Mama Wata se llev¨® los diamantes de Sierra Leona
Un documental, que esta tarde se estrena en Madrid, en la Filmoteca Nacional, retrata la vida diaria del pa¨ªs m¨¢s pobre del mundo
Transgredir los t¨®picos de la pobreza sin hacer de la miseria su protagonista se antoja tarea dif¨ªcil en el pa¨ªs que Naciones Unidas clasifica como el menos desarrollado del mundo. Pero se convierte en una empresa tit¨¢nica si adem¨¢s se huye de edulcorarla con esperanzas imposibles que solo sirven para tranquilizar conciencias. A punto de cumplirse el 50 aniversario de la independencia de Sierra Leona -27 de abril de 1961-, Los hijos de Mama Wata (Making DOC Producciones, 2010), que hoy se estrena a las diez de la noche en Madrid, en la sede de la Filmoteca Nacional, retrata la historia de supervivencia, superaci¨®n, uni¨®n y dignidad de un pueblo que lucha por superar las secuelas de la guerra de los diamantes.
Mama Wata es la diosa del mar. Es una diosa universal. Yemany¨¢, en Am¨¦rica Latina, la virgen del Carmen, en Espa?a. Los marineros se encomiendan a ella para pedir protecci¨®n. Y los habitantes del pueblo pesquero de Goderich, a las afueras de Freetown, la capital de Sierra Leona, le rezan para que no les falte el pescado. Da igual que sean musulmanes, cristianos baptistas o evangelistas, porque en Goderich, que significa "el lugar que alcanz¨® Dios", todas las religiones conviven en paz. Pero es Mama Wata, seg¨²n la creencia ancestral, la que pone en marcha el motor de su comunidad.
"Los hombres salen a pescar, sus mujeres prepararan el pescado y lo venden y otras mujeres cuidan de los hijos de quienes trabajan", explica Juan Antonio Moreno, codirector junto a Silvia Venegas del documental. Esos hombres y mujeres tienen nombre y rostro en Los hijos de Mama Wata. Idrissa es pescador y cada d¨ªa sale a faenar con el cayuco que hered¨® de su padre, Alfred Baion, de 69 a?os, una excepci¨®n en un pa¨ªs donde la esperanza media de vida no supera los 42. Como David contra Goliat, Idrissa se enfrenta a los barcos de arrastre coreanos, espa?oles y africanos que pescan ilegalmente en la costa de Sierra Leona, incapaz de defender sus aguas territoriales. Si Idrissa no sale a pescar, Memuna, madre de 10 hijos, no puede comprar pescado, ni cocinarlo ni venderlo. Y Saffie no ser¨ªa necesaria para cuidar a los hijos de ninguno de ellos.
Hay sitio para todos en Goderich. Para los estudiantes como Suphie, que sue?a con un futuro mejor e invierte lo que gana dando clases a los pescadores analfabetos en comprar libros. Y para los que no tienen nada, porque la comunidad "recoge a la gente que se encuentra en la calle, los alimenta de manera solidaria a cambio de que esa persona se encargue de los ni?os o de tareas como preparar la comida", a?ade Venegas. Coincide con ella el director de fotograf¨ªa, Alberto Gonz¨¢lez Casal: "Recuerdo la imagen de Idrissa un d¨ªa que comimos con ¨¦l. Sobr¨® comida, la guard¨®. Lleg¨® al patio, les dio a todos los ni?os; a sus hijos, los ¨²ltimos, y el ¨²ltimo pedacito que sobraba fue para ¨¦l".
Por eso, seg¨²n los directores del documental, lo fundamental de Los hijos de Mama Wata, que participa este a?o en festivales en Serbia y Etiop¨ªa, es el testimonio de sus protagonistas. "Nuestra primera idea era rodar un documental informativo" con pol¨ªticos, dirigentes y responsables de organismos internacionales de Sierra Leona, explica Venegas. Pero los representes institucionales estaban fuera de la realidad y "hablaban de coco ecol¨®gico y biocombustible de aceite de palma cuando ni siquiera estaban produciendo arroz, que es lo que consume la poblaci¨®n", critica Venegas. "Lo que ten¨ªan que decir los habitantes de Goderich era mucho m¨¢s importante que lo que hab¨ªamos grabado con los representantes institucionales", admite con cierta satisfacci¨®n.
?Y por qu¨¦ Goderich? El pueblo pesquero de las afueras de Freetown "es muy representativo de lo que ocurri¨® en Sierra Leona despu¨¦s de la guerra de los diamantes, cuando el Frente Revolucionario Unido empuj¨® a la poblaci¨®n hacia la costa, para quedarse con el interior y con sus riquezas", estima Juan Antonio Moreno.
Sin embargo, algo m¨¢s que una creencia ancestral une Mama Wata, Sierra Leona y Goderich. "Mama Wata para nosotros es una met¨¢fora de lo que ocurri¨® en Sierra Leona", asegura Silvia Venegas, que cuenta la leyenda de la diosa del mar: "Due?a de las riquezas, accedi¨® a casarse con el dios guerrero siempre y cuando no la da?ara. Pero un d¨ªa, borracho, la golpe¨® y Yemany¨¢ empez¨® a llorar y se convirti¨® en un r¨ªo, que se llev¨® todas las riquezas, que llegaron al mar". La guerra de los diamantes golpe¨® Sierra Leona y rob¨® sus riquezas. Ahora, el mar, es el ¨²nico lugar donde el pueblo puede sobrevivir y recuperar parte de lo perdido.
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