La baronesa Thyssen compra una escultura llamada 'Gallard¨®n'
Es un dinosaurio al que su creador, "al verle la media sonrisa", bautiz¨® con el nombre del alcalde de Madrid
Haciendo gala de su afici¨®n por el coleccionismo y de un gran sentido del humor, la baronesa Carmen Thyssen adquiri¨® el pasado viernes en Rute, un pueblo de la sierra de C¨®rdoba con 10.300 habitantes, una peque?a escultura hecha de hierro y piedra que representa a un dinosaurio y que responde al nombre de Gallard¨®n. Pag¨® por la obra, cuyo destino se desconoce, 1.200 euros "a tocateja", seg¨²n ha explicado a esta web su autor, el escultor Jos¨¦ Cano Mancilla. La baronesa y el alcalde de Madrid mantienen una cordial enfrentamiento en torno al proyecto de reforma del eje Prado-Recoletos, donde se encuentra el Museo Thyssen.
Este artista, malague?o de 45 a?os, colabora en varias causas, entre ellas la recuperaci¨®n de la memoria hist¨®rica y la lucha de Adebo (Asociaci¨®n para la Defensa del Borrico) por la supervivencia de los burros. Hace unos dos meses, su presidente, "el colega" Pascual Rovira, le hizo una proposici¨®n. "Pascual me dijo: '?Por qu¨¦ no me pones una exposici¨®n al aire libre en el campo?'. Y la pusimos", explica Cano Mancilla, que aport¨® cuatro obras a la curiosa muestra instalada en plena reserva de burros en la sierra de Rute, que tambi¨¦n cuenta con tallas de otros artistas locales. Desde 1989, Adebo ha rescatado m¨¢s de 100 pollinos abandonados y mantiene un centro de cr¨ªa con 40 ejemplares en este pueblo andaluz.
All¨ª estaban sus esculturas conviviendo con los burros cuando Carmen Cervera acudi¨® el pasado viernes de la mano de su amiga la ex ministra Carmen Calvo, ahora vicepresidenta del Congreso de los Diputados. La baronesa, conocida por su compromiso con el medio ambiente, visitaba la reserva con el fin de bautizar a una burrita reci¨¦n nacida, a la que puso por nombre Gaugin porque todos llevamos un artista dentro. Antes de dejar la finca de Adebo, donde prob¨® el afamado an¨ªs local, la baronesa tuvo un momento para contemplar las esculturas y se fij¨® en concreto en el dinosaurio de Cano Mancilla, presente en el acto. "La se?ora me pregunt¨® si estaban a la venta, a lo que yo le respond¨ª que claro que s¨ª, porque vivo de esto". "Me la quedo, luego hablamos del precio", le dijo Carmen Cervera.
Otro ejemplar llamado Aguirre
Al final del evento, la baronesa volvi¨® a dirigirse al artista para tratar del precio. "Le dije que costaba 1.200 euros. Pens¨¦ que me iba a endi?ar un cheque, pero no, me dio los 1.200 euros a tocateja en billetes muy estiraditos, reci¨¦n sacados del banco. Los llevaba ah¨ª, en su bolso, y le sobraron, que para eso es baronesa", indica Cano Mancilla, que se qued¨® estupefacto. El escultor le explic¨® entonces que la obra de la que ya era due?a se titulaba Gallard¨®n, a lo que ella contest¨® con risas. Y le cont¨® la siguiente historia de c¨®mo un dinosaurio de piedra e hierro acaba por llamarse como el alcalde de Madrid: "Es muy simple, se llama as¨ª por esa sonrisa que tiene. Estaba haci¨¦ndole la cabeza cuando surgi¨® una veta. Al verla, me dije voy a continuarla a ver d¨®nde me lleva. Y me llev¨® a una boca que esboza una media sonrisa. Al mirarla de nuevo de lejos se me ocurri¨® decirle 'ay, que te pareces a Gallard¨®n'. Y mi hijo, que estaba cerca, me pregunt¨® si le iba a poner Gallard¨®n. 'S¨ª', le dije, 'le voy a poner como t¨²". Su hijo, de 13 a?os, se llama precisamente Alberto.
La escultura "es un esqueleto de hierro" del que lo que se ve "es lo de dentro, los huesos". Su cabeza procede e una piedra de la sierra de Estepona, el pueblo de Cano Mancilla, un gran amante del reciclaje y de los elementos toscos y naturales. "Pues no s¨¦ de qu¨¦ tipo de piedra es, yo s¨®lo s¨¦ que sirve muy bien para afilar cuchillos", comenta, jocoso y cargado de iron¨ªa. Cano Mancilla, que tiene un taller con el que va tirando, "unas veces mejor, otras peor", se define como un "escultor que cuenta historias" y ¨¦sta la ha escrito en un cuento que va a mandar por carta a la baronesa. "No puedo contarlo aqu¨ª, es particular, para ella", indica cuando se le piden m¨¢s detalles. El artista no sabe cu¨¢l ser¨¢ el destino final de su obra, si la baronesa la pondr¨¢ en su casa de Madrid o en Marbella.
?Ha dedicado alguna otra escultura a un pol¨ªtico? "S¨ª", contesta con mucho misterio el escultor, al que le gusta "una en especial". Aunque no quer¨ªa revelarlo, tir¨¢ndole de la lengua termina confesando que Gallard¨®n es parte "de una serie de siete lagartos" que a¨²n no est¨¢ acabada. ?Adivinan qui¨¦n es otro de los personajes. Pues s¨ª, Esperanza Aguirre. "Esto es como los Oscars, es un privilegio tenerlo", a?ade Cano Mancilla al borde de la carcajada.
![Carmen Thyssen, junto a Cano Mancilla (con barba y chaqueta a cuadros) y Pascual Rovira (a la derecha de la baronesa), toca su reci¨¦n adquirida escultura.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/DB33A7YR7HET7FC2TTMBKM4TWU.jpg?auth=aa305c55015998d981f9da39850fc478d358835b0512ca8ebd3335d516fa5a16&width=414)
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