Las inteligencias artificiales generativas en educaci¨®n: asombro y v¨¦rtigo
Deber¨ªamos considerar las ¡®IAs¡¯ educativas no solo como herramientas innovadoras, sino como genuino patrimonio de la humanidad
La irrupci¨®n de la inteligencia artificial generativa (IA), a finales del 2022, supone un salto cualitativo de extraordinaria magnitud, que sin duda modificar¨¢, en muy breve espacio de tiempo y de manera radical, las formas de vivir, sentir y pensar de los seres humanos. ?No estaremos sufriendo un tipo de espejismo similar al frenes¨ª que vivimos hace dos d¨¦cadas en los comienzos de internet? ?Experimentaremos, tambi¨¦n, similar desencanto? ?...
La irrupci¨®n de la inteligencia artificial generativa (IA), a finales del 2022, supone un salto cualitativo de extraordinaria magnitud, que sin duda modificar¨¢, en muy breve espacio de tiempo y de manera radical, las formas de vivir, sentir y pensar de los seres humanos. ?No estaremos sufriendo un tipo de espejismo similar al frenes¨ª que vivimos hace dos d¨¦cadas en los comienzos de internet? ?Experimentaremos, tambi¨¦n, similar desencanto? ?Podr¨¢ utilizarse de manera educativa esta superinteligencia que tanto alarma?
Internet se ofrec¨ªa como un refugio de libertad y creatividad, propiciando el intercambio enriquecedor de ideas y dando voz a grupos hist¨®ricamente marginados. Promet¨ªa democratizar la informaci¨®n y fomentar un di¨¢logo inclusivo, borrando las fronteras geogr¨¢ficas y temporales que limitaban el flujo del conocimiento. Sin embargo, 25 a?os despu¨¦s, enfrentamos el desencanto del estado actual de las redes sociales. Las promesas de democratizaci¨®n han derivado, en parte, en desinformaci¨®n y manipulaci¨®n, dando paso a un entorno polarizado, invadido por lenguaje t¨®xico y posverdad. Adem¨¢s, el acceso a Internet, aunque facilitador de la comunicaci¨®n, ha provocado, tambi¨¦n la mercantilizaci¨®n del conocimiento y una adicci¨®n digital alimentada por el control de un pu?ado de poderosas multinacionales.
Como apunta el fil¨®sofo Floridi, en su sugerente libro, La ¨¦tica de las inteligencias artificiales, quien no se encuentre perplejo ante la revoluci¨®n digital de las IAs es que no ha captado a¨²n la magnitud de la misma. La irrupci¨®n de las IAs abre un nuevo y decisivo cap¨ªtulo de la historia de la humanidad. Pasan de almacenar y registrar informaci¨®n a crearla. Una informaci¨®n, capaz de construir realidad, cuyo sentido, orientaci¨®n, prop¨®sito y efectos, en gran medida, ignoramos. En definitiva, se trata de una transformaci¨®n decisiva y radical del sentido y naturaleza de la inteligencia humana. Las IAs comienzan a transitar el arriesgado y temible camino de la autonom¨ªa porque ya son capaces de aprender por s¨ª mismas, utilizando los mismos mecanismos b¨¢sicos que nosotros: asociaci¨®n, condicionamiento y reforzamiento de conducta. Incorporando este mecanismo b¨¢sico de aprendizaje por ensayo, error y rectificaci¨®n son capaces de abarcar todos los espacios humanos: tecnolog¨ªas, pr¨¢cticas, productos y servicios en todos los campos del saber y hacer humanos (ciencias, humanidades y artes).
Mustaf¨¢ Suleyman en su provocador y fundamentado texto, La ola que viene, afirma que las IAs suponen tecnolog¨ªas que van de la secuenciaci¨®n a la s¨ªntesis, de la imitaci¨®n de conversaciones a la innovaci¨®n disruptiva, ocupando el territorio de amplias actividades mentales desarrolladas anteriormente solo por el ser humano. No son humanas, pero cada d¨ªa son m¨¢s perfectas en la imitaci¨®n y simulaci¨®n de nuestro comportamiento cognitivo y emocional, permitiendo la personalizaci¨®n y la aut¨¦ntica interacci¨®n que supone la conversaci¨®n natural humana.
La calidad de sus producciones reside en la calidad y riqueza de sus dos componentes fundamentales, diferentes, pero estrechamente entrelazados. Por una parte, los algoritmos (los programas) que constituyen el esqueleto, las semillas de su proceder epist¨¦mico, su conocimiento operativo ¨Dsaber c¨®mo¨D, formal, procedimental. Por otra, las inmensas bases de datos con las que se entrenan, que constituyen su modelo de mundo, su conocimiento declarativo¨Dsaber qu¨¦¨D que alimentan los patrones, esquemas y sistemas que van perfilando su peculiar cosmovisi¨®n.
