Gallard¨®n promete reciclar Madrid
El alcalde cambiar¨¢ el plan de urbanismo, facilitar¨¢ la rehabilitaci¨®n de viviendas y remozar¨¢ las zonas m¨¢s degradadas de la capital
Encaramado a la planta 42 de una de las mastod¨®nticas torres levantadas sobre la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n prometi¨® esta ma?ana con solemnidad que no consentir¨¢ que se construyan grandes estructuras que "fracturen" la ciudad, "con independencia de la actividad que generen", o que alteren el paisaje.
El candidato del Partido Popular quiere que la capital pueda tutear a Londres y Par¨ªs, pero sin los puntos flacos de Londres y Par¨ªs, en esencia, sin guetos sociales ni una compartimentaci¨®n de uso (un barrio para vivir, otro distinto para comprar, otro para actividades de ocio, etc¨¦tera).
Para alcanzar estos objetivos, cuenta con la herramienta "m¨¢s importante" (y, ojo, "la que puede llevar a los errores m¨¢s irreversibles"), la "hoja de ruta" de una ciudad, el diagn¨®stico de lo que es y sufre, y el pron¨®stico de lo que alg¨²n d¨ªa ser¨¢: un nuevo plan general de ordenaci¨®n urban¨ªstica (el anterior PGOU es de 1997) que "marque el camino y sobre todo el destino" de la ciudad.
Ser la capital de Espa?a no implica s¨®lo que las instituciones del Estado "habiten nuestro suelo", dijo, sino "ejercer un liderazgo econ¨®mico, cultural o social" para el resto del pa¨ªs. Madrid -el gran Madrid, la ciudad y su ¨¢rea metropolitana- es "ejemplo en lo bueno y en lo malo", seg¨²n Gallard¨®n, que parec¨ªa casi tan consciente en su discurso de los peligros como de las oportunidades.
Por ello, convoc¨® la ayuda del Gobierno (al que antes se hab¨ªa arreado por no "comprender el potencial de Madrid", pero del que necesita ayuda, por ejemplo, para levantar aparcamientos disuasorios o plataformas para el transporte p¨²blico en las autov¨ªas); de la Comunidad ("somos el origen de nuestra regi¨®n y su motivo", "condicionamos y somos condicionados", "somos determinantes", le recordo a su presidenta, Esperanza Aguirre); de la oposici¨®n (de la que se lamentan las cr¨ªticas a la "ambici¨®n" del PP, y que s¨®lo est¨¦ pendiente de redistribuir la riqueza en lugar de de crearla); pero sobre todo de las empresas y de los vecinos.
Gallard¨®n quiere que sea el PGOU m¨¢s "participativo de la historia", implicando a la sociedad mediante "mecanismos institucionales de coordinaci¨®n". Y, junto a tan bellas intenciones, ha puesto sobre la mesa ya algunas propuestas concretas que ata?en a unos y otros.
Grandes obras, pocas, sobre todo la reordenaci¨®n de la Plaza de Espa?a para que ejerza como pasillo ciudadano entre la Gran V¨ªa y Madrid R¨ªo. La clave de b¨®veda en los planes del alcalde es el reciclaje de espacios y usos (cambiar la ciudad a partir de la ordenaci¨®n de lo que se puede hacer con cada pedazo de ella) y la rehabilitaci¨®n.
Siguiendo la senda que ya transit¨® el Gobierno central ante el hundimiento de la construcci¨®n (y su efecto devastador sobre el empleo), el alcalde "convoca" al sector del ladrillo a remozar la ciudad de arriba a abajo, un esfuerzo que durar¨¢ "m¨¢s de una legislatura" y en la que los vecinos tienen, de nuevo, un papel clave.
Para ellos, Gallard¨®n crea las Agencias de Rehabilitaci¨®n, que no s¨®lo informar¨¢n sino tambi¨¦n tramitar¨¢n, gestionar¨¢n e incluso ejectur¨¢n las iniciativas propuestas para las comunidades de propietarios.
Adem¨¢s, lo incentivar¨¢ con ayudas de hasta 10.000 euros por vivienda para reformas con primen la eficiencia energ¨¦tica. En total, el PP calcula que unas 7.000 viviendas podr¨ªan beneficiarse en mayor o menor medida de fondos municipales.
En resumen, tras una primera legislatura de "modernizaci¨®n de infraestructuras para la movilidad", y una segunda de "grandes operaciones de transformaci¨®n urbana", ahora, con las arcas temblequeantes, Gallard¨®n propone "operar de forma mucho m¨¢s dispersa", a modo de guerrilla, "desarrollando intervenciones de reciclaje y regeneraci¨®n".
Mir¨¢ndose en el espejo de Barcelona, que Madrid, adem¨¢s de ser guapa, est¨¦ guapa. Para, entre otras cosas, arrebatarle a la ciudad catalana una de sus vocaciones gen¨¦ticas: ser capital del Mediterr¨¢neo. Adem¨¢s de v¨ªnculo entre Europa y Am¨¦rica, Gallard¨®n quiere sacarle partido econ¨®mico a una revuelta pol¨ªtica en el norte de ?frica que, seg¨²n sus palabras, pronto tendr¨¢ reflejo econ¨®mico.
As¨ª es, para el PP, el Madrid del futuro.
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