"No nos vamos ni nos callamos. Seguimos haciendo ruido"
Unos 300 indignados inician, una vez desmantelado Sol, una protesta espont¨¢nea por el centro de Madrid
A medianoche, tras el grito mudo y la cacerolada que, de forma simb¨®lica, finiquit¨® un mes de acampada en Sol -aunque algunos indignados han decidido permanecer en la plaza, a t¨ªtulo personal-, cerca de tres centenares de personas decidieron mantener viva la protesta y se dirigieron a la plaza de Callao. La riada humana irrumpi¨® en la Gran V¨ªa y durante m¨¢s de una hora logr¨® cortar la circulaci¨®n en ambos sentidos. Encabezados por una pancarta con el lema "Stop Represi¨®n. Libertad de expresi¨®n", se dirigieron hacia la plaza de la Cibeles, donde realizaron una sentada silenciosa.
Con gritos de "eso, eso, nos vamos al Congreso", se desplazaron hacia el edificio de las Cortes. Un fuerte cord¨®n policial les cort¨® el paso y evit¨® que los indignados pudieran pasar de la plaza de Neptuno hacia la carrera de San Jer¨®nimo. Ah¨ª, en la confluencia de las dos calles, realizaron de nuevo otra sentada. Con los brazos levantados y las manos en la nuca, los indignados continuaron la protesta con proclamas como "ellos son los culpables" y una pancarta con un mensaje claro: "Hoy levantamos la acampada. Nos nos vamos ni nos callamos. Seguimos haciendo ruido".
Durante las 12 horas anteriores, unos 200 indignados han celebrado el ¨²ltimo d¨ªa de la acampada desmontando el que durante casi un mes ha sido el principal centro de operaciones del 15-M.
A las doce de la ma?ana, solo una hora despu¨¦s de que comenzara la limpieza, el intercambiador de transportes de Sol volv¨ªa a dejar entrar la luz a la estaci¨®n. Unas 40 personas limpiaban con algodones, estropajos, agua y jab¨®n los cristales del tragabolas, como tambi¨¦n es conocido, una vez retiradas las cientas de pancartas. En el resto del campamento el ambiente era de trabajo, tranquilo pero sin pausa, y las comisiones se dedicaban a desmantelar sus respectivos puestos.
Varios camiones del Servicio Especial de Limpieza Urgente (Selur) y de Medio Ambiente del Ayuntamiento permanec¨ªan estacionados frente a la Casa de Correos, remolcando cubas para arrojar las estructuras que han mantenido en pie el campamento. Un portavoz de Comunicaci¨®n de la acampada confirmaba que "hay muchas cosas que se est¨¢n enviando a reciclar" y que otras se llevar¨¢n a centros sociales, aunque los objetos que pertenecen a las comisiones ser¨¢n los propios grupos los que decidir¨¢n qu¨¦ hacen con ellos.
Una de las partes m¨¢s complicadas de desmantelar era la biblioteca. En estas tres semanas la organizaci¨®n asegura que han logrado reunir, siempre a trav¨¦s de donaciones, unos 4.000 vol¨²menes. Los libros fueron de las primeras cosas que salieron del campamento, y ayer ya no hab¨ªa ni rastro de ellos. Solo quedaban los poemas y escritos an¨®nimos de la gente que quiso dejarlos en la acampada, y que se leyeron ayer por la ma?ana a la entrada de la calle del Carmen.
Seg¨²n un portavoz de la biblioteca, los libros "est¨¢n almacenados en un teatro de Lavapi¨¦s y en un centro social de la zona". Es un almacenamiento temporal, pero los organizadores quisieron dejar claro ayer que "Bibliosol sigue", y que ahora mismo est¨¢n "barajando varios sitios" que les han ofrecido para poner la biblioteca a cubierto.
A lo largo del d¨ªa, las sedes habituales de las comisiones fueron desapareciendo por la Operaci¨®n Patena y, con ellos, las lonas que los cobijaban y las maderas que serv¨ªan de improvisados mostradores. Algunas pancartas fueron archivadas por la Comisi¨®n de Documentaci¨®n junto a un quiosco de la plaza, y las cajas de papeles acumulados durante estos d¨ªas se almacenaban en cajas en la zona cercana a la calle de Carretas. Mientras, otros se jugaban la vida subidos al enorme andamio que hay frente a la sede de la Comunidad para descolgar cada pancarta que se colg¨®, hasta dejar a la vista el cuerpo completo de Paz Vega. En la valla que rodea el edificio de T¨ªo Pepe, tampoco quedaban ya restos de las miles de proclamas que los seguidores del Movimiento 15-M hab¨ªan ido dejando.
Sin embargo, en la zona de la plaza entre las dos fuentes, el ambiente no era de desmontaje sino de construcci¨®n. Unas 20 personas daban forma al que ser¨¢ el punto de informaci¨®n que los indignados dejar¨¢n en la plaza. El aspecto ayer por la tarde era el de una b¨®veda de pal¨¦s de madera de unos ocho metros de largo al que podr¨ªan a?adirse unas estructuras con forma de prisma de m¨¢s de tres metros de alto. En las cintas que rodeaban el esqueleto del futuro punto de referencia de los indignados se pod¨ªa leer: "La plataforma de la construcci¨®n".
