Un viejo conocido, que no amigo, de Garz¨®n
El mal car¨¢cter del juez Luciano Varela le granje¨® grandes distanciamientos con algunos de sus colegas y fiscales que recuerdan m¨¢s sus broncas que sus tesis judiciales
Ni Luciano Varela ni Baltasar Garz¨®n hubieran imaginado este momento. No eran amigos pero tampoco enemigos, ni siquiera pol¨ªticamente hablando, aunque sus conocidas posiciones afines al socialismo siguieron por derroteros bien distintos. Pero les separa un abismo en cuanto a la forma de hacer justicia, aunque ambos, desde sus respectivas Audiencias, nunca han pasado desapercibidos.
Si en algo ha destacado siempre Varela es por su marcado sentido de transformar la justicia y precisamente en ese camino ha sido muy critico con Baltasar Garz¨®n, al que calificaba peyorativamente como un "juez estrella". Pero muchos colegas del ex juez de Pontevedra han empleado, precisamente, la misma definici¨®n para criticarle, porque creen que muchas de sus resoluciones ten¨ªan un matiz provocador que tambi¨¦n le convirtieron en un personaje famoso que buscaba notoriedad.
Fue en la Audiencia de Pontevedra donde Luciano Varela desarroll¨® su carrera de magistrado, antes de incorporarse al Tribunal Supremo. El mal car¨¢cter del juez provoc¨® grandes distanciamientos con algunos de sus colegas y fiscales que recuerdan m¨¢s sus broncas que sus tesis judiciales, en ocasiones muy avanzadas para los tribunales m¨¢s reacios a los cambios y que le han acusado de revolucionario. Sin embargo, en el fondo, la mayor¨ªa reconoce la labor de Varela por cambiar los anclajes al pasado de la judicatura por encima de su perfil m¨¢s vehemente.
Varela siempre pens¨® que hab¨ªa que perseguir m¨¢s al pol¨ªtico que al "roba gallinas", al gran delincuente que al peque?o, pero aunque pretendi¨® sentar en el banquillo a alg¨²n alcalde y consejero de la Xunta no tuvo mucho ¨¦xito.
Varela estaba convencido que algunos jueces impon¨ªan un estado policial, como era el caso de Garz¨®n. En 1989, cay¨® en sus manos una carta de un preso que luego se har¨ªa famoso al convertirse en el primer narcotraficante arrepentido. Era Ricardo Portabales que promet¨ªa descubrir a las familias mafiosas de la droga en Galicia. El juez comenz¨® a instruir el caso pero no le concedi¨® la m¨¢s m¨ªnima credibilidad al testimonio de este traficante porque, entre otras cosas, s¨®lo buscaba beneficios penitenciarios, seg¨²n hab¨ªa declarado Varela. Al final se inhibi¨® del asunto y lo remiti¨® a la Audiencia Nacional con el que Garz¨®n subir¨ªa al estrellato removiendo los cimientos del narcotr¨¢fico cuando este negocio se fraguaba impunemente.
Sus amigos defienden la posici¨®n de Varela y recuerdan que "no est¨¢ solo" porque el resto de los magistrados de la Sala tambi¨¦n tienen voz y voto. Est¨¢n convencidos que si Garz¨®n se sienta en el banquillo es porque hay argumentos para hacerlo e insisten que le ha tocado por sorteo ser el instructor del procedimiento. Para los cr¨ªticos es un enfrentamiento entre titanes con af¨¢n de protagonismo.
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