En definitiva, la esencia de las IAs, su grandeza y su miseria, es que no solo aprenden de su programador, sino por su cuenta, en un proceso ilimitado de interacciones con las bases de datos que constituyen el contexto social y cultural humano, cient¨ªfico, art¨ªstico o mundano. Puede decirse que las IAS actuales son el reflejo exagerado, hiperb¨®lico, de lo que somos.
La amenaza m¨¢s inquietante, reside en la posibilidad bien real de desbordar la capacidad de control del ser humano sobre su desarrollo y aplicaci¨®n. Sus extraordinarias potencialidades pueden utilizarse evidentemente para el bien y para el mal. Es este para m¨ª un riesgo m¨¢ximo, cuando su desarrollo y explotaci¨®n actuales se encuentran en manos privadas, en poderosos y omnipresentes oligopolios, que amenazan no solo la soberan¨ªa de los estados naci¨®n, sino que retan la posibilidad y viabilidad de la gobernanza mundial realmente democr¨¢tica.
?C¨®mo garantizar el comportamiento ¨¦tico de las IAs? ?C¨®mo van a aprender los valores que nosotros somos incapaces de consensuar y mucho menos respetar? Nuestro mundo moderno, ultraliberal, impone y disemina prioridades como la acumulaci¨®n de mercanc¨ªas, la extracci¨®n y consumo sin l¨ªmites, la primac¨ªa del capital, o la distribuci¨®n desproporcionada de propiedades, ?c¨®mo va a promover el respeto a los valores ¨¦ticos que garanticen el bienestar social?
Las IAs educativas como, ayudantes, tutores socr¨¢ticos
Concibo la pedagog¨ªa ¡°educativa¡±, que se propone favorecer la autonom¨ªa y el desarrollo completo de la personalidad de cada sujeto, como la ciencia y el arte de ejercer la influencia sobre el aprendizaje y desarrollo del aprendiz, precisamente para ayudar a que cada sujeto, descubra, identifique y autorregule libre y conscientemente los influjos m¨²ltiples que recibe. La escuela convencional, desde infantil a la universidad, se encuentra, a mi parecer, bien lejos de este loable prop¨®sito
?Qu¨¦ ha hecho la pedagog¨ªa desde comienzos de este siglo, por ejemplo, para desempe?arse de manera ¡°educativa¡± ante la invasi¨®n amigable y la colonizaci¨®n adictiva de las redes sociales y los tel¨¦fonos inteligentes?
?Dejaremos pasar la oportunidad de que la sorprendente potencialidad de estas inteligencias artificiales generativas pueda transformar de manera radical y en sentido educativo la escuela convencional y el quehacer pedag¨®gico heredado?
Es cierto que en la actualidad presenciamos un proceso imparable de proliferaci¨®n de asistencias y ayudas pedag¨®gicas virtuales a los procesos de ense?anza y aprendizaje, mediante herramientas y ecosistemas digitales alimentados con IA, de muy distinta naturaleza en virtud del modelo pedag¨®gico en el que se fundamentan los algoritmos que los sustentan ¨DDreamBox, IXL, Khanmigo, Grammarly, Quillionz, Socratic, Edmodo, Google Classroom¡.¨D. Pero, todas ellas, son de iniciativa privada y excepto Khanmigo, la IA desarrollada por la Khan Academy hace un a?o con la pretensi¨®n de comportarse como tutor socr¨¢tico, lejos de poderse considerar ¡°Inteligencias educativas¡±.
Los principios y estrategias did¨¢cticas realmente ¡°educativas¡± requieren un quehacer docente de naturaleza claramente tutorial que desde B. Bloom se ha considerado tan deseable como inviable en la pr¨¢ctica escolar, por exceder con creces las posibilidades de tiempo de los docentes implicados. ?Podr¨ªan concebirse las IAs como ayudantes y asistentes personales de docentes y aprendices para desarrollar la deseada tutor¨ªa socr¨¢tica personalizada?
Alimentadas con el conocimiento psicopedag¨®gico, did¨¢ctico, disciplinar e interdisciplinar m¨¢s actualizado disponible, tanto te¨®rico como aplicado, las IAs educativas podr¨ªan desempe?ar un papel privilegiado como asistentes y tutores socr¨¢ticos personalizados. Se pueden dise?ar, programar y entrenar como tutor¨ªas competentes, atentas, agradables y emp¨¢ticas, siempre dispuestas a acompa?ar el proceso de aprendizaje educativo de cada individuo a lo largo de toda su vida. Su presencia constante, su competencia cient¨ªfica y su actitud positiva para facilitar y apoyar el aprendizaje educativo las convierten en aliadas indispensables, andamiajes, en la traves¨ªa educativa. Su formaci¨®n y entrenamiento ha de apoyarse en tres pilares fundamentales complementarios: una epistemolog¨ªa informada, cr¨ªtica y humilde; una ¨¦tica transparente, democr¨¢tica y solidaria y una pedagog¨ªa socr¨¢tica, plural, sensible y creativa.
