Siempre incendiada y siempre fiel

En todos los bares de la zona, desde Arenas de San Pedro hasta El Arenal, ¨²ltimo pueblo antes del Puerto del Pico (de casi 1.500 metros de altura, donde el humo de un incendio se expande por todo el valle), los lugare?os s¨®lo hablan del caos general y de la tit¨¢nica labor de los equipos de extinci¨®n. Tambi¨¦n se preguntan qu¨¦ le rondar¨ªa por la cabeza a Don Javier De las Heras, el maestro de Lengua y Literatura del Instituto Juana de Pimentel, para no desalojar su casa cuando el fuego acechaba por todos los frentes.

Javier de las Heras, de 63 a?os y cerca de la jubilaci¨®n, viv¨ªa en Las Majadas, una urbanizaci¨®n dividida entre los t¨¦rminos municipales de Arenas de San Pedro y El Arenal. Por all¨ª se propagaron las llamas la noche del domingo al lunes. El primer foco se produjo el s¨¢bado en el convento de San Pedro Alc¨¢ntara. Desde entonces, y hasta ayer, tres rachas de aire han desplazado los incendios, obligando a los servicios de emergencia a desalojar las zonas donde el peligro era mayor. Dieron prioridad, cuenta un vecino, a ancianos y ni?os. "Pero no s¨¦ qu¨¦ ocurri¨® con Javier..."

"Arenas, siempre incendiada y siempre fiel", expresa con iron¨ªa Faustino, mientras esboza un croquis en el suelo con una rama para explicar a varios periodistas la mutaci¨®n del fuego desde su aparici¨®n, el s¨¢bado. "La Junta [de Castilla y Le¨®n] insiste en plantar pinos en el Bajo Ti¨¦tar, un ¨¢rbol sucio que arde f¨¢cilmente. Aqu¨ª la naturaleza pide robles, casta?os, fresnos, cedros e incluso madro?os", protesta Faustino. "Eso lo dices ahora", responde cari?osamente un amigo suyo.

En El Arenal el humo ha desaparecido, "nada que ver con el lunes, cuando el cielo era gris", dice una voluntaria. "Se nos ha quemado el 60 por cien de la jurisdicci¨®n", a?ade otro de sus compa?eros, quien percibe como una desgracia la calcinaci¨®n de casta?os y cerezas, "nuestra econom¨ªa productiva".

Abandonando este pueblo por la carretera que le une con la Villa de Mombeltr¨¢n, los alrededores son poco m¨¢s que la suma de ceniza con pino prendido. Eugenio, un anciano que fue evacuado ayer y que camina s¨®lo por esta calzada, muestra con el dedo su vivienda, intacta. Estamos en Las Majadas: "Javier viv¨ªa all¨¢ abajo...".