La hora de la comida reuni¨® al menos a un centenar de personas bajo las lonas que cobijan las asambleas generales, en la zona cercana a la estatua del Oso y el Madro?o. Mientras los de alimentaci¨®n cocinaban calabacines para una paella de verduras en un perol, unas chicas recog¨ªan entre los transe¨²ntes sue?os -que escrib¨ªan en un papel y met¨ªan en una caja de "sue?os para la revoluci¨®n" -y sonrisas -capturadas por las c¨¢maras de los miembros de la Comisi¨®n de Audiovisuales-. Luego se repartieron abrazos con sabor a despedida a pesar de que durante el d¨ªa no pararon de repetir que "esto es solo el principio" y en las camisetas se le¨ªa la palabra "mudanza".
El momento m¨¢s distendido del d¨ªa lleg¨® con el bochorno de la sobremesa, que congreg¨® a unos 15 j¨®venes en una de las fuentes en torno a las tres de la tarde, cuando decidieron meterse en el agua a darse un ba?o. Mientras arrojaban agua para refrescar a los que los observaban desde fuera gritaban: "?No nos mires, m¨®jate!" y "Este es el spa de la revoluci¨®n". A los pocos minutos, desde la megafon¨ªa se pidi¨® calma a los que se refrescaban. "Por favor, compa?eros, salid de la fuente", dec¨ªan desde la carpa principal. En la zona de las asambleas, las guitarras por rumbas improvisadas y tres perros en un carrito de beb¨¦ pusieron la nota de color a la tarde.
A las cinco lleg¨® la hora de la asamblea general precedida de un divertido n¨²mero en el que los propios asamblearios ense?aban con una coreograf¨ªa los gestos de aprobaci¨®n, rechazo, aportaci¨®n de matices y "te est¨¢s alargando". A esto sigui¨® una parodia de las anteriores asambleas celebradas a diario durante estas tres semanas, en la que se reflejaba la dificultad de llegar a la unanimidad y la diversidad y minuciosidad de las propuestas -que, a veces, hac¨ªan que la asamblea pasara de las cuatro horas de duraci¨®n-.
En la asamblea, se hizo balance de los logros de cada una de las comisiones bajo un cartel que rezaba: "Nos vemos en los barrios". A los logros del Movimiento 15-M se sum¨® una mala noticia: la desaparici¨®n desde hace 10 d¨ªas de una chica que pertenec¨ªa a la Comisi¨®n de Respeto, Lara Delcura. Sus amigos dicen que la ¨²ltima vez que la vieron "iba con un chico extra?o" y han denunciado la desaparici¨®n. Ayer, los padres de la chica acudieron a la asamblea general para reclamar informaci¨®n sobre el paradero de su hija. Luego, los barrios expusieron sus reclamaciones y propuestas, marcadas por el car¨¢cter local.
Tras las asambleas, continu¨® el desmantelamiento de la acampada, pero solo por parte de la organizaci¨®n. Un grupo de indignados no se movieron de sus tiendas y, desde primera hora de la ma?ana, declararon que no ten¨ªan intenci¨®n de marcharse porque la asamblea que hab¨ªa tomado la decisi¨®n de levantar el campamento no les representaba. En la zona m¨¢s cercana a la sede de la Comunidad, permanec¨ªan una treintena de tiendas de campa?a cuyos due?os no hab¨ªan participado en la limpieza de la plaza y ni siquiera se hab¨ªan movido para colaborar.
El fin de fiesta, aunque no era una despedida -se ver¨¢n el pr¨®ximo domingo para celebrar una nueva asamblea en Sol y organizar la posterior marcha hacia el Congreso de los Diputados-, s¨ª que tuvo matices de que con esto se termina algo. El grito mudo, que ya fue el gesto elegido para comenzar la jornada de reflexi¨®n previa a las elecciones y protestar contra la carga policial y desalojo de la plaza de Catalu?a, cerr¨® tres semanas de protesta en el kil¨®metro cero cuando el reloj de la Puerta del Sol dio las doce de la noche. Despu¨¦s, una cacerolada llen¨® de ruido m¨¢s festivo que reivindicativo la plaza y la concentraci¨®n se fue disipando.
Algunos durmieron en sus camas despu¨¦s de 24 d¨ªas haciendo de la calle su hogar, y en Sol quedaron los que no acataron las decisiones de la asamblea y dos carteles. Uno de ellos reposaba entre dos cabinas de tel¨¦fonos con el lema "No nos vamos, nos mudamos a tu conciencia". El otro, sobre las patas del caballo de la estatua de Carlos III, sonaba m¨¢s a continuidad y a desaf¨ªo: "Sabemos el camino de vuelta".
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