Una boda de rockera para Kate Moss
La pol¨¦mica supermodelo se casa con el m¨²sico James Hince
En un mundo con valores m¨¢s vol¨¢tiles y cambiantes que nunca, la tradici¨®n ha ganado a la modernidad por goleada en el territorio de las bodas del siglo: donde haya pr¨ªncipes y sangre azul, que se quiten modelos y rockeros. La supermodelo y superpol¨¦mica Kate Moss se ha casado con el m¨²sico Jamie Hince. Pero ni el glamour de los novios ni la fama de algunos de sus 300 invitados han podido competir con la verdadera boda del siglo de este fin de semana -la de Alberto de M¨®naco con una mujer, la nadadora ol¨ªmpica surafricana Charlene Wittstock- y menos a¨²n han podido competir con la otra Kate: las televisiones brit¨¢nicas ignoraron durante toda la tarde de la boda de Kate Moss mientras ofrec¨ªan constantes im¨¢genes en directo del viaje de Guillermo y Kate, duques de Cambridge, a Canad¨¢.
No es que a la Moss le importe mucho esa competencia, aunque le ha obligado a adelantar al viernes 1 de julio una ceremonia que parec¨ªa planeada para el s¨¢bado 2. Pero hoy ha hecho un hermoso d¨ªa de sol en Southtrop, uno de esos para¨ªsos de la Inglaterra rural en los que el Partido Conservador se mueve como pez en el agua de la alta clase media, realzando la hermosura de la peque?a iglesia normanda en la que se celebr¨® la ceremonia ante un pu?ado de ¨ªntimos.
No ha sido una boda principesca, pero si un acontecimiento lo bastante importante como para que el ayuntamiento local cortara la calle principal del pueblo y un pu?ado de calles y paseos adyacentes para garantizar as¨ª la privacidad de novios e invitados. Pero en este mundo moderno la informaci¨®n circula a la velocidad de la luz y Kate Moss ha ido contando el acontecimiento al globo entero a trav¨¦s de las p¨¢ginas de Internet de Vogue, la revista que le ha comprado la exclusiva.
A trav¨¦s de Vogue hemos sabido que ella hab¨ªa llegado a la capilla poco despu¨¦s de las cuatro de la tarde -una hora m¨¢s en la Espa?a peninsular- en un Rolls Royce plateado acompa?ada de su padre, Peter. Y hemos podido ver una primera foto de la novia, aunque apenas un detalle del rostro y el velo a trav¨¦s de la ventanilla del Rolls, guardando el conjunto para m¨¢s adelante. Pero a esas horas era ya un secreto a voces que la modelo iba a ir vestida por su ¨ªntimo amigo John Galliano, el dise?ador brit¨¢nico que se encuentra hoy al pie de los caballos, respondiendo ante un tribunal de las acusaciones de racismo anti-jud¨ªo y confesando sus problemas con el alcohol y el estr¨¦s de la creaci¨®n. Imposible olvidar que la propia Moss estaba tambi¨¦n hace no tanto tiempo al pie de los caballos, viendo c¨®mo sus patrocinadores la abandonaban debido a sus problemas con la coca¨ªna. Ella sali¨® a flote y, al vestir Galliano, espera que tambi¨¦n ¨¦l logre superar sus problemas.
Si la boda se ha celebrado en una capilla recogida y coqueta, la fiesta ha tenido lugar en enormes carpas levantadas en los jardines de la mansi¨®n de la modelo. Y el rumor asegura que una cohorte de espigados Drag Queens ayudaban a los invitados a localizar los lavabos mientras un peque?o ej¨¦rcito de musculosos hombres desnudos luc¨ªan falsos tatuajes con el nombre de los contrayentes. En eso, seguro, no hay pr¨ªncipe ni sangre azul que pudiera competir con Kate Moss, que seguir¨¢ celebrando junto con Hince su enlace durante tres d¨ªas.
Cuentan que la comida proced¨ªa del restaurante China Tang, uno de los preferidos de la modelo, y de los hoteles Dorchester de Londres y Ritz de Par¨ªs. Enormes camiones de Grey Groose Vodka, Red Bull y Dom Perignon daban una idea del cat¨¢logo de bebidas a disposici¨®n de los invitados. Entre ellos se esperaba a Naomi Campbell -a la que se espera tambi¨¦n en Montecarlo-, Viviente Westwood, Stella y Mary McCartney, el empresario sir Philip Green, la artista Tracey Emin y el actor Jude Law.
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