Trabajar libera
A lo mejor, ha llegado el momento de reflexionar sobre otras alternativas posibles para organizar la sociedad del siglo XXI, atrevernos a proclamar el derecho a no trabajar seguir siendo considerados seres humanos valiosos para nuestros semejantes.
"Arbeit macht frei", "el trabajo os har¨¢ libres" lema del campo de concentraci¨®n de Auschwitz; es casi el mismo que sirve de soporte al civilizado Occidente: "el mercado debe ser libre". En esta parte del planeta que se gobierna por la iniciativa individual y la libre concurrencia, todo es venable, el trabajo humano tambi¨¦n y por lo tanto proporcionar¨¢ grados de libertad en el mercado seg¨²n el nivel salarial merecido. Las personas, los ciudadanos hemos desaparecido, somos s¨®lo clientes, los monopsonios y los monopolios son cada vez mayores y han devenido en macro-empresas, que controlan absolutamente no s¨®lo la producci¨®n y distribuci¨®n de riqueza sino tambi¨¦n las necesidades de los consumidores, que ejercen su libertad de elecci¨®n entre un abanico de productos establecido en paralelo a los salarios otorgados.
Se quiere conseguir el pleno empleo cuando las m¨¢quinas pueden hacer casi todo el trabajo humano, el paro que es estructural se percibe, sin embargo, como una ineptitud individual para competir en el mercado laboral, y el tener tiempo para el ocio no se considera un derecho colectivo sino un fracaso personal, casi un vicio insano.
A lo mejor, ha llegado el momento de pararse y reflexionar sobre otras alternativas posibles para organizar la sociedad globalizada del siglo XXI, recuperar la iron¨ªa de los diletantes y atrevernos a proclamar en nuestro fuero interno, y hacerlo efectivo frente a las responsabilidades impuestas, el "derecho a la pereza", el derecho a no trabajar y, as¨ª y todo, seguir siendo considerados seres humanos valiosos para nuestros semejantes.
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