Una bandera republicana en el Arco de la Victoria
Medio centenar de personas se han concentrado en el monumento para pedir la retirada de s¨ªmbolos franquistas.- El encierro simb¨®lico por Garz¨®n acoge una terapia de grupo para v¨ªctimas
Medio centenar de personas se ha concentrado esta tarde frente al Arco de la Victoria de Moncloa, en Madrid, para pedir la retirada de s¨ªmbolos franquistas. Entre restos de un botell¨®n y en presencia de la polic¨ªa han colocado una bandera republicana de unos cinco metros de largo en el monumento que inmortaliza la victoria del bando franquista de la Guerra Civil.
El arco, de 40 metros de altura, se dise?¨® nada m¨¢s terminar el conflicto, pero no se termin¨® hasta 1956. Lleva una placa en la que se lee en lat¨ªn: "A las armas aqu¨ª vencedoras, la mente que vencer¨¢ siempre le dedica este monumento", y en principio formaba parte de un complejo conmemorativo m¨¢s amplio, con un monumento a Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera, que contin¨²a detr¨¢s del arco, y una estatua ecuestre de Franco que finalmente decidi¨® trasladarse al espacio que ocup¨® hasta hace cinco a?os en Nuevos Ministerios. "Cuando se termin¨® de construir el arco, los tiempos hab¨ªan cambiado. Los aliados de Franco hab¨ªan perdido la Segunda Guerra Mundial y el r¨¦gimen, que entonces quer¨ªa acercarse a EE UU prefiri¨® ser m¨¢s discreto. Por eso al terminarse, no se inaugur¨® el arco y la estatua se llev¨® a otro lugar", explica Jes¨²s de Andr¨¦s, profesor de ciencias pol¨ªticas en la UNED experto en s¨ªmbolos del franquismo.
Terapia de grupo
Mientras, el aula de la facultad de Relaciones Laborales de la Complutense donde tiene lugar el encierro voluntario en apoyo del juez Garz¨®n ha acogido hoy una sesi¨®n de terapia de grupo. Familiares de v¨ªctimas del franquismo, como Carmen P¨¢ez, que busca a su abuelo, un guardia de asalto que dej¨® cinco hijos, o Fausto Canales, que lucha para rescatar los restos de su padre del Valle de los Ca¨ªdos, adonde fueron llevados sin su consentimiento, compartieron sus historias.
Todos elevaron la voz, de indignaci¨®n, al recordar el final de su proceso, la paralizaci¨®n de la investigaci¨®n que le reclamaron al juez Garz¨®n. "Me daba confianza, me sent¨ªa arropada por ¨¦l. ?Ahora qui¨¦n nos va ayudar a dignificar el nombre de mi abuelo y el de todos los que lucharon por Espa?a? Todav¨ªa somos malos y rojos? ?Todav¨ªa tenemos que tener miedo?", se preguntaba Carmen P¨¢ez.
Despu¨¦s, un hombre que no dice su nombre toma la palabra: "A mi hermano lo condenaron a muerte, al final se salv¨®. Yo soy un ni?o del auxilio social. Con diez a?os, he hecho trabajos forzados. Quer¨ªa dar las gracias al juez Garz¨®n porque nos ha dado un motivo para unirnos y recordar las tropel¨ªas y penalidades que pasamos. No podemos olvidar v¨ªctimas".
Sin recursos suficientes
La Asociaci¨®n para la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica (ARMH) atiende a los familiares de las v¨ªctimas del franquismo en una oficina en la calle Francisco Madariaga, 30, en Madrid todos los mi¨¦rcoles. El local se lo ha cedido Psic¨®logos sin Fronteras. Est¨¢n desbordados y denuncian que la oficina de atenci¨®n a las v¨ªctimas del franquismo del Ministerio de Justicia ha llegado a remitirles cinco casos.
"La oficina estatal es una ventanilla. All¨ª no les escuchan, ni les dan ayuda psicol¨®gica. Nos remiten casos, cuando nosotros no tenemos ni para pagar Internet", ha declarado Carlos Ag¨¹ero, coordinador del centro de atenci¨®n a las v¨ªctimas de la ARMH, que graba en v¨ªdeo a los familiares. "Sin sus testimonios ser¨¢ imposible exhumar de dentro de diez a?os, o que los hijos de los nietos sepan qu¨¦ pas¨®. Hay pasajes de la historia m¨¢s negra de este pa¨ªs que s¨®lo est¨¢n en la memoria de las v¨ªctimas. Llevamos diez a?os diciendo que esto es urgent¨ªsimo pero nadie nos hace caso", ha a?adido.
En esta oficina, donde han atendido a 103 personas, tambi¨¦n ofrecen ayuda jur¨ªdica sobre las indemnizaciones que pueden solicitar "porque los octogenarios no entienden el lenguaje del BOE", explica Ag¨¹ero. El desamparo en el que se encuentran los familiares ha propiciado la aparici¨®n de empresas que piden dinero a las familias para hacer exhumaciones.
Caso por caso, casa a casa, los voluntarios de la oficina se han entrevistado con familiares de v¨ªctimas, "algunas en situaciones insalubres" y han tropezado con muchos obst¨¢culos en los archivos que guardan las pistas sobre el paradero de los desaparecidos. "El 99% de las parroquias nos han puesto problemas", ha denunciado Ag¨¹ero.
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