Cuando 8.000 euros no son suficientes

La tentaci¨®n de cuadrar con cargo al presupuesto europeo lo que sus eurose?or¨ªas consideraban insuficiente retribuci¨®n salarial (la misma para Bruselas que la recibida por los diputados en los Parlamentos nacionales, con enormes diferencias entre pa¨ªses) dio lugar en 2009 a una reforma del Estatuto del Eurodiputado dirigida a poner coto a trapacer¨ªas contables del todo tipo.

Hasta la actual legislatura, un eurodiputado pod¨ªa viajar en clase turista y reclamar el abono de un billete de primera clase, cantidad que le era reembolsada sin rechistar. Tambi¨¦n pod¨ªa hacer de su capa un sayo con respecto a los gastos de secretar¨ªa o de mantenimiento de una oficina en su pa¨ªs de origen, para los que hab¨ªa asignados miles de euros que no requer¨ªan justificaci¨®n del gasto incurrido.

Para acabar con las diferencias salariales relacionadas con el pa¨ªs de procedencia, el Estatuto del Eurodiputado fija ahora un sueldo, sea del pa¨ªs que sea el parlamentario, de 7.956,87 euros mensuales antes de impuestos para este 2011, que pueden quedar en unos 6.200 netos; y 304 euros diarios en dietas por cada d¨ªa de sesi¨®n. Esta ¨²ltima cantidad se ve penalizada en caso de ausencia a la hora de la votaci¨®n.

Adem¨¢s sus eurose?or¨ªas tienen derecho al pleno reembolso del billete del avi¨®n (o del tren o kilometraje) que realmente hayan utilizado, lo que deben acreditar. Ambas innovaciones constituyeron el n¨²cleo de la gran reforma que entr¨® en vigor tras las elecciones europeas de junio de 2009.

Disponen tambi¨¦n sus eurose?or¨ªas de 4.299 euros mensuales para gastos corrientes de oficina (alquiler del local, tel¨¦fonos, inform¨¢tica, relaciones p¨²blica...) que son auditados aleatoriamente por los servicios del Parlamento Europeo, seg¨²n fuentes de la Euroc¨¢mara, lo que en un caso extremo llev¨® a la c¨¢rcel a un eurodiputado brit¨¢nico por abuso flagrante y desv¨ªo de fondos.

Eclipsan a todas esas cantidades los casi 20.000 euros atribuidos mensualmente a cada eurodiputado para gastos de personal de oficina. Una tentaci¨®n demasiado fuerte para no ceder a ella con gusto hasta 2009, cuando sus eurose?or¨ªas contrataban libremente a amantes, c¨®nyuges o familiares en nombre del necesario esfuerzo para defender la causa europea.

Ahora, los parlamentarios pueden seguir contratando a quienes deseen, pero esas personas reciben un salario liquidado por el Parlamento en funci¨®n de una capacidad y un curr¨ªculo que autom¨¢ticamente les atribuye una categor¨ªa salarial. El privilegio del eurodiputado queda reducido a contratar tantos colaboradores como desee hasta alcanzar el l¨ªmite de los 19.709 euros asignados.