El marido de Sandra Bullock ingresa en rehabilitaci¨®n

A pesar de que a estas alturas muchos lo dar¨ªan ya todo por perdido, Jesse James parece seguir esperanzado en que su matrimonio con Sandra Bullock se puede salvar. Tras los testimonios de cuatro mujeres que se han autodenominado sus amantes en la prensa estadounidense y el abandono de su mujer, el empresario ha decidido ingresar en una cl¨ªnica de rehabilitaci¨®n, aunque sin dar a conocer cu¨¢l es la adicci¨®n de la que se quiere librar.

"Jesse ha ingresado por su cuenta en una instituci¨®n de tratamiento para lidiar con temas personales", ha declarado el representante del televisivo motero en un comunicado enviado en exclusiva a la revista People. "Se ha dado cuenta de que est¨¢ en un momento crucial para buscar ayuda para s¨ª mismo, su familia y para salvar su matrimonio".

El sitio de famosos TMZ asegura que James, due?o de la firma de motos West Coast Choppers, est¨¢ ingresado en el centro Sierra Tucson, de Arizona, que se especializa en la rehabilitaci¨®n de alcoh¨®licos, drogadictos y adictos al sexo, y que el martes por la noche empez¨® su tratamiento con un especialista.

No habr¨¢ adopci¨®n

Mientras tanto, Bullock, que al enterarse del esc¨¢ndalo cancel¨® su viaje a Europa para el estreno de The Blind Side, la pel¨ªcula por la que acaba de ganar su primer Oscar, y viaj¨® a Austin a casa de su hermana, se encuentra de vuelta en Los ?ngeles, aunque no en la casa que compart¨ªa con James y los hijos de este.

Seg¨²n la edici¨®n brit¨¢nica de la revista Ok!, Bullock se ha mudado a una mansi¨®n que posee en Hollywood Hills, tambi¨¦n en la ciudad californiana, y en la que viv¨ªa antes de casarse con James. La actriz compr¨® la casa por m¨¢s de un mill¨®n de euros en 2001 y poco despu¨¦s se mud¨® a Sunset Beach, donde viv¨ªa con su marido y los tres hijos de este hasta hace dos semanas.

Y, a pesar de que varias publicaciones aseguraron que Bullock estaba en tr¨¢mites de adoptar a sus hijastros, el representante de la actriz ha desmentido que sea as¨ª. De hecho, Chandler, de 15 a?os, Jesse Junior, de 12, y la peque?a Sunny, de s¨®lo seis, siguen viviendo en casa de su padre, quien, antes de buscar tratamiento, pas¨® la mayor parte de las ¨²ltimas dos semanas sumido en la rutina de dejar a sus hijos en el colegio e ir a trabajar a la tienda de West Coast Choppers que posee en Long Beach.