La p¨¦rdida de alumnos por el descenso de la natalidad est¨¢ afectando con m¨¢s fuerza a la escuela p¨²blica que a la concertada
Sus matr¨ªculas en la etapa de 3 a 5 a?os han ca¨ªdo un 17% en la ¨²ltima d¨¦cada, frente al 10% que se han reducido en la privada subvencionada
La curva demogr¨¢fica descendente est¨¢ impactando con m¨¢s fuerza en la escuela p¨²blica, que ha perdido en la ¨²ltima d¨¦cada el 17% de su alumnado de segundo ciclo de infantil (de 3 a 5 a?os), frente al 10% que ha bajado en la concertada en esa etapa. La distinta implantaci¨®n geogr¨¢fica de cada una de las redes ¡ªla p¨²blica llega a las zonas m¨¢s vulnerables a la ca¨ªda de poblaci¨®n; la concertada apenas est¨¢ presente en zonas rurales y localidades peque?as¡ª es una de las causas. Pero tambi¨¦n lo son las decisiones de las Administraciones, guiadas por lo que algunas consejer¨ªas explican por las preferencias de las familias a favor de la privada subvencionada; algo que algunos investigadores califican m¨¢s bien como pol¨ªticas conscientes de privatizaci¨®n de la ense?anza.
Unas decisiones, en todo caso, condicionadas por cuestiones administrativas que hacen m¨¢s sencillo cerrar aulas p¨²blicas cuando baja la demanda de plazas. As¨ª lo explicaba el soci¨®logo Xavier Bonal en un reciente art¨ªculo sobre el inminente cierre de un colegio p¨²blico en M¨¦rida por falta de alumnos: ¡°La p¨²blica se rige por decisiones pol¨ªticas y la concertada, por contrato y, si le quieres cerrar una o dos l¨ªneas, se van al juez y en 10 minutos las tienen otra vez puestas. Los conciertos, o los retocas cuando tienen que renovar, cada seis a?os, o durante ese periodo, aunque haya alteraciones demogr¨¢ficas, tienes muy poco que hacer¡±. Y las Administraciones se van a enfrentar cada vez m¨¢s a menudo a este tipo de decisiones, teniendo en cuenta que a mitad de siglo habr¨¢ ¡°unos 800.000 estudiantes menos de entre 3 y 15 a?os¡±, lo que ¡°equivale a tener unas 33.000 aulas de 24 alumnos menos que en 2019¡å, seg¨²n el informe Espa?a 2050.
De momento, de las 237.000 matr¨ªculas menos que hab¨ªa en segundo ciclo de infantil el curso pasado ¡ª¨²ltimo dato disponible en las estad¨ªsticas del Ministerio de Educaci¨®n¡ª respecto al 2011-2012 ¡ªa partir del cual empez¨® a bajar la escolarizaci¨®n en esta etapa por la curva de natalidad¡ª, el 75% (179.000) se hab¨ªan perdido en la escuela p¨²blica. Ello, a pesar de que la proporci¨®n de alumnos de 3 a 5 a?os que atiende es algo menos del 70% (hace 10 a?os era el 69% y ahora el 67,8%).
En todo caso, las cifras generales vuelven a esconder realidades muy distintas dependiendo de la comunidad en la que uno se fije. Por ejemplo, hay algunas donde el desequilibrio es muy notable, sobre todo en Andaluc¨ªa, donde el alumnado de segundo ciclo de infantil se ha reducido cuatro veces m¨¢s en la p¨²blica (un 22%) que en la concertada (5,2%). Otros desajustes llamativos en el mismo sentido se dan en Castilla-La Mancha (el 20% frente al 6,7%), la Comunidad Valenciana (el 20,9% frente al 9,8%), Madrid (el 10,8% frente al 4,1%) y Murcia (el 14,2% frente al 6,8%). Sin embargo, en otras autonom¨ªas el descenso est¨¢ afectando de forma muy similar en las dos redes (como en Arag¨®n y Extremadura) o incluso con porcentajes ligeramente peores para la concertada: Galicia, Pa¨ªs Vasco y Navarra.
A pesar de esa heterogeneidad de situaciones ¡ªque da la medida de la complejidad de un fen¨®meno en el que se entrelazan factores demogr¨¢ficos, geogr¨¢ficos, sociol¨®gicos y, por supuesto, pol¨ªticos¡ª y de que las consejer¨ªas de Educaci¨®n de Andaluc¨ªa y Murcia insisten en que apenas han variado los repartos porcentuales entre las redes escolares ¡ªen realidad, la p¨²blica ha perdido 2,6 puntos en el primer caso y 1,2 puntos en el segundo¡ª, los profesores F. Javier Merch¨¢n, de la Universidad de Sevilla, y Cynthia Mart¨ªnez-Garrido, de la Aut¨®noma de Madrid, leen en las cifras una tendencia clara.
