la anterior norma educativa elaborada por los socialistas (la LOE, en 2006) en la distribuci¨®n del alumnado desfavorecido entre la p¨²blica y la concertada y en la reducci¨®n de las repeticiones, y ha sentado las bases para dise?ar unas asignaturas menos saturadas de contenidos que pongan el acento en los aprendizajes esenciales.
La ley no ha abordado, en cambio, otras cuestiones de calado que expertos e incluso instituciones como el Consejo Escolar del Estado han puesto sobre la mesa en los ¨²ltimos tiempos. Como la supresi¨®n del actual t¨ªtulo de la Educaci¨®n Secundaria Obligatoria (ESO), la introducci¨®n de una tercera v¨ªa formativa tras la secundaria (que se sumar¨ªa a la del Bachillerato y la Formaci¨®n Profesional), y la ampliaci¨®n hasta los 18 a?os de la ense?anza obligatoria.
Son cambios que en alg¨²n caso la ley esboza, pero cuya ejecuci¨®n quedan para una pr¨®xima reforma educativa, aunque no necesariamente para la elaboraci¨®n completa de una nueva ley, ya que podr¨ªan incorporarse a la actual.
Porcentaje estancado
Hace 30 a?os, cuando el PSOE aprob¨® la Ley de Ordenaci¨®n General del Sistema Educativo (Logse) solo el 51% de los j¨®venes de 16 a?os ten¨ªan una formaci¨®n equivalente a la que ahora supone haber completado la ESO ¡ªen aquella ¨¦poca, salvando las distancias, significaba haber terminado segundo de BUP o la Formaci¨®n Profesional de primer grado¡ª. En la d¨¦cada siguiente se produjo un gran avance y ese porcentaje creci¨® hasta el 75% de la poblaci¨®n escolar. Desde el a?o 2000, sin embargo, con m¨®dicas variaciones hacia adelante y atr¨¢s, la proporci¨®n de titulados ha permanecido estancada. O dicho de otra forma: desde hace 20 a?os hay un 25% del alumnado que no consigue titularse en la ESO.
Lo grave no es tanto que no obtengan el t¨ªtulo, que por otra parte concede por s¨ª solo una cualificaci¨®n profesional casi nula, como afirma el presidente de la asociaci¨®n de directores de institutos p¨²blicos Fedadi, Raimundo de los Reyes, y volvi¨® a poner de relieve hace unas semanas la Encuesta de transici¨®n educativa-formativa e inserci¨®n laboral del INE. Sino que no disponer de ¨¦l impide a los j¨®venes continuar form¨¢ndose, al ser la condici¨®n para poder acceder a las dos v¨ªas formativas que se abren al t¨¦rmino de la secundaria obligatoria: el Bachillerato y la FP de grado medio. ¡°El t¨ªtulo¡±, resume Enrique Roca, presidente del Consejo Escolar del Estado, que se ha mostrado partidario de su supresi¨®n, ¡°act¨²a como una barrera¡±.
El organismo asesor del gobierno que preside Roca public¨® este a?o un informe que compara la situaci¨®n de Espa?a con la de siete pa¨ªses europeos, EE UU y Canad¨¢. La conclusi¨®n es que en ninguno de ellos existe nada parecido al t¨ªtulo de la ESO, sino que al llegar al final de la secundaria todos los alumnos reciben un certificado con sus calificaciones y una orientaci¨®n sobre el camino formativo que, en opini¨®n del equipo docente del centro, deber¨ªan seguir a continuaci¨®n.
La nueva ley no ha suprimido el t¨ªtulo de la ESO. Pero s¨ª ha introducido dicho certificado de calificaciones, que se entregar¨¢ a quienes no logren graduarse. Y en el que figurar¨¢n ¡°el n¨²mero de a?os cursados y el nivel de adquisici¨®n de competencias¡±. El documento no servir¨¢, sin embargo, para proseguir los estudios en la secundaria postobligatoria.
