Una morada para la belleza bajo los adoquines
La Real Academia de Bellas Artes premia al Metro por su contribuci¨®n al Arte desde el subsuelo
El subsuelo de Madrid atesora y ampl¨ªa espacios para el Arte. Tal certeza, aplicada creativamente por la Red Metropolitana Subterr¨¢nea de Madrid desde hace nueve d¨¦cadas en muchas de sus 283 estaciones, fue anoche reconocida y premiada por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, que otorg¨® a la red ferroviaria madrile?a su codiciada Medalla de Honor. Con tal divisa, la veterana instituci¨®n garante desde el siglo XVIII del Arte y a Cultura distingue el esfuerzo continuado por humanizar la vida cotidiana de los madrile?os mediante la apertura de escenarios paralelos a las redes ferroviarias dedicados a fines art¨ªsticos en los espacios subterr¨¢neos, tarea acometida por sucesivos responsables de la red del metro.
A este esfuerzo por llevar el impulso de la belleza hasta los espacios m¨¢s hondos de la ciudad se refirieron el arquitecto Antonio Fern¨¢ndez Alba y el ingeniero Javier Manterola, buenos conocedores de la materia por haber colaborado ambos, recientemente, en la atrevida marquesina acristalada que conduce a las entra?as de Madrid desde el centro de la Puerta del Sol. Fern¨¢ndez Alba habl¨® de una "po¨¦tica del subsuelo" y Manterola glos¨® las resistencias tit¨¢nicas a vencer en la lucha por penetrar las profundidades. Los dos subrayaron la potente imbricaci¨°n de tecnolog¨ªa y est¨¦tica que esmalta buena parte de las instalaciones del Metro en la ciudad.
Ya en sus albores la Compa?¨ªa Metropolitana, en cuyo origen se sit¨²a la iniciativa de su primer accionista el rey Alfonso XIII, inici¨® su periplo por el mundo art¨ªstico mediante la encomienda del trazado de algunas de sus mejores estaciones, como la de Sol, al impar arquitecto Antonio Palacios Remilo. A¨²n cabe contemplar y admirar sus dise?os para la ornamentaci¨®n de algunas estaciones, como las verjas de Noviciado, y los m¨¢s veteranos del lugar recuerdan el extraordinario templete ideado por el arquitecto gallego para alojar el ascensor en la estaci¨®n de la Red de San Luis, hoy trasladado y reedificado pieza a pieza en la villa gallega de Porri?o.
Todas estas evocaciones flotaron anoche en la atm¨®sfera del gran sal¨®n barroco de la Academia, en la calle de Alcal¨¢, 15 repleto de asistentes, donde fueron recibidos por su anfitri¨®n, el director de la instituci¨®n real, Antonio Bonet Correa y por un elenco de acad¨¦micos, entre los que figuraban el pintor Manuel Alcorlo, el urbanista Fernando Ter¨¢n, el arquitecto Miguel Oriol y el m¨²sico Ismael Fern¨¢ndez de la Cuesta, entre otros, y en donde no faltaron los sones de una apasionada improvisaci¨®n al ¨®rgano de su antiguo director, Gonz¨¢lez de Amez¨²a, que rubric¨® el acto.
En la velada parecieron volver a ponerse en valor las veteranas e innovadas estaciones adaptadas para exposiciones fotogr¨¢ficas, pict¨®ricas o arqueol¨®gicas, como la pionera de Retiro; la recuperaci¨®n de la estaci¨®n "fantasma" de Chamber¨ª; los paramentos revestidos de laboriosos mosaicos y paneles, como Nuevos Ministerios; adem¨¢s de sendas musealizaciones de las ruinas arqueol¨®gicas del Buen Suceso, en Sol y las fuentes de los Ca?os del Peral, en la plaza de la ?pera; o bien la excelsa Nave de Motores de Pac¨ªfico, verdadera alhaja de la arqueolog¨ªa industrial madrile?a, que suministr¨® electricidad alternativa a los tendidos de las l¨ªneas f¨¦rreas subterr¨¢neas, hoy suman 293 kil¨®metros, que horadan la ciudad y que afloran en 283 estaciones.
Por ellas transita, cada d¨ªa, una parte sustanciosa de la vida de 1.300.000 usuarios, que han convertido sus l¨ªneas no s¨®lo en lugares de encuentro sino tambi¨¦n, en un inmenso sal¨®n de lectura -sobre todo femenina-, como record¨® Juan Bravo, presidente de Metro de Madrid. Jos¨¦ Ignacio Echeverr¨ªa, Consejero de Transportes e Infraestructuras, recibi¨® la medalla y subray¨® que "el Metro, en Madrid, ha sabido recoger el esp¨ªritu de cada ¨¦poca". La medalla de Honor de la Real Academia de San Fernando, que concede anualmente desde 1943, ha sido otorgada en anteriores ediciones a instituciones como las Fundaciones Juan March y Thyssen-Bornemisza y a la Sociedad Filarm¨®nica de Bilbao, entre otras entidades.
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