Hablan de un vuelco creciente hacia la escuela concertada en las ciudades o, al menos, en ciertas partes de las ciudades, que es donde se concentran los colegios privados subvencionados. Merch¨¢n lo explica as¨ª: ¡°De seguir la tendencia como hasta ahora, dentro de 10 o 15 a?os, en las grandes ciudades me temo que podamos retrotraernos a hace medio siglo, en el sentido de que el sistema p¨²blico se convierta en algo subsidiario, casi marginal¡±. Y Mart¨ªnez-Garrido aporta: ¡°Hace poco, nosotros realizamos un estudio en Getafe y lo que vimos es que el centro de la ciudad est¨¢ copado de escuelas concertadas. El centro de las ciudades se ha llenado de estos centros, dejando a la p¨²blica a un lado¡±.
Hay m¨¢s ejemplos en este sentido en la Comunidad de Madrid, donde, efectivamente, como recuerda un portavoz de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n, los repartos entre redes son similares en todas las etapas y apenas han cambiado en los ¨²ltimos tiempos, manteni¨¦ndose con la segunda proporci¨®n m¨¢s baja de escuela p¨²blica de toda Espa?a: acoge al 55% del alumnado de ense?anza no universitaria. Y no solo por la extensi¨®n de la concertada, sino por la fort¨ªsima implantaci¨®n de la educaci¨®n totalmente privada, sin parang¨®n en ninguna otra autonom¨ªa, con casi un 16% del alumnado.
Pero en el caso de ciudades como Madrid, las diferencias se disparan mucho m¨¢s: solo el 38,5% de los alumnos de 3 a 5 a?os de la capital van a la p¨²blica, y en el distrito de Salamanca, el segundo m¨¢s rico de la ciudad, solo el 13,38% va a la p¨²blica, mientras otro 85,29% estudia en centros concertados (el resto, el 1,33%, est¨¢ en colegios totalmente privados), seg¨²n la estad¨ªstica del Gobierno regional.
M¨¢s all¨¢ de la eterna pelea ideol¨®gica entre los defensores de la escuela p¨²blica (afirman que la privada subvencionada debe ser subsidiaria de la p¨²blica) y de la concertada (con la libertad de elecci¨®n por bandera, sostienen que los padres tienen derecho a elegir qu¨¦ educaci¨®n quieren para sus hijos y, si hay suficiente demanda, el Estado se la debe sufragar), Mart¨ªnez-Garrido, que tambi¨¦n forma parte de la C¨¢tedra Unesco en Educaci¨®n para la Justicia Social, se?ala un problema muy tangible: la segregaci¨®n. ¡°Si la concertada se est¨¢ sufragando con dinero p¨²blico, deber¨ªan tener las mismas oportunidades de entrar todos los estudiantes, tanto los que tienen como los que no tienen. Y estamos viendo que la igualdad de oportunidades de acceso no es real¡±, asegura, citando informes que ponen de manifiesto que buena parte de la privada subvencionada cobra cuotas obligatorias a las familias, aparte del dinero p¨²blico que reciben.
Mirada de conjunto
Lo cierto es que, mientras los especialistas reclaman a las administraciones que ordenen la oferta con una mirada de conjunto y a medio y largo plazo, la propia concertada est¨¢ por la labor de que se tomen medidas ante una p¨¦rdida de alumnos que tambi¨¦n est¨¢ afectando a sus centros. Y adem¨¢s, ¡°para evitar que esto se acabe convirtiendo en una guerra, a ver qui¨¦n se lleva m¨¢s alumnos, a ver qui¨¦n convence a m¨¢s padres¡¡±, asegur¨® a este diario hace dos semanas Pedro Huerta, secretario general de Escuelas Cat¨®licas, entidad mayoritaria en la red concertada.
Por ejemplo, se mostraba dispuesto a aceptar bajadas de ratios, pues si reduce el n¨²mero m¨¢ximo legal de alumnos por clase, se ralentiza el cierre de aulas y colegios y adem¨¢s se pueden mantener mejoras educativas que se han podido ver durante la pandemia gracias a esa medida (eso s¨ª, Huerta habla de reducciones selectivas, solo all¨ª donde hagan falta, y con mayor financiaci¨®n para los concertados que las apliquen).