Muchos frentes abiertos
Fuentes socialistas que han participado en la elaboraci¨®n de la ley en el Congreso admiten que lo deseable ser¨ªa quitar el t¨ªtulo. Pero consideran que dicho proceso requiere maduraci¨®n. En otras palabras: a bastantes frentes ten¨ªa que enfrentarse la nueva ley como para a?adir otro que, como se vio en la reacci¨®n al informe aprobado por el Consejo Escolar del Estado, genera rechazo en ciertos sectores educativos de orientaci¨®n conservadora. La menci¨®n del certificado de calificaciones que hace la ley es en todo caso, a?aden las mismas fuentes, un primer paso en dicha direcci¨®n.
Seg¨²n el planteamiento de Roca, quitar el t¨ªtulo de la ESO no deber¨ªa ser una medida aislada, sino tomada conjuntamente con otras. Como la fuerte reducci¨®n de las repeticiones (un terreno en el que la nueva ley avanza). Y la creaci¨®n de otra opci¨®n formativa, adem¨¢s del Bachillerato y la FP, al t¨¦rmino de la secundaria obligatoria, con un perfil todav¨ªa m¨¢s laboral, como existe en los pa¨ªses analizados en el informe del Consejo Escolar del Estado.
Una idea que concreta m¨¢s Miguel Soler, secretario auton¨®mico de Educaci¨®n de la Generalitat valenciana. Soler defiende que al acabar la secundaria los alumnos reciban lo que llama ¡°certificado de escolaridad¡± y un informe de orientaci¨®n que, adem¨¢s de Bachillerato o FP, pueda aconsejarles una tercera v¨ªa ¡°que combine la formaci¨®n y el empleo hasta que el joven logre una cualificaci¨®n equivalente a una Formaci¨®n Profesional de grado medio¡±.
Soler cree que para ello ser¨ªa necesario un cambio en la normativa laboral para establecer que si una empresa quiere contratar a un joven que carece de una titulaci¨®n equivalente a la FP de grado medio, ¡°deber¨¢ hacerlo mediante un contrato de formaci¨®n y aprendizaje hasta que el joven obtenga dicha cualificaci¨®n¡±. Tambi¨¦n se requerir¨ªa, a?ade, un aumento de la oferta de Formaci¨®n Profesional como la que ya prev¨¦ el Gobierno, que en verano anunci¨® que quiere crear 200.000 nuevas plazas en cuatro a?os.
Ventajas e inconvenientes
Suprimir el t¨ªtulo de la ESO, ampliar las v¨ªas formativas tras la secundaria y alargar hasta los 18 a?os la ense?anza obligatoria son tres debates que giran en torno a la misma cuesti¨®n: c¨®mo reducir el nivel de abandono escolar temprano ¡ªlos j¨®venes de 18 a 24 a?os que tienen como m¨¢ximo el t¨ªtulo de ESO y no siguen ning¨²n tipo de estudios o formaci¨®n que les permita elevar su cualificaci¨®n¡ª que en Espa?a alcanza el 17%, 10 puntos m¨¢s que la media de la UE.
¡°Nosotros tenemos claro que la extensi¨®n de la educaci¨®n obligatoria hasta los 18 es algo que, por lo menos, se debe estudiar¡±, afirma Raimundo de los Reyes, presidente Fedadi. La medida, recuerda, ha sido implantada en pa¨ªses cercanos, como Portugal, y en Espa?a ya fue planteada hace m¨¢s de una d¨¦cada por ?ngel Gabilondo cuando era ministro. ¡°Parece un contrasentido que antes de los 18 a?os el t¨ªtulo que los alumnos obtienen, en el mejor de los casos, sea el de la ESO, que no cualifica para nada. Si para tener una cualificaci¨®n laboral se necesita m¨¢s, seamos consecuentes y ampliemos la edad obligatoria¡±.
Miguel Soler cree, en cambio, que la medida tendr¨ªa ¡°m¨¢s inconvenientes que ventajas¡±, sobre todo si lo que se ampl¨ªa a los 18 es la actual ESO que, coincide con De los Reyes, no proporciona cualificaci¨®n profesional. En ese caso, a?ade, a los alumnos que ahora quieren dejar los estudios a los 16 ¡°habr¨ªa que retenerlos dos a?os m¨¢s sin ofrecerles una alternativa acorde con sus intereses¡±. Soler considera mejor universalizar la oferta (que haya plazas para todos), y abrir al t¨¦rmino de la secundaria una tercera opci¨®n que a¨²ne formaci¨®n y empleo.
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