"Nos vamos a vivir con los 'payitos' en comunidad"
La Comunidad de Madrid derriba 29 chabolas de un poblado de Entrev¨ªas y reubica a sus inquilinos en comunidades de vecinos asentadas
Todav¨ªa resbalaba el hielo matinal cuando las m¨¢quinas excavadoras han empezado a levantar tierra y derribar muros en el poblado chabolista de Santa Catalina. Los inquilinos de estas casas, con tejado a base de planchas met¨¢licas, han madrugado hoy para recoger todas sus pertenencias a tiempo. Sab¨ªan que esta noche van a dormir en una nueva casa. Hoy es el d¨ªa del realojo para 13 familias del asentamiento situado en Entrev¨ªas, al sureste de Madrid.
Se quedaban sin chabola pero recib¨ªan las llaves de una casa con luz, agua, calefacci¨®n y sin ratas. "Ahora cuantas m¨¢s tiren, m¨¢s bichos van a salir", auguraba hacia las diez de la ma?ana Roc¨ªo Garc¨ªa Escudero, la Chispas entre los conocidos. Ella, con sus tres hijos y su marido, ten¨ªa todo empaquetado desde el d¨ªa anterior. "Nos vamos a vivir con los payitos en comunidad", exclamaba sonriente. A mediod¨ªa ya estaba firmando los papeles del alquiler, por 60 euros mensuales, de su nueva vivienda en un primer piso de la calle de la V¨ªa en Carabanchel. Tres habitaciones, un ba?o, sal¨®n, cocina y una terraza esquinera conectando todos los habit¨¢culos. Y mucha luz natural. "Pero es muy peque?o, ?mira que sal¨®n! Yo estoy acostumbrado al de mi chabolo, que ten¨ªa 75 metros cuadrados", se quejaba el marido.
La Comunidad de Madrid, a trav¨¦s del Instituto de Realojamiento e Integraci¨®n Social (IRIS), reubica a estas familias desde su fundaci¨®n en 1998 en viviendas que pertenezcan a una comunidad ya establecida. En ¨¢reas de "toda la regi¨®n y una familia por bloque", explica la nota de prensa de emitida por la Comunidad de Madrid. No se les realoja a todos en una misma zona ni edificio para "evitar los guetos", ha explicado un portavoz de la consejer¨ªa de Vivienda. "Se les exige un compromiso de convivencia" para que la integraci¨®n en sociedad sea posible.
Con el fin de evitar las tentaciones de volver, se han derribado las chabolas en las que viv¨ªan. El poblado de Santa Catalina se ha quedado hoy con 29 casas menos. Pero a¨²n queda trabajo para los operarios que desmontaban las infraviviendas vestidos con un mono blanco y mascarillas. El director gerente del IRIS, Javier Ram¨ªrez, prev¨¦ que en "este trimestre" se reinstalen 30 familias m¨¢s y se d¨¦ por terminado el proyecto de desmantelamiento. Hasta hoy, 67 familias se han beneficiado del programa. Todas ellas tienen que cumplir unos determinados requisitos, por ejemplo, estar empadronado en la zona antes de diciembre de 2004. "As¨ª se evita el efecto llamada".
La expectativa de una nueva vida llena de comodidades ilusiona a todos los agraciados. No les han llovido millones pero les ha tocado la loter¨ªa de estrenar casa. De segunda mano, adquiridas en el mercado libre por el IRIS y reacondicionadas para vivir. Las paredes y el suelo est¨¢n impecables. Ahora toca llenarlas de muebles. "Voy a llamar ma?ana para que me pongan radiadores", cuenta Raquel Fern¨¢ndez, de 29 a?os, mirando las habitaciones desde su nuevo pasillo. El alquiler ser¨¢ de poco m¨¢s de 100 euros al mes. Est¨¢ feliz por sus tres hijos, que "tienen broncolitis y problemas respiratorios". Dejar¨¢n de dormir todos en la misma habitaci¨®n despu¨¦s de casi nueve a?os.
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