El soci¨®logo Mariano Fern¨¢ndez Enguita: ¡°Es inviable sustituir al profesor por la inteligencia artificial¡±

Mariano Fern¨¢ndez Enguita, uno de los investigadores en educaci¨®n m¨¢s reconocidos de Espa?a, propone quedar en el Real Jard¨ªn Bot¨¢nico de Madrid para hablar a la sombra de los ¨¢rboles de la gran ola digital que, asegura, va a transformar la escuela. Catedr¨¢tico em¨¦rito de Sociolog¨ªa en la Universidad Complutense, Fern¨¢ndez Enguita (Zaragoza, 71 a?os) es autor de varios libros, el ¨²ltimo de los cuales, publicado hace unos d¨ªas, analiza los cambios experimentados en la educaci¨®n desde el surgimiento del lenguaje hasta la entrada en escena de la inteligencia artificial (IA).

Pregunta. Afirma que la combinaci¨®n de dispositivos digitales, software y conectividad van a transformar la escuela, y que esta vez no pasar¨¢ como con el gram¨®fono, el cine, la radio, o la televisi¨®n, sobre los que hubo anuncios similares, siempre incumplidos. ?Por qu¨¦?

Respuesta. Ya lo hizo el libro, que ahora consideramos el eje en torno a la cual se organiza la escuela, sea en forma del libro de texto o de los textos que elabora el propio profesor. Casi lo damos por sentado. Pero la capacidad de este artilugio, que forman el dispositivo, el software y la conectividad, rompe completamente con ello. En ¨¦l cabe toda la informaci¨®n, toda la biblioteca escolar, permite leer, dibujar, componer, cantar¡­ Es un metamedio que comprende a todos los medios, si uno sabe hacerlo. Y la conectividad lleva a m¨¢s informaci¨®n, a m¨¢s software, y a mucha m¨¢s gente. Lo cambia enteramente. Los medios anteriores, como la radio o la televisi¨®n, no entraron nunca en la escuela porque en cierta forma llevaban el libro al paroxismo; no dejaban de ser una sucesi¨®n de texto. Lo digital sustituye al papel impreso con ventaja, porque hace mucho mejor casi todo lo que se puede hacer en papel, y adem¨¢s permite hacer otro mill¨®n de cosas.

P. ?En qu¨¦ plazo est¨¢ pensando? Los cambios en educaci¨®n suelen generar oposici¨®n, dentro y fuera de los centros.

R. Llevar¨¢ un tiempo. No tanto como lo que tard¨® en llegar el libro de texto a la escuela desde la invenci¨®n de la imprenta, que fueron 200 a?os, pero s¨ª tiempo. Habr¨¢ que cambiar la formaci¨®n inicial y continua del profesorado. Y es una responsabilidad de todos. De las administraciones, de los centros... Puede haber variantes individuales, modelos, teor¨ªas, debates, discusiones. Lo que no puede ser es una decisi¨®n individual, un ¡°yo lo quiero, yo no lo quiero¡±. Eso podr¨ªa haber pasado en el siglo XVII: ¡°Yo quiero ense?ar a leer, yo no quiero¡±, porque hab¨ªa maestros que no sab¨ªan leer y escribir. Hab¨ªa maestros titulados por la Orden de San Casiano de solo leer, no de escribir. Ser¨ªa absurdo.

P. En el libro que acaba de publicar, La Quinta Ola. La transformaci¨®n digital del aprendizaje, de la educaci¨®n y de la escuela, afirma que en internet est¨¢ el mejor conocimiento, pero que sobre todo hay redundancia y basura. ?No plantea eso un gran inconveniente al aprendizaje digital aut¨®nomo del alumnado que parece sugerir?

R. Lo veo como la educaci¨®n vial. En el momento en que los ni?os empiezan a salir a la calle solos, o puedan simplemente soltarse de la mano en alg¨²n momento, tienen que aprender la diferencia entre ir por la acera e ir por la calzada, entre un sem¨¢foro rojo y verde. Yo creo que hay que dar cierto panoptismo, control, al profesor. Pero eso no quiere decir que el alumno no pueda salirse nada de un carril, sino que hay que ense?arle a moverse justamente en ese contexto de sobreabundancia informativa, informaci¨®n no fiable, falsas noticias... Porque de todos modos, en cuanto salgan de la escuela, van a estar ah¨ª. La cuesti¨®n es si est¨¢n solos o est¨¢n acompa?ados.

P. ?La inteligencia artificial mejorar¨¢ el aprendizaje o lo mermar¨¢?

R. Depender¨¢ de que los profesores y los alumnos aprendan a utilizarla. Lo que creo que promete la inteligencia artificial es sobre todo ampliar las capacidades del profesor y las capacidades en relaci¨®n con el alumno. Es un poco como dicen los maestros de yudo. No se trata de oponerte de forma bruta a esa fuerza que es la inteligencia artificial, sino de utilizarla a tu favor.

P. Usted descarta la sustituci¨®n del profesor por la IA.

R. Es inviable. Si se tratara solamente de llevar informaci¨®n a los alumnos o incluso algunos aprendizajes, la inteligencia artificial podr¨ªa sustituir y superar a los profesores. Pero est¨¢ fuera de cuesti¨®n porque no hablamos solo de eso, sino de algo m¨¢s global. Que adem¨¢s se produce en una instituci¨®n, la escuela, que tambi¨¦n se ocupa de proporcionar cuidados. Quiz¨¢ nos enga?a un poco la palabra inteligencia artificial, porque en realidad lo que tenemos es capacidad de organizar muchos datos, que hay que poner a disposici¨®n de alguien para que tome decisiones. A la IA no se la puede dejar sola.

P. ?Qu¨¦ funci¨®n cree que cumplir¨¢ la inteligencia artificial en los centros educativos?

R. Creo que hay tres posibles desarrollos. Uno, el profesorado no la usa, no entra en la escuela, o solo lo hace marginalmente. Pero como montones de alumnos la van a utilizar de todas formas fuera, habr¨¢ una parte que reforzar¨¢ su aprendizaje con ella, que ser¨¢n los de siempre, los que han nacido en la familia adecuada, como pasa con el acceso digital en general. Y tendremos mucha m¨¢s desigualdad. Ser¨¢ como si la escuela no hubiera tocado el libro, con la diferencia de que se trata de un medio m¨¢s potente. La segunda posibilidad es que la entrada de la IA se produce a medias, en unas escuelas s¨ª y en otras no, o con parte del profesorado s¨ª y otra parte no. En ese caso, lo que tendremos ser¨¢ mayor desigualdad entre escuelas, o dentro de las propias escuelas. Y la tercera posibilidad es que la escuela lo aborda, porque tiene que hacerlo, como tuvo que abordar el medio impreso. Y presta m¨¢s apoyo a aquellos alumnos que tienen desventaja fuera.

P. ?Ser¨¢ un asistente del profesorado?

R. Yo dir¨ªa que ser¨¢ un asistente del profesor, porque lo puede usar para muchas de sus tareas, y un agente o un interlocutor del alumno, porque este no tendr¨¢ por qu¨¦ limitarse a la ¨²nica respuesta que d¨¦ el maestro. Imagina, por ejemplo, su uso para el aprendizaje de la lengua, la correcci¨®n de la ortograf¨ªa, o el acceso a informaci¨®n no demasiado compleja. El alumno puede tener con la inteligencia artificial una interacci¨®n bastante rica, en el sentido de bastante extensa, que no le podr¨ªa dar un profesor. Porque un profesor solo puede dar atenci¨®n colectiva, a todos, o muy de vez en cuando atenci¨®n individual.

P. ?Qu¨¦ le parece la ley educativa, la Lomloe, que est¨¢ todav¨ªa implant¨¢ndose?

R. En la parte curricular, pedag¨®gica, tengo una buena impresi¨®n, en relaci¨®n con lo que hab¨ªa. Me parece que hay un ¨¦nfasis adecuado en las competencias, hay un empuj¨®n, un decir ¡°nos gusta¡±, a que se introduzca tecnolog¨ªa, a que se trabaje en equipo, a que cada centro tenga un proyecto efectivo, no puramente formal, a que haya codocencia, etc¨¦tera. En ese sentido, tiene una buena m¨²sica. Pero luego hay que llevarlo a la pr¨¢ctica, las competencias son sobre todo de las comunidades aut¨®nomas, y la clave est¨¢ en el centro. En el centro donde haya un buen proyecto, habr¨¢ una buena educaci¨®n y donde no, no la habr¨¢, aunque tengas un buen profesor de algo.

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