En busca de un alcalde del Frente Popular y su ayudante, cantante de flamenco
Arranca en un pueblo de C¨¢ceres la exhumaci¨®n de cinco hombres obligados a cavar su propia fosa en agosto de 1936
Hoy arranca en Villanueva de la Vera (C¨¢ceres), la exhumaci¨®n de la fosa donde se cree yacen enterrados cinco hombres fusilados en el agosto de 1936. La identidad de tres de ellos sigue siendo un misterio. Los otros dos son Anastasio Arroyo Gironda y Pedro Gonz¨¢lez Hern¨¢ndez. Vecinos de la zona han relatado que las cinco v¨ªctimas fueron obligadas a cavar su propia fosa. Este es el relato de los hechos que han podido reconstruir la Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica y la Asociaci¨®n Nuestra Memoria.
Anastasio Arroyo Gironda ten¨ªa 33 a?os el d¨ªa en que fue ejecutado. Hab¨ªa nacido en Talaveruela en 1903. Siendo muy joven emigr¨® a Francia y alrededor de 1922 regres¨® a Madrid. All¨ª trabaj¨® de ch¨®fer en casa del marqu¨¦s de Esquilache, donde conoci¨® a la que ser¨ªa su mujer, Manuela, una asturiana que trabajaba al servicio de la marquesa. Ambos mantuvieron su noviazgo en secreto hasta que los marqueses se trasladaron a Biarritz, en 1926. Ese mismo a?o, Anastasio y Manuela se casaron y se fueron a vivir a La Vera. Anastasio encontr¨® trabajo como secretario del Juzgado de Jarandilla hasta que en 1934 fue elegido alcalde de Talaveruela por el Partido Socialista. En 1936 fue reelegido por el Frente Popular.
Pedro Gonz¨¢lez Hern¨¢ndez muri¨® asesinado a los 22 a?os. Naci¨® en Poyales del Hoyo, en el seno de una familia de jornaleros, y ten¨ªa siete hermanos. Trabajaba de vaquero de reses bravas y su hija Marisol, que ten¨ªa cuatro meses cuando lo mataron, cuenta que su madre confes¨® haberse enamorado de ¨¦l por el porte que ten¨ªa a caballo. Pedro no pertenec¨ªa a ning¨²n partido pol¨ªtico, pero admiraba a Anastasio. Ambos llegaron a hacerse bastante famosos en los m¨ªtines de la comarca. Anastasio pronunciaba los discursos y Pedro, que cantaba muy bien flamenco, se dedicaba a convocar al p¨²blico con sus canciones.
Durante aquellos a?os, coincidieron con el oligarca de Madrigal de la Vera, que ejerc¨ªa de m¨¦dico en Talaveruela y que estaba enfrentado con Anastasio, seg¨²n recuerdan en el pueblo.
En el verano de 1936, mientras las columnas del ej¨¦rcito africano marchaban hacia Madrid, relata la Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica, los caciques, los curas y las cuadrillas de falangistas impusieron el nuevo orden en los pueblos de la comarca. En Talaveruela, el nuevo alcalde, el cura y los falangistas acordaron que all¨ª no habr¨ªa ejecuciones ni paseos. Pero la ma?ana del 18 de agosto de 1936 y en medio de las matanzas que se ven¨ªan practicando en Madrigal y Villanueva dirigidas por m¨¦dicos de ambas localidades apoyados en cuadrillas de matachines, fueron a buscar a Anastasio a Talaveruela. Uno de los falangistas de la localidad los dirigi¨® hasta Anastasio. Despu¨¦s, fueron a por Pedro.
Se los llevaron a Madrigal de la Vera. La asociaci¨®n ha recabado testimonios de vecinos que cuentan que Anastasio estuvo atado a la verja de la ventana de la casa del m¨¦dico hasta la ca¨ªda de la tarde. Despu¨¦s, los subieron a un cami¨®n con otros tres hombres que hab¨ªan sido detenidos y dijeron que se los llevaban a la prisi¨®n de M¨¦rida.
Nunca llegaron al penal. No hab¨ªan alcanzado a¨²n el pueblo siguiente, Villanueva, cuando los falangistas les hicieron bajar del cami¨®n, junto a la fuente de El Pocillo, en el paraje de Aguasfr¨ªas, para adentrarse en el prado, fuera de la carretera. Los hicieron cavar su propia fosa, pero fueron detectados por un grupo de cabreros. Los asesinos les dieron el alto. Uno de los cabreros se escondi¨® en unos matorrales. Otro dio la vuelta con los mulos y al llegar a la primera curva, oyeron los tiros. Los falangistas hab¨ªan matado y enterrado con prisas a sus cinco v¨ªctimas.
Gerardo, que viv¨ªa en un cortijo cercano y hoy tiene 82 a?os, recuerda que a la ma?ana siguiente, cuando iba a llenar un c¨¢ntaro de agua a la fuente como todas las ma?anas, vio un brazo que asomaba de la tierra y corri¨® a avisar a su abuelo.
A?os m¨¢s tarde, en 1979, un testigo, que entonces ten¨ªa 84 a?os, quiso dejar por escrito ante el juzgado de paz de Valverde de la Vera, que sab¨ªa perfectamente que Pedro Gonz¨¢lez Hern¨¢ndez hab¨ªa sido sacado de su casa en la madrugada del 7 al 8 de agosto de 1936, fusilado en el paraje de Aguas fr¨ªas y enterrado en un prado cercano.
Anastasio dej¨® aquella madrugada un hijo de nueve a?os, que ya ha muerto. Pedro ten¨ªa a Marisol, entonces un beb¨¦ de cuatro meses.
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