Un cuadro como salvavidas
La polic¨ªa detiene en Madrid a un torero fracasado como presunto autor del robo de un valioso cuadro del hospital Ni?o Jes¨²s
Jos¨¦ Eduardo S.T, de 34 a?os, es un enamorado de los toros que prob¨® suerte con el capote, pero enseguida se vio abocado al lado menos amable de la tauromaquia: montar plazas de toros port¨¢tiles en los pueblos de Madrid en fiestas. Sin duda Jos¨¦ atravesaba una mala ¨¦poca, sin un duro en el bolsillo y con un futuro m¨¢s que incierto. Quiz¨¢ por ello pens¨® en dar el gran golpe. Eligi¨® el 20 de mayo. Aprovechando la oscuridad de la noche, sali¨® de su casa en Madrid y, tras deambular por varias iglesias del centro de la capital, se dirigi¨® a la capilla del hospital Ni?o Jes¨²s, donde, con la ayuda de una cuchilla, rasg¨® el lienzo El milagro de santa Leocadia -fechado en el siglo XVII y valorado en unos tres millones de euros- y se dio a la fuga. Con el cuadro en su poder pens¨® en pedir una cuantiosa recompensa.
Pero su particular odisea finaliz¨® ayer, cuando varios agentes de polic¨ªa le detuvieron en los aleda?os de la madrile?a estaci¨®n de Atocha, cerca de su ¨²ltimo domicilio. Jos¨¦ tard¨® un suspiro en reconocer la autor¨ªa del robo y opt¨® por colaborar con la justicia. As¨ª, llev¨® a la polic¨ªa a un paraje cercano a la localidad conquense de Saceda Trasierra, donde, debajo de un antiguo puente, hab¨ªa escondido la obra, que presentaba importantes da?os.
La denuncia del robo se produjo al d¨ªa siguiente de la sustracci¨®n. Fue una monja del hospital la que dio la voz de alarma, al ver el bastidor del cuadro tirado en el suelo de la capilla y sin la tela, obra del can¨®nigo y pintor sevillano Juan de Roelas. La polic¨ªa decidi¨® empezar las pesquisas tomando declaraci¨®n a todos los que se encontraban en el hospital la noche del robo. Esfuerzo in¨²til, ya que los agentes no sacaron nada en claro.
Llamadas en busca de dinero
La pista definitiva para la detenci¨®n del ladr¨®n la puso en bandeja el propio Jos¨¦, que reapareci¨® en escena cinco d¨ªas despu¨¦s de firmar su fechor¨ªa. Desde una cabina cercana a la estaci¨®n de Atocha, llam¨® al p¨¢rroco de la capilla del hospital infantil para pedir 240.000 euros a cambio del cuadro. ?ste le pas¨® con el director del centro, que intent¨® prolongar la conversaci¨®n para que la polic¨ªa pudiera localizarle. Durante la tensa charla, Jos¨¦ redujo sus pretensiones econ¨®micas hasta los 180.000 euros.
Los minutos que dur¨® la llamada fueron suficientes para que los investigadores localizaran la cabina, adonde se trasladaron varios agentes sin encontrar rastro de Jos¨¦. No obstante, decidieron montar un dispositivo de vigilancia en la zona, convencidos de que Jos¨¦ volver¨ªa a intentar ponerse en contacto con los responsables del hospital infantil. As¨ª ocurri¨® el 1 de junio. Ese d¨ªa, tras realizar su llamada, tom¨® algo en un bar, entr¨® en la estaci¨®n de autobuses y sac¨® un billete a Taranc¨®n. En lugar de detenerlo, la polic¨ªa opt¨® por seguirle, con la confianza en que el sospechoso les llevara al lugar donde estaba el cuadro. No fue as¨ª, pero a los dos d¨ªas, Jos¨¦ volvi¨® a Madrid en tren, momento que aprovecharon agentes de paisano para entrar en contacto con ¨¦l y localizar su domicilio. La operaci¨®n termin¨® ayer con su detenci¨®n en un bar del n¨²mero 136 del Paseo de las Delicias. Un amigo suyo, C¨¦sar P.H., tambi¨¦n fue arrestado como encubridor y puesto en libertad tras prestar declaraci¨®n.
Jos¨¦ afronta ahora un juicio por la comisi¨®n de los delitos de robo con fuerza, extorsi¨®n y contra el patrimonio hist¨®rico art¨ªstico. Eso a ¨¦l parece importarle poco. A Jos¨¦ lo que le preocupa es "que su familia se entere de lo sucedido", seg¨²n ha dicho la polic¨ªa tras prestarle declaraci¨®n.
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