Abre al p¨²blico el pazo de Meir¨¢s con pocos curiosos y muchos periodistas
Primera jornada de visitas gratuitas al monumento tras casi cuatro a?os de batalla legal con la familia del caudillo
Un nost¨¢lgico del r¨¦gimen franquista y el alcalde de Sada (A Coru?a), el nacionalista Abel L¨®pez, estaban entre los primeros ciudadanos que se adentraron esta ma?ana en el Pazo de Meir¨¢s, la propiedad regalada por cuenta y en nombre del pueblo al dictador en plena Guerra Civil. La primera jornada de visitas gratuitas al monumento, que los herederos de Franco deber¨¢n abrir cada viernes, congreg¨® a m¨¢s periodistas que a curiosos.
Los visitantes han podido recorrer el que fue santuario de la escritora Emilia Pardo Baz¨¢n y luego escenario estival de las casi cuatro d¨¦cadas de la dictadura. No obstante, y pese a que la Xunta sostiene que ya no hay plaza hasta julio para apuntarse a estas visitas guiadas, solo se han organizado dos turnos para las personas que se han acercado al emblem¨¢tico pazo por curiosidad.
Tras casi cuatro a?os de batalla legal que a¨²n no termin¨®, la familia del caudillo, encabezada por su ¨²nica hija, Carmen, cedieron finalmente ante la Xunta para cumplir con su obligaci¨®n legal de abrir al p¨²blico cuatro d¨ªas al mes un inmueble de finales del siglo XIX que cuenta con la mayor protecci¨®n patrimonial. "Muy bonito, sobre todo por fuera pero dentro hay tantas cabezas de ciervo colgadas en las paredes que resulta demasiado trist¨®n", comentaba una pareja de jubilados que veranean en Sada, el municipio costero en el que est¨¢ enclavado el singular castillo de tres torres.
Cada viernes habr¨¢ cuatro turnos de visitas, con un recorrido de una hora por el exterior del inmueble dise?ado bajo las directrices de la condesa Pardo Baz¨¢n. En virtud del acuerdo alcanzado entre la Xunta, se puede ver tambi¨¦n algunas dependencias del interior, como la capilla o la biblioteca y el despacho del dictador.
La visita guiada, con un gui¨®n de la familia Franco sobre la historia parcial y sesgada de las Torres de Meir¨¢s, comienza en la capilla construida por la autora de Los Pazos de Ulloa. El olor a humedad es fuerte y el gu¨ªa contratado por la empresa privada de seguridad que paga la Xunta los d¨ªas de apertura al p¨²blico se encarga de recordar que, desde la muerte del caudillo, sus herederos s¨®lo acuden en verano "por lo que cubren con s¨¢banas" todo el mobiliario. El interior es sombr¨ªo y resultan incluso escalofriantes las decenas de cabezas de ciervos y otras piezas de caza, o incluso la de un toro, que decoran las paredes del vest¨ªbulo principal y varias de las estancias, como la sala de estar o la sala de fiestas. Lo m¨¢s espeluznante es un lateral a las escaleras principales del pazo, presididas por una vidriera que representa el escudo de la condesa: est¨¢ absolutamente repleto de peque?os cr¨¢neos de un animal con cuernos. "Son los trofeos de caza de los nietos de la familia Franco", explica el gu¨ªa. En el despacho y la biblioteca del dictador, tambi¨¦n muy oscuros, hay m¨²ltiples libros "sobre r¨¦gimenes, de ciencias y de historia". No falta una vieja bandera descolorida con el escudo del yugo y las flechas previo a la democracia y escudos varios de la familia Franco.
No se puede acceder a la torre m¨¢s alta, denominada la Quimera y que era el santuario literario de Pardo Baz¨¢n. Qued¨® destruido por el enigm¨¢tico incendio nocturno que destroz¨® parte del pazo unos d¨ªas antes de aprobarse la Constituci¨®n espa?ola de 1978. Los ciudadanos tampoco pueden ver el comedor "porque fue reconstruido con una est¨¦tica que rompe la visita del pazo".
Lo que s¨ª se da es todo lujo de detalles sobre los cuadros de Franco, su esposa y su hija, siempre representados en a?os m¨¢s mozos, e incluso se destaca la pintura que representa un florero de tonos oscuros pintado supuestamente por el dictador. En los jardines, con vistas al pueblo de Sada y su r¨ªa, hay todo tipo de escudos de piedra, fuentes, cruceros y otros elementos patrimoniales que los Franco hicieron traer para decorar su propiedad desde toda Galicia.
En la ¨¦poca de la condesa se alojaron en el pazo el rey Alfonso XIII y Unamuno. Durante la dictadura, Franco, que pasaba en Meir¨¢s todos los meses de agosto, celebr¨® dos consejos de ministros en la d¨¦cada de los 60. Ayer por la ma?ana, la asociaci¨®n coru?esa por la Recuperaci¨®n de la Memoria Hist¨®rica reparti¨® a la escasa docena de ciudadanos que entraron en los primeros turnos de visita un folleto explicativo sobre "el robo del pazo" y la historia de c¨®mo se forz¨® en 1937 a cientos de ciudadanos e incluso a todos los ayuntamientos de la provincia de A Coru?a a pagar esa propiedad para regalar a Franco en su condici¨®n, pese a ser a¨²n Guerra Civil, de "jefe de Estado, caudillo de Espa?a".
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