El descenso de la natalidad impacta ya de lleno en primaria: 147.000 alumnos menos en cuatro cursos
La escuela p¨²blica pierde peso en esta etapa. Los especialistas advierten de los riesgos de no manejar bien la curva demogr¨¢fica en la ense?anza
La bajada de alumnos por el descenso de la natalidad sigue avanzando imparable por el sistema educativo. Si desde hace a?os estaba impactando con fuerza en el segundo ciclo de Educaci¨®n Infantil (de tres a seis a?os), ahora ya se ha hecho evidente tambi¨¦n en el siguiente nivel, la primaria (de seis a 12 a?os): el curso que acaba de terminar estudiaron esa etapa 2.795.572 alumnos, 147.322 menos que...
La bajada de alumnos por el descenso de la natalidad sigue avanzando imparable por el sistema educativo. Si desde hace a?os estaba impactando con fuerza en el segundo ciclo de Educaci¨®n Infantil (de tres a seis a?os), ahora ya se ha hecho evidente tambi¨¦n en el siguiente nivel, la primaria (de seis a 12 a?os): el curso que acaba de terminar estudiaron esa etapa 2.795.572 alumnos, 147.322 menos que cuatro a?os antes, lo que supone una bajada del 5%, seg¨²n las cifras publicadas por el Ministerio de Educaci¨®n.
Numerosos expertos ¨Dincluidos los que redactaron hace unos meses el cap¨ªtulo educativo de la Estrategia Espa?a 2050 para el Gobierno¨D abogan por aprovechar el descenso del alumnado ¡ªse calcula que de unos 800.000 hasta mitad de siglo¡ª para mejorar la calidad de la ense?anza, manteniendo la inversi¨®n e incrementando as¨ª el gasto por estudiante. El problema es que eso requiere, aparte de importantes esfuerzos de previsi¨®n y reorganizaci¨®n, romper con algunas inercias administrativas a la hora de repartir los recursos docentes cada a?o.
?lvaro Ferrer, especialista de educaci¨®n en Save the Children, opina: ¡°Es una oportunidad, pero tiene riesgos. Por un lado, tienes que decidir d¨®nde mantienes l¨ªneas [clases] y d¨®nde las cierras, d¨®nde mantienes ratios [n¨²mero de alumnos por clase] y d¨®nde los reduces, y eso se puede traducir en favorecer una distribuci¨®n m¨¢s equilibrada del alumnado o m¨¢s segregaci¨®n escolar¡±. Y todo eso, a?ade, hay que equilibrarlo con la eficiencia en el gasto: ¡°Hay que pensar en qu¨¦ punto hay que cerrar un colegio porque ya no es eficiente y quiz¨¢ es mejor redistribuir esos recursos para dotar de m¨¢s especialistas al sistema: educadores sociales, trabajadores sociales, profesorado de apoyo¡¡±.
La tarea no es sencilla, para empezar porque los descensos no se producen de la misma manera en todas las comunidades ¡ªen Canarias, la bajada en primaria ha sido del 10% y en Extremadura, del 8,1%, mientras en Navarra ha sido menor del 1%¡ª ni dentro de las mismas regiones. De hecho, las zonas rurales se ven afectadas mucho antes por los problemas de escasez, pero en estos casos el criterio de eficiencia se debe compensar con otros, como la importancia de fijar poblaci¨®n, opina Ferrer. Marc Fuster, analista de la OCDE, concuerda: ¡°El cierre de escuelas se percibe generalmente como medida de ¨²ltimo recurso, particularmente en aquellos contextos donde el impacto social y econ¨®mico es mayor, como en los municipios peque?os¡±.
Pero m¨¢s all¨¢ de las diferencias geogr¨¢ficas, la otra gran dificultad para reordenar la situaci¨®n est¨¢ en el hecho de que las dos redes que deben garantizar el acceso a la educaci¨®n, la p¨²blica y la concertada (privada subvencionada), juegan con reglas distintas. La primera est¨¢ sometida de forma inmediata a las decisiones de la Administraci¨®n, pero actuar sobre la segunda ¡ªpor ejemplo, para reorganizar la oferta de plazas¡ª es mucho m¨¢s complicado, pues durante el tiempo de vigencia de los conciertos ¡ªse renuevan cada seis a?os en primaria¡ª no se pueden alterar las condiciones en las que se firm¨®. As¨ª, all¨ª donde compiten las dos redes, la p¨²blica tiene normalmente las de perder a la hora de hacer el ajuste m¨¢s inmediato.
Catarroja, en Valencia, es un buen ejemplo de los temores. Vicent Ma?es, presidente de la federaci¨®n estatal de asociaciones de directores de centros p¨²blicos de infantil y primaria (Fedeip), trabaja all¨ª: ¡°Es un municipio de 28.000 habitantes en el que convivimos cinco colegios p¨²blicos y tres concertados. Este a?o han solicitado plaza en infantil de tres a?os 150 alumnos menos que el a?o anterior. Y ese es un diferencial muy importante¡±, explica. A?ade: ¡°Nosotros lo que defendemos es que la concertada vuelva a ser lo que fue en un principio: una red subsidiaria de la p¨²blica¡±.
En la estad¨ªstica de infantil se nota claramente que la p¨²blica pierde alumnado a mayor velocidad que la privada: un 20,6% en la ¨²ltima d¨¦cada, frente al 15,9% (la concertada est¨¢ dentro de esta ¨²ltima cifra, pues la estad¨ªstica del curso 2021-2022, todav¨ªa provisional, no la distingue de la privada pura). En primaria, sin embargo, la diferencia es por el momento m¨¢s peque?a: 5,2% de ca¨ªda frente a 4,5% en los ¨²ltimos cuatro a?os. Sin embargo, en ese tiempo la p¨²blica ya ha perdido peso respecto a la privada, pasando de acoger el 67,8% de los estudiantes de primaria al 67,6%. Es una bajada de apenas dos d¨¦cimas, pero es llamativo que se produzca en a?os de crisis, pues de los contextos econ¨®micos desfavorables la p¨²blica sol¨ªa salir reforzada, ya que en los centros de titularidad estatal la gratuidad de la ense?anza est¨¢ garantizada, algo que no ocurre en todos los concertados.
En ese contexto, adem¨¢s de una planificaci¨®n que equilibre la oferta entre las dos redes, la otra gran demanda del profesorado es la reducci¨®n de las ratios m¨¢ximas, una bajada de alumnos por aula que, entre otras cosas, permitir¨ªa mantener, al menos en parte, al profesorado de refuerzo por las medidas anticovid que ha facilitado el trabajo durante los tres ¨²ltimos tres cursos. As¨ª lo reclama tanto la federaci¨®n estatal de directores que preside Ma?es como los sindicatos CCOO, UGT y Ustea.
Sin embargo, algunos expertos advierten contra bajadas generales y lineales, pues ser¨ªa ineficaz y muy caro. ¡°Es la soluci¨®n pol¨ªticamente m¨¢s sencilla, porque te evitas cerrar ning¨²n centro, con la pol¨¦mica que eso conlleva, y adem¨¢s es muy bien recibida por el profesorado, pero no es nada eficaz¡±, insiste Ferrer, que pone un ejemplo de la complejidad de un asunto que puede tener efectos indeseados: ¡°En Catalu?a han bajado las ratios solo en la p¨²blica, pero no en la concertada, por lo tanto, el efecto huida de determinadas familias se puede acentuar¡±, ya que la privada subvencionada tendr¨¢ espacios por los que seguir creciendo.
Recetas imaginativas para romper inercias
Ferrer entiende que es dif¨ªcil romper algunas inercias y plantear algunos debates necesarios ¨D¡°Hay una oportunidad de avanzar hacia un modelo m¨¢s exigente de concertada; que quien est¨¦ dentro cumpla de verdad con el servicio p¨²blico y reciba financiaci¨®n suficiente¡±¡ª, y recalca que existe mucho margen para bajar ratios de forma selectiva, all¨ª donde haga falta ¡ªpor ejemplo, en centros con mucho alumnado con necesidades de apoyo¡ª, para jugar con la reserva de plazas (aquellas que se dejan para los alumnos que llegan durante el curso) y para repensar la forma de plantear las dotaciones de profesorado para cada centro. ¡°Tenemos que ir hacia una l¨®gica de reparto de recursos por necesidad. Quiz¨¢ no podemos seguir pensando en el [esquema de un] aula con un docente, en una cifra determinada por cada tantos alumnos, porque es bastante m¨¢s complejo cuando hay muchos centros que est¨¢n avanzando hacia modalidades de organizaci¨®n que rompen el aula; con agrupaciones heterog¨¦neas, con codocencia [dos profesores que comparten las clases]¡±.
Marc Fuster, analista de la OCDE, repasa numerosas alternativas al cierre de colegios, a la luz de otras experiencias europeas de p¨¦rdida acelerada de alumnado, sobre todo, la que se produjo en Estonia hace algo m¨¢s de una d¨¦cada: ¡°[Se puede] reconsiderar la forma en que se prestan los servicios dentro de los centros, como en los casos en que alumnos de distintas edades se mezclan en la misma clase, y entre centros, por ejemplo, manteniendo la provisi¨®n de educaci¨®n infantil y primaria de proximidad, y consolidando la oferta en niveles superiores para alumnos mayores y m¨¢s independientes. Se puede considerar tambi¨¦n el fomento de la cooperaci¨®n entre centros para compartir y optimizar recursos (humanos, materiales y pedag¨®gicos)¡±. Asimismo, habla de la posibilidad de liberar recursos para expandir la educaci¨®n para menores de tres a?os o para ¡°dedicar mayores esfuerzos a garantizar el acceso a una oferta de educaci¨®n no formal de calidad, a partir de extraescolares y/o programas de verano¡±.
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