Clara Rojas y su versi¨®n del cautiverio
La compa?era de secuestro de Ingrid Betancourt confiesa que nunca fue candidata a la vicepresidencia de Colombia y que su amistad con la francocolombiana no era tan real
A un a?o de su liberaci¨®n, Clara Rojas se ha sincerado con la revista Vanity Fair, que en su edici¨®n de febrero lleva un exclusivo reportaje dedicado a la abogada que estuvo seis a?os secuestrada por las FARC, tuvo un hijo de un guerrillero y fue conocida en el mundo entero como la candidata a vicepresidenta de Ingrid Betancourt.
En la conversaci¨®n con la revista, Rojas se desvincula de muchas de las etiquetas que se le han puesto en los a?os que pas¨® en cautiverio. Seg¨²n sus palabras, ni fue tan amiga de Betancourt ni se la nombr¨® nunca candidata a vicepresidenta de Colombia. Ella era su colaboradora, y la historia tantas veces repetida de que se ofreci¨® voluntariamente a ser secuestrada junto a la candidata a presidenta, seg¨²n Rojas, es falsa.
"Llev¨¢bamos tiempo hablando de personas que pod¨ªan acompa?ar a Ingrid en su carrera, pero yo no figuraba en ninguna lista. No era la persona que ella hubiera propuesto ni pretend¨ªa serlo. La acompa?¨¦ por amistad", dice Rojas, refiri¨¦ndose a su colaboraci¨®n con la carrera presidencial de Betancourt. Seg¨²n el reportaje de Vanity Fair, fue Juan Carlos Lecompte, el segundo ex marido de Ingrid, quien la inscribi¨® durante los primeros momentos del cautiverio como candidata para que su secuestro no quedara en el anonimato.
El porqu¨¦ de su captura tiene tambi¨¦n que ver con su amistad hacia Betancourt. Cuando los guerrilleros anunciaron que se llevaban a la candidata a presidenta, Rojas pregunt¨® d¨®nde se la llevar¨ªan. A ellos les pareci¨® ofensivo que se interesara por su suerte y como castigo se las llevaron a las dos. "Yo tuve una actitud generosa y por eso esperaba algo diferente de Ingrid, pero no fue as¨ª. Ha sido desconcertante y doloroso. La selva nos distanci¨® y todav¨ªa no s¨¦ muy bien lo que ocurri¨®, pero nunca he tenido nada en contra de ella. Eso s¨ª, pensaba que era mi amiga, pero me ha demostrado que no lo era tanto".
El hijo del secuestro
En 2003, Clara Rojas se qued¨® embarazada tras una corta relaci¨®n con uno de los guerrilleros que la manten¨ªa secuestrada. En la conversaci¨®n con la revista, la ex prisionera admite que se trat¨® de una relaci¨®n consentida y que no tiene informaci¨®n sobre el padre de su hijo, a quien llam¨® Emmanuel y le fue quitado de sus brazos a los ocho meses (para devolv¨¦rselo a d¨ªas de la liberaci¨®n). "Es algo muy doloroso, de lo que no me gusta hablar, sobre todo por Emmanuel. Es un asunto muy complicado".
A pesar de que ella evita el tema de su embarazo, en el reportaje se entrevista a un ex comandante guerrillero, Mart¨ªn Sombra, capturado el a?o pasado, que asisti¨® el terrible parto en el que naci¨® el ni?o y que cuenta sin inmutarse detalles de la ces¨¢rea que tuvieron que practicarle a Rojas. "Hubo un momento en que tuvimos que decidir. O se mor¨ªa ella o se mor¨ªa la criatura", explica Sombra.
Pero ambos sobrevivieron y hoy el ni?o vive con su madre y su abuela en Ch¨ªa, un pueblo ubicado a unos 40 kil¨®metros de Bogot¨¢. "Cuando me llama mam¨¢ lo hace con un sentido fuerte de propiedad", cuenta Rojas. "Desde el primer d¨ªa que lo vi me llam¨® as¨ª. El otro d¨ªa me dijo: 'Yo no tengo pap¨¢, as¨ª que t¨² eres mi mam¨¢ y mi pap¨¢. Pero yo necesito un padre y t¨² necesitas un marido'. En el fondo, estoy abierta a enamorarme, pero somos un paquetito: yo, mi hijo y mi madre. Y eso implica aceptaci¨®n y renuncia".
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