Francisco Garc¨ªa, secretario general de la Federaci¨®n de Ense?anza de CC OO, tambi¨¦n defiende esa bajada de ratios: ¡°La reducci¨®n de la cohorte de alumnos es una buena oportunidad para reducirlas e implementar medidas de atenci¨®n a la diversidad. No debe servir para proceder a una reconversi¨®n indiscriminada, sino para aprovechar, insisto, para ganar en calidad y en equidad. Adem¨¢s, en un escenario como en el que estamos, no deber¨ªa operar la demanda social¡±.
Distintas comunidades est¨¢n anunciando ya esa bajada de ratios, como Madrid (en este caso, selectiva y con salvedades, como reclamaba Huerta), Catalu?a o Castilla-La Mancha. En la Comunidad Valenciana, se han reducido ¡°en m¨¢s de medio centenar de municipios con baja natalidad¡± explica un portavoz. Adem¨¢s, menciona su apuesta por la inclusi¨®n de aula para ni?os de dos a?os (el ¨²ltimo curso del primer ciclo de infantil) en escuelas p¨²blicas, que el a?o que viene sumar¨¢n casi 9.000 plazas en 432 colegios, con fuerte presencia en zonas rurales. De hecho, el portavoz explica as¨ª esa gran distancia entre el alumnado que est¨¢ perdiendo la p¨²blica y la concertada en su comunidad: ¡°La ca¨ªda de la natalidad es especialmente intensa en las zonas rurales. Ocho de cada 10 municipios de la Comunidad Valenciana (441 de 542) tienen menos de 10.000 habitantes¡±.
Las preferencias familiares y el reparto de recursos
Sin embargo, en las respuestas de las consejer¨ªas de Andaluc¨ªa, Madrid y Murcia, insisten en la idea de que la educaci¨®n de 3 a 5 a?os, aunque es un ciclo gratuito, no es obligatorio. Y las dos segundas, adem¨¢s, destacan que las cifras de alumnado responden a las preferencias de los padres. ¡°Las diferencias entre ambos reg¨ªmenes obedecen al criterio expresado por las familias a la hora de elegir el centro educativo que prefieren para sus hijos¡±, dice el portavoz murciano.
El madrile?o aporta algo muy parecido: ¡°Uno de los principios del sistema educativo de la Comunidad de Madrid es la libertad de elecci¨®n educativa gracias a la cual, este curso, el 95,8% de las familias han obtenido el centro elegido en primera opci¨®n durante el proceso de admisi¨®n¡°.
Merch¨¢n y Mart¨ªnez-Garrido explican, por una parte, que a pesar de que el segundo ciclo de infantil no sea una etapa obligatoria, est¨¢ pr¨¢cticamente universalizada, y de hecho es clave porque es el momento en el que los padres deciden en qu¨¦ colegio, en qu¨¦ red, va a estudiar su hijo casi con toda seguridad hasta que termine el instituto. Adem¨¢s, aseguran que las supuestas preferencias de las familias est¨¢n, en realidad, ama?adas.
Merch¨¢n, que tambi¨¦n es miembro del grupo de estudios Observatorio de la Educaci¨®n, se?ala sobre el caso andaluz: ¡°El factor pol¨ªtico es fundamental. Porque cuando hubo crecimiento de la natalidad, hasta 2011, la oferta p¨²blica no aument¨®, no acompa?¨® a la demanda, y despu¨¦s, cuando disminuy¨®, la oferta p¨²blica se fue restringiendo en las grandes ciudades¡±. De hecho, las protestas contra la supresi¨®n de aulas en escuelas p¨²blicas arrecian por toda la comunidad desde hace m¨¢s de un a?o; en abril pasado, cientos de madres y padres rodearon el Parlamento andaluz para protestar por la eliminaci¨®n de medio centenar de unidades.
Por su parte, Mart¨ªnez-Garrido asegura que la idea (para ella falsa) de una mejor calidad en la concertada se debe, por un lado, a la selecci¨®n de alumnado y, por otro, a todos los extras que pueden ofrecer gracias a las cuotas a las familias: ¡°En realidad, no tienen una mejor educaci¨®n, lo que tiene son m¨¢s recursos, que estamos pagando todos¡±, asegura antes de advertir contra las tentaciones que pueden tener las administraciones de aprovechar el descenso de la natalidad para recortar medios a la p¨²blica. Por ejemplo, dice, cerrando centros y fusion¨¢ndolos en otros que necesitar¨ªan, en conjunto, muchos menos profesores.
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