Becas para ricos mezcladas con aborto
El programa de Ayuso son cheques que subvencionan con dinero p¨²blico la segregaci¨®n escolar de los m¨¢s pudientes, una medida extrema que ni siquiera es neoliberal, sino un cierre social neofeudal
En sede parlamentaria, la presidenta de Madrid, Isabel D¨ªaz-Ayuso, dijo en octubre de 2021: ¡°No podemos regalarle la educaci¨®n a todo el mundo porque no es sostenible el sistema¡±. Parece que ahora el PP de Madrid ha rectificado, subvencionado el consumo de escuelas privadas y privadas concertadas en la postobligatoria para las rentas familiares m¨¢s altas. Hasta ahora, los ultraliberales hab¨ªan mercantilizado por entero alg¨²n sistema educativo siguiendo a Milton Friedman con la f¨®rmula del cheque escolar. Sin embargo, estos eran de car¨¢cter universal y canjeable para escoger o centros p¨²blicos o centros privados.
En todo el mundo, tan solo Chile y Suecia se atrevieron a generalizar el sistema de cheques, sacrificando la igualdad de oportunidades en aras de la libertad de elecci¨®n. Sus desastrosas consecuencias en t¨¦rminos de equidad y de resultados han sido constatadas a nivel acad¨¦mico e internacional con Suecia, en ca¨ªda libre en cada edici¨®n del informe PISA de la OCDE. Andreas Schneider, director de PISA, lleg¨® a sentenciar que ¡°el sistema escolar sueco parece haber perdido su alma¡± desde que en 1992 los neoliberales introdujeron el sistema de cheques.
La cuesti¨®n es que el PP de Madrid va m¨¢s all¨¢ de lo que ning¨²n otro neoliberal haya ido nunca. Es m¨¢s, es tan extremo su modelo que ni siquiera es neoliberal, sino un cierre social neofeudal. Lo que ha acordado es una subvenci¨®n directa al alumnado que ya est¨¦ escolarizado en la privada o en la concertada. No es para incentivar la escolarizaci¨®n privada entre las familias de menos renta. Todo lo contrario, es para blindar la segregaci¨®n y exclusi¨®n acad¨¦mica de las rentas altas en una red privada de centros cuya composici¨®n social ya es de un 72% de alumnado socialmente acomodado, seg¨²n datos de la Fundaci¨®n BBVA-IVIE.
Por tanto, el modelo del PP de Madrid va contra del dogma neoliberal de hacer extender la libertad de elecci¨®n a todas las rentas. No se orienta a incentivar que crezca ese 28% de rentas medias y bajas en la red privada madrile?a (un 24% son rentas medias y solo un 4% rentas bajas), puesto que la ¡°beca¡± se concede una vez ya est¨¢s matriculado o con reserva de plaza y este tipo de centros se cuidan mucho a la hora de seleccionar y filtrar sus candidatos por su distinci¨®n socioecon¨®mica.
De hecho, esta ¡°beca¡± es un copago a la factura escolar de centros privados que no pueden permitirse las familias de rentas medias y bajas. Ir¨¢ a cubrir la inflaci¨®n de las rentas m¨¢s altas y de los centros privados. La derecha madrile?a ha aprendido de las experiencias chilena y sueca y afina a¨²n m¨¢s. En lugar de extender los conciertos en la postobligatoria que da derechos al profesorado (el pago delegado) y obliga a tener un Consejo Escolar y a aplicar las novedades de la LOE-Lomloe (2020) contra la segregaci¨®n, introduce el copago para que el 8% de los madrile?os con rentas superiores a 60.000 euros vean garantizado su privilegio a segregar a sus hijos con fondos p¨²blicos en centros exclusivos.
El modelo del PP de Madrid limita la libertad de elecci¨®n para todos, en contra de lo que predica. En el fondo, normaliza el blindaje de las escuelas privadas y concertadas para que sigan siendo espacios de enclasamiento, pero socializando los costes de distinci¨®n escolar entre todos los contribuyentes. Es decir, todos los madrile?os van a pagar con sus impuestos la elitizaci¨®n educativa destinando su Gobierno aut¨®nomo 127 millones a financiar un cierre social neofeudal. Algo nunca visto en el mundo democr¨¢tico occidental y toda una anomal¨ªa, de dudosa, por no decir, clara inconstitucionalidad en medio de una inflaci¨®n desbocada.
