"No hemos recuperado sus restos, pero s¨ª sus nombres"
Finaliza sin ¨¦xito la b¨²squeda de cinco republicanos fusilados en 1936 despu¨¦s de haber sido obligados a cavar su propia fosa
Fue Marisol Gonz¨¢lez, de 73 a?os, la ¨²nica hija viva de los cinco fusilados cuyos restos se buscaban en una fosa en Villanueva de la Vera (C¨¢ceres) quien tom¨® la dif¨ªcil de decisi¨®n de paralizar los trabajos. El equipo de antrop¨®logos forenses y arque¨®logos que el pasado jueves comenz¨® a buscar la fosa quiso que fuera ella quien decidiera parar cuando estuviera convencida de que no se pod¨ªa hacer m¨¢s. Hace unos d¨ªas le explicaron la imposibilidad de encontrar la fosa. Marisol les pidi¨® un ¨²ltimo esfuerzo, pero finalmente, se hizo a la idea de que el cuerpo de su padre ya no estaba all¨ª. Se dirigi¨® al equipo de expertos y les dijo: "Hemos hecho todo lo que hemos podido". ?sta vez no hab¨ªa habido suerte.
La frustraci¨®n ha sido tambi¨¦n muy grande para Lucio Garca Tornero, un investigador que ha dedicado "toda la vida" a intentar averiguar el paradero de los cinco hombres fusilados una madrugada de agosto de 1936 despu¨¦s de haber sido obligados a cavar su propia fosa en Villanueva de la Vera. "No hemos conseguido recuperar sus restos, pero hemos rescatado sus nombres. Sabemos que han estado aqu¨ª, y por eso fue aqu¨ª donde les hicimos un homenaje, arrojando una rosa por cada uno y leyendo unos versos de Miguel Hern¨¢ndez".
La identidad de tres de las cinco v¨ªctimas, sin embargo, sigue siendo un misterio. No tienen familiares vivos y en los pueblos de los que partieron la gente sigue teniendo terror a hablar. "En Madrigal la represi¨®n fue tan grande que la gente todav¨ªa tiene miedo. La gente no se atrev¨ªa a decirle al vecino que hab¨ªan visto c¨®mo y a d¨®nde se llevaban a su padre para matarlo. He hablado con much¨ªsimos hijos de desaparecidos y no saben qu¨¦ fue de los suyos. Ha pasado mucho tiempo, explic¨® Lucio.
El equipo de expertos puesto en marcha por la Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica buscaba en esta fosa al padre de Marisol, Pedro Gonz¨¢lez, que ten¨ªa 22 a?os cuando lo mataron, y a Anastasio Arroyo, que muri¨® asesinado a los 33. Este ¨²ltimo fue alcalde de Talaveruela por el Partido Socialista y por el Frente Popular. Pedro, que no pertenec¨ªa a ning¨²n partido pol¨ªtico, sol¨ªa acompa?arle a los m¨ªtines porque le admiraba. Ambos llegaron a hacerse bastante c¨¦lebres en la comarca. Anastasio pronunciaba los discursos, y Pedro, que cantaba muy bien flamenco, convocaba al p¨²blico con sus canciones.
Un arque¨®logo canadiense
La fosa donde se cree que yac¨ªan enterrados permaneci¨® se?alada durante a?os, hasta hace muy poco, cuando la finca cambi¨® de manos, y los nuevos due?os no respetaron aquel pacto no escrito de no sembrar nunca sobre aquel retal de tierra donde hac¨ªa siete d¨¦cadas se hab¨ªa cometido un terrible crimen. Un testigo, ahora de 82 a?os, llev¨® a los expertos al lugar el pasado jueves, pero el terreno hab¨ªa cambiado, y las pistas, desaparecido. Derek Congram, el arque¨®logo canadiense que ha dirigido los trabajos, sab¨ªa que algo as¨ª pod¨ªa pasar. "A veces tenemos suerte, y los testimonios orales nos llevan al lugar exacto en el que est¨¢ la fosa, y muchas veces, no. En este caso, el testigo ten¨ªa 9 a?os cuando ocurrieron los hechos. Las referencias no son las mismas. Los 10 metros de un ni?o de 9 a?os no son los 10 metros de un hombre de 82", explica.
En este caso, adem¨¢s, las condiciones de la tierra han hecho imposible recuperar los restos. Los huesos habr¨ªan pasado d¨¦cadas inundados en invierno y sometidos a la acidez de un suelo totalmente seco en verano. "Cada a?o que pasa se pierde informaci¨®n y probabilidad", explica Congram, este arque¨®logo canadiense que desde hace tres veranos ayuda a otros a encontrar a sus familiares. Ha participado en exhumaciones en lugares tan distintos como la Ex Yugoslavia, el Congo, Irak o Costa Rica. En aquellos procesos, explica, sol¨ªa tener al Estado detr¨¢s. "En el caso de Espa?a, tengo algo que no tengo en otros pa¨ªses, que es el contacto con las familias. En Kosovo no les conoc¨ªa. Aqu¨ª s¨ª, les tengo al lado, me quedo en sus casas. Y eso lo hace psicol¨®gicamente m¨¢s dif¨ªcil, pero tambi¨¦n muy enriquecedor".
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