Podr¨ªan calificarse de socr¨¢ticas, si su manera de tutorizar emulara los planteamientos pedag¨®gicos de S¨®crates, que en modo alguno se limitaban a proporcionar informaci¨®n y respuestas, sino a comprender al aprendiz y a situarle siempre en la frontera de su conocimiento, desafi¨¢ndole en los l¨ªmites de su zona de confort, plante¨¢ndole interrogantes comprometidos y retadores que le ayuden a la reconstruir sus conocimientos, habilidades, emociones, y actitudes, los supuestos b¨¢sicos de sus automatismos pr¨¢cticos cotidianos, sus creencias y sus modelos de mundo, siempre bajo la supervisi¨®n del docente, quien se encarga de guiar, mitigar y corregir sus posibles sesgos y alucinaciones.
Es una tutor¨ªa artificial, disponible las 24 horas del d¨ªa, los 7 d¨ªas de la semana, capaz de entender los intereses y necesidades particulares del estudiante, as¨ª como sus procesos de aprendizaje, fortalezas y debilidades, sin ¨¢nimo de juicio ni obsesi¨®n por la calificaci¨®n. Estimula la curiosidad y fomenta el amor genuino por el aprendizaje y la exploraci¨®n con mentalidad abierta para aceptar y corregir los errores, si ha sido entrenada con principios, bases de datos y escenarios educativos.
Pueden actuar como asesores expertos virtuales, que ofrecen tambi¨¦n a cada docente el apoyo necesario para el mejor desempe?o de su complejo quehacer profesional. Pueden suponer una ayuda inmejorable para dise?ar experiencias, lecciones y planes, monitorizar el progreso de cada individuo, grupo o clase, devolver comentarios y feedback en tiempo real y proponer alternativas de mejora bien fundamentadas.
Las IAs, as¨ª concebidas, pueden contribuir a conseguir grados m¨¢s elevados de igualdad, equidad e inclusi¨®n al actuar como tutores socr¨¢ticos para cualquier estudiante con conexi¨®n a internet, en cualquier parte del mundo, en cualquier momento y sobre cualquier tema.
Por otra parte, la IA educativa tambi¨¦n puede actuar como coach y amigo/a personal, apoyando la autoobservaci¨®n, el dialogo y el ejercicio del contraste, aconsejando lecturas, videos, recursos, experiencias y procesos de mejora. Cada infante, adolescente o adulto puede establecer una relaci¨®n de confianza con la IA, porque sabe que le acompa?a en las duras y en las maduras, que no le va a juzgar, aunque si provocar y retar, y que preservar¨¢ el anonimato si as¨ª es requerido.
Pueden, tambi¨¦n, contribuir al desarrollo m¨¢s adecuado de la comunidad educativa en su totalidad, pues, con el permiso y la colaboraci¨®n de todos los implicados, y respetando la privacidad negociada, pueden ofrecer informes y comunicaciones en tiempo real o diferido a estudiantes, docentes y familias sobre los procesos de aprendizaje, sus fortalezas y debilidades.
Ahora bien, surge una interrogante fundamental: ?a qui¨¦n corresponde la noble e inmensa responsabilidad de concebir, crear y desarrollar estos asistentes socr¨¢ticos virtuales, que acompa?en y apoyen el caminar de docentes, estudiantes, y familias? ?Qui¨¦n se atrever¨¢ a enfrentar el reto de forjar herramientas que integren con maestr¨ªa las bases epistemol¨®gicas, ¨¦ticas y pedag¨®gicas que hemos delineado anteriormente?
Sin duda, esta misi¨®n deber¨ªa figurar entre los compromisos m¨¢s relevantes, urgentes y apasionantes de las Ciencias de la Educaci¨®n en el siglo XXI, bajo la atenta supervisi¨®n de las autoridades democr¨¢ticas, tanto nacionales como multinacionales y globales.
Ser¨ªa prudente considerar las IAs educativas no solo como herramientas innovadoras, sino como genuino patrimonio educativo de la humanidad; un legado compartido multi e intercultural que se pone al servicio de todos los seres humanos, enriqueciendo nuestras vidas y ampliando nuestros horizontes.
La complejidad y magnitud de esta labor exige que se aborde con la m¨¢s elevada grandeza de perspectivas, esfuerzos y recursos disponibles. Es imperativo que, en esta ocasi¨®n, la pedagog¨ªa ofrezca algo m¨¢s que el silencio c¨®mplice que caracteriz¨® la llegada de Internet, los tel¨¦fonos inteligentes y las redes sociales. Debemos aspirar a un compromiso proactivo y renovador que transforme estas herramientas en aliados del conocimiento y desarrollo humanos, cultivando un di¨¢logo enriquecedor y participativo que beneficie a todos los actores involucrados.
Con sano escepticismo, pero tambi¨¦n con renovada ilusi¨®n y compromiso, escribamos juntos esta nueva p¨¢gina de nuestra historia.