La solidez jur¨ªdica esta medida est¨¢ en entredicho. Para empezar, el art¨ªculo 83.1 de la LOE-Lomloe (2022) establece que ¡°para garantizar la igualdad de todas las personas en el ejercicio del derecho a la educaci¨®n, los estudiantes con condiciones socioecon¨®micas desfavorables tendr¨¢n derecho a obtener becas y ayudas al estudio¡±. Es decir, dispone que el derecho sustantivo a obtener becas se circunscribe a cierto perfil vulnerable de alumnos (no a los ricos) y con esta delimitaci¨®n el legislador garantiza su objetivo constitucional que es la igualdad ante el derecho a la educaci¨®n (no la libertad de elecci¨®n). Es decir, es la desigualdad de renta la barrera a la igualdad en seguir estudiando y es esta la que hay que preservar y no acrecentar ¡°becando¡± a los ricos con dinero p¨²blico. No son becas sino cheques de privilegio.
Pero hay m¨¢s inconsistencia legal. Tal y como recogen los art¨ªculos 1 y 2 del bolet¨ªn oficial de la Comunidad de Madrid, el r¨¦gimen que regir¨¢ estas ¡°becas¡± es el de las subvenciones y toda su legislaci¨®n. Pues bien, en el art¨ªculo 2.c de la Ley 38/2003, de 17 de noviembre, General de Subvenciones se especifica que ¡°el proyecto, la acci¨®n, conducta o situaci¨®n financiada tenga por objeto el fomento de una actividad de utilidad p¨²blica o inter¨¦s social o de promoci¨®n de una finalidad p¨²blica¡±. ?Cu¨¢l es la utilidad p¨²blica en detraer 127 millones del presupuesto educativo que no se destinar¨¢n al 38% de menores de 18 a?os en situaci¨®n de exclusi¨®n social detectado por C¨¢ritas en Madrid, sino que van a subvencionar el copago y aislamiento escolar de las familias de alta renta?
Por si fuera poco, la desigualdad de oportunidades de lograr una titulaci¨®n postobligatoria es m¨¢s elevada en Espa?a que en la media europea. La brecha es de 2,85 veces m¨¢s en favor del 10% de j¨®venes con mayor ¨ªndice socioecon¨®mico sobre el 10% de j¨®venes con el ¨ªndice m¨¢s bajo. En Francia esa brecha se reduce a 1,12 veces y en Alemania a 1,16. Redistribuir oportunidades y evitar toda discriminaci¨®n son dos dictados de nuestra Constituci¨®n de 1978. Cabe recordar su art¨ªculo 9.2 que dispone ¡°remover los obst¨¢culos que impidan o dificulten su plenitud¡±, refiri¨¦ndose a la igualdad de oportunidades. Por tanto, esa brecha de casi tres veces m¨¢s para los m¨¢s favorecidos a la hora de obtener el titulo en Bachillerato y ciclos de FP sigue siendo un desaf¨ªo de inequidad para que todas las administraciones lo reduzcan, incluida la Comunidad de Madrid.
Legislar lo contrario es promover la desigualdad y los cierres sociales a conciencia, algo que ni los neoliberales hicieron, m¨¢s ensimismados en liberalizar el sistema p¨²blico que en segregar tan descaradamente a las capas sociales ya privilegiadas. La Comunidad de Madrid comparte ranking con Hungr¨ªa y Rumania en las tasas m¨¢s elevadas de segregaci¨®n escolar de la Uni¨®n Europea. La elitizaci¨®n o segregaci¨®n por arriba en la ESO de Madrid es del 39% entre el 25% de familias con mayor renta y del 45% para el 10% de h¨ªperricos. La media europea es, respectivamente, del 30% y del 41%. Madrid cuenta con uno de los sistemas educativos m¨¢s clasistas de Europa, donde se hace repetir 9,7 veces m¨¢s a un alumno desfavorecido, aunque tenga igual nivel de competencias ¨Dseg¨²n las pruebas de PISA¨D que el alumnado no desfavorecido. La media OCDE es de 1,8 veces m¨¢s, seg¨²n PISA 2015.
Por ¨²ltimo, las delirantes declaraciones de D¨ªaz-Ayuso haciendo equivalente este cheque de privilegio con el aborto o la transexualidad no comunicada a los padres [sic] es un c¨ªnico intento de enmascarar como guerra cultural lo que, en el fondo, es una agresiva lucha de clases planteada para capturar renta p¨²blica para ese 8% de rentas altas. Ni necesitan este copago ni tampoco lo reclaman, pero sus conciencias ¨¦ticas pueden removerse si todav¨ªa comulgan con la doctrina social cristiana que el PP de Madrid tritura con vehemencia posmoderna y orgullo neofeudal. Esa es la cuesti¨®n principal, ya no existe democracia cristiana en Madrid, sino unas ¨¦lites ultraliberales obsesionadas con la guerra cultural y con la lucha de clases invertida, desde arriba contra los de abajo. Antes Madrid aspiraba al cielo de la modernidad, ahora parece mirar y celebrar el infierno de la desigualdad.
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