Dior cumple 60 a?os a la gloria del maestro, de Galliano y del arte

Christian Dior cumpli¨® 60 a?os en Versalles al son de flamenco y de gospel, dos tradiciones musicales que ama con pasi¨®n John Galliano, art¨ªfice desde una d¨¦cada del ¨¦xito de esta firma de alta costura a la que hoy rindi¨® homenaje junto a algunos de los m¨¢s grandes pintores de la historia.

Se cumpl¨ªan 60 a?os del primer desfile Dior, pero tambi¨¦n diez a?os de un triunfo en ascenso, gracias al inagotable talento del modisto gibraltare?o, abiertamente deseoso "de volver a sus ra¨ªces de torero".

Doble y enorme evento, celebrado con un incre¨ªble desfile y un "baile de los artistas" previsto hasta el alba.

Una ocasi¨®n m¨¢s para demostrar la enorme capacidad de convocatoria del t¨¢ndem Galliano-Dior.

A media noche la fiesta s¨®lo parec¨ªa comenzar, cuando una parte de los invitados llegaba y otra abandonaba los jardines de la Orangerie del palacio de Versalles, donde acababan de tener lugar los desfiles.

La tarjeta de invitaci¨®n hab¨ªa sido expl¨ªcita en su exigencia de "elegancia extrema" para acercarse hasta palacio. Preferentemente, las damas m¨¢s elegantes optaron por un vestido largo, de gala, con bordados, a menudo de infalible negro.

Algunas luc¨ªan mant¨®n de manila negro y marfil bajo chaquetilla de cuero negro y vestido largo negro, otras cazadora blanca o negra, sobre vestido de tul drapeado, blanco o negro o salm¨®n.

Nuevo regente del lugar desde hace tan s¨®lo unas semanas, el ex ministro de Cultura, Jean-Jacques Aillagon, entendi¨® la extrema elegancia vestido de traje claro y diurno, en abierto contraste con una asistencia masculina donde el negro era el color dominante.

Adem¨¢s del flamenco, que con la voz de Manuel Lambo lo abri¨®, o m¨¢s bien, lo precedi¨®, y el gospel que cerr¨® la pasarela; el "Arte", con may¨²sculas, y m¨¢s especialmente el de algunos de los m¨¢s grandes pintores de la historia, impregn¨® la colecci¨®n Dior de alta costura para el oto?o-invierno 2007-2008. Para cada modelo una inspiraci¨®n, un nombre celeb¨¦rrimo casi siempre.

Goya, Velazquez y Picasso, por supuesto, pero tambi¨¦n Zurbar¨¢n, Zuloaga y El Greco, envolvieron a la mujer de la pr¨®xima temporada invernal en rojos, negros, berenjenas y colores de sangre, adornados con puntillas y peinetas.

Sus vestidos de vol¨²menes diversos, drapeados, abullonados, asim¨¦tricos, bordados de oro, piedras preciosas, escotados o cerrados hasta el cuello, con mangas largas, tirantes o guantes de cuero hasta casi los hombros, fueron excepcionales pero no podr¨ªa decirse que los m¨¢s bellos.

Imposible dar un modelo vencedor entre los 45 dedicados a otros tantos pintores, franceses, ingleses e italianos preferentemente.

De Manet a Degas, Renoir y Toulouse-Lautrec; de Boucher a Fragonard, Gainsborough, Reynolds o Sargent; Rembrandt, Rubens y Van Dyck; Botticelli, Caravaggio, Raphael, Tiepolo o Leonardo da Vinci, grandes nombres desfilaron con Galliano.

Tras contemplar gracias a ellos los m¨¢s dulces turquesas y leves dorados y rosas, ladrillos de terciopelo, blancos y negros y azules noche, bordados suntuosamente con pedrer¨ªas, resaltados con colas drapeadas y vol¨²menes cambiantes, Michelangelo puso punto final de verde esmeralda.

La aparici¨®n torera de Dior

Minutos despu¨¦s, el modisto hizo su acostumbrada y esperad¨ªsima aparici¨®n, vestido esta vez de torero, en azul cielo con bordados dorados, medias rosadas y sombrero negro, para recorrer de un extremo a otro, con la misma parsimonia que sus maniqu¨ªes, la sinuosa y larga pasarela en que se hab¨ªa convertido la Orangerie.

Con su pase, el artista gibraltare?o provoc¨® y conquist¨® las m¨¢s entusiastas ovaciones de la noche.

Recuperado de sus emociones, ya de pirata, vestido de negro y con pa?uelo sobre la cabeza, Galliano se acerc¨® a palmear a sus flamencos favoritos, alumnos, ex alumnos o profesores de la escuela de baile de la Fundaci¨®n Heeren, como Mariquilla, Antonio Molina 'el Choro' y Manuel Lombo, cuyo arte descubri¨® el pasado abril, en la Feria de